Los ulemas 'invitan' a Bin Laden a salir del pa¨ªs
La Casa Blanca rechaza la soluci¨®n de los cl¨¦rigos afganos: 'Queremos acci¨®n, no palabras'
En un giro inesperado, la asamblea de ulemas afganos pidi¨® ayer a Osama Bin Laden que abandone Afganist¨¢n de forma voluntaria. Los cl¨¦rigos intentan as¨ª evitar el anunciado ataque estadounidense sin ceder a las presiones de Washington. Sin embargo, puede ser otro intento de ganar tiempo ante la concentraci¨®n de fuerzas norteamericanas en el golfo P¨¦rsico. El disidente saud¨ª no tiene ad¨®nde ir, y la Casa Blanca rechaz¨® la respuesta de la shura (asamblea), insistiendo en que el millonario de origen saud¨ª, Osama Bin Laden, sospechoso n¨²mero uno de los recientes atentados contra Nueva York y Washington, debe ser entregado. 'Ha llegado el momento de dejarse de palabras y pasar a la acci¨®n', dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
'Para evitar el actual tumulto y tambi¨¦n similares sospechas en el futuro, la alta asamblea de honorables ulemas recomienda al Emirato Isl¨¢mico que persuada a Osama Bin Laden para que abandone Afganist¨¢n cuando sea posible'.
Eso establece textualmente la resoluci¨®n alcanzada por los cl¨¦rigos en Kabul, una decisi¨®n que constituy¨® una verdadera sorpresa, ya que la mayor¨ªa de los observadores se mostraba convencida del apoyo incondicional de los doctos isl¨¢micos a su hu¨¦sped.
El islamista saud¨ª se halla refugiado en Afganist¨¢n desde que en 1996 EE UU presion¨® a Sud¨¢n, donde viv¨ªa, para que le expulsara de su territorio. Bin Laden, a quien las autoridades saud¨ªes retiraron la nacionalidad en 1994, radicaliz¨® sus posturas y se convirti¨® en un engorro para la CIA a ra¨ªz del estacionamiento de tropas norteamericanas en Arabia Saud¨ª durante la guerra del Golfo en 1991.
En 1998, los talib¨¢n rechazaron su oferta para dejar Afganist¨¢n. Washington acababa de bombardear diversos enclaves, en los que presuntamente el saud¨ª dispon¨ªa de bases de entrenamiento de terroristas, en represalia por los atentados contra sus embajadas de Kenia y Tanzania, tambi¨¦n atribuidos a Bin Laden.
Por lo que conocemos de ¨¦l, un hombre determinado que abandon¨® una vida confortable en su pa¨ªs para defender lo que ¨¦l considera la causa del islam, no parece una persona inclinada a entregarse tras esquivar durante a?os la persecuci¨®n de Estados Unidos.
Y si no lo hace, ?a d¨®nde puede ir?
En la actual situaci¨®n, cualquier pa¨ªs que le ofreciera asilo estar¨ªa cometiendo suicidio. El presidente Bush lo ha dicho alto y claro: no s¨®lo persiguen a los terroristas, sino tambi¨¦n a quienes les cobijan.
Respeto de Omar
Los ulemas han preparado el camino del jeque Mohamed Omar, l¨ªder espiritual y pol¨ªtico de los talib¨¢n. Y el misterioso dirigente respetar¨¢ el consejo de los doctos isl¨¢micos, seg¨²n asegur¨® ayer Amir Khan Muttaqi, su ministro de Educaci¨®n.
Preguntado sobre cu¨¢ndo podr¨ªa dejar Bin Laden el pa¨ªs, Muttaqi respondi¨®: 'Eso llevar¨¢ tiempo'. Por si acaso el edicto no satisfac¨ªa los deseos de Estados Unidos, la shura (asamblea) no olvid¨® hacer un llamamiento a la guerra santa en caso de que finalmente su pa¨ªs sea v¨ªctima de una agresi¨®n exterior.
En su deseo de volver a los or¨ªgenes del islam en busca de la pureza, los dirigentes talib¨¢n han rescatado los nombres y las instituciones pol¨ªtico-religiosas que estableci¨® el profeta Mahoma. Shura es una palabra ¨¢rabe (la lengua en que est¨¢ escrito el Cor¨¢n y, por extensi¨®n, la que todos los musulmanes emplean para estudiar el islam) que literalmente significa asamblea. Dada la preeminencia de lo religioso en la cosmogon¨ªa que ofrece el islam, los integrantes de esa asamblea son los ulemas, los doctores en la ley isl¨¢mica, a quienes toca dilucidar sobre los asuntos que afectan a los creyentes de acuerdo con el Cor¨¢n.
La shura es un ¨®rgano consultivo que carece de capacidad para tomar decisiones. ?stas son la competencia de la m¨¢xima autoridad religiosa, en este caso, el Emir al Mumin¨ªn, Pr¨ªncipe de los Creyentes, un t¨ªtulo de grandes resonancias cor¨¢nicas con el que fue investido el jeque Omar en 1994. En la misma l¨ªnea, Afganist¨¢n ha sido rebautizado como Emirato Isl¨¢mico de Afganist¨¢n.
'El Emirato Isl¨¢mico de Afganist¨¢n y Osama Bin Laden han negado cualquier implicaci¨®n en los ataques terroristas de Washington y Nueva York, pero desgraciadamente Estados Unidos ha rechazado nuestros argumentos y advertencias; pedimos m¨¢s paciencia del Gobierno estadounidense y que obtenga informaciones certeras', hab¨ªa asegurado Omar el d¨ªa anterior.
El jeque, que rara vez abandona Kandahar, repiti¨® su conocida oferta para que Bin Laden sea juzgado en Afganist¨¢n o bajo la autoridad de la Organizaci¨®n de la Conferencia Isl¨¢mica (OIC), dos alternativas que Washington siempre ha rechazado. De acuerdo con informaciones procedentes de la capital afgana, el l¨ªder supremo de los talib¨¢n tambi¨¦n habr¨ªa expresado su disposici¨®n a tratar el asunto con Estados Unidos.
'Si Estados Unidos tiene alg¨²n problema con el Emirato Isl¨¢mico de Afganist¨¢n, que lo resuelva en conversaciones y trate de averiguar [qui¨¦nes son] los verdaderos responsables del incidente', insist¨ªa el comunicado de Omar.
El n¨²mero dos de la Embajada talib¨¢n en Islamabad, Suhail Shaheen, reiter¨® ayer esa idea a los periodistas. 'Si hay pruebas, est¨¢ dispuesto a comparecer ante un tribunal'. Tanto Bin Laden como sus anfitriones han insistido en los d¨ªas pasados en la falta de datos concretos que le impliquen en los atentados y aseguran que Estados Unidos les ha convertido en un chivo expiatorio.
Por su parte, Ari Fleisher, el portavoz de la Casa Blanca, asegur¨® ayer que 'ha llegado el momento de no centrarse en las palabras sino en la acci¨®n'. Y record¨® que 'el presidente [Bush] ha pedido que los miembros clave de la organizaci¨®n Al Qaeda, incluido Bin Laden, sean entregados a las autoridades responsables y que los talib¨¢n cierren sus campos en Afganist¨¢n. Estados Unidos sigue ateni¨¦ndose a estas peticiones'.
'Queremos acciones y no palabras', indic¨® por su parte un alto responsable del Departamento de Estado.
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