Bush quiere manos libres para vender armas a los pa¨ªses que apoyen su coalici¨®n
El Congreso estudiar¨¢ levantar las sanciones a Gobiernos considerados 'terroristas' hasta ahora
La estrategia del 'palo y la zanahoria', dise?ada por la Administraci¨®n estadounidense para atraer socios hacia su coalici¨®n antiterrorista, se hace m¨¢s clara cada d¨ªa. Una de las zanahorias m¨¢s golosas para determinados pa¨ªses es el armamento, y George W. Bush quiere tener manos libres para ofrecerlo o retenerlo. Bush ha pedido al Congreso que le permita suspender durante cinco a?os cualquier prohibici¨®n de venta de armas, incluyendo las impuestas sobre Estados que figuran en la lista que Washington considera 'patrocinadores del terrorismo'.
El primer paso se dio el s¨¢bado, por la v¨ªa ejecutiva. La Casa Blanca anunci¨® el levantamiento de sanciones contra Pakist¨¢n e India, utilizando una prerrogativa presidencial que permite soslayar temporalmente las restricciones en la venta de armas a un pa¨ªs determinado si ello es necesario para 'garantizar la seguridad de Estados Unidos'.
Pakist¨¢n est¨¢ dos veces sancionado: por realizar pruebas nucleares en 1998 (al igual que India), lo que llev¨® a Bill Clinton a interrumpir todas las exportaciones de armas; y por derribar un r¨¦gimen constitucional en 1999 para instalar en el Gobierno al actual dictador militar. La primera de las sanciones puede quedar suspendida a voluntad del presidente. La segunda es m¨¢s general: impide toda cooperaci¨®n militar y, adem¨¢s, todo tipo de ayuda econ¨®mica al desarrollo. Para que esa ley no se aplique, como recompensa a la cooperaci¨®n paquistan¨ª en la campa?a antiterrorista, Bush necesita que el Congreso le conceda poderes especiales en una ley gen¨¦rica.
La ley gen¨¦rica permitir¨ªa levantar sanciones sobre pa¨ªses supuestamente 'terroristas', seg¨²n los criterios del Departamento de Estado, como Ir¨¢n o Siria; y sobre pa¨ªses donde se vulneran sistem¨¢ticamente los derechos humanos como Birmania.
Un cheque en blanco de tanto alcance inquieta a algunos legisladores. El dem¨®crata Patrick Le¨ªa, que como presidente del Comit¨¦ Judicial del Senado y del Subcomit¨¦ de Operaciones Exteriores tendr¨¢ la misi¨®n de coordinar el tr¨¢mite parlamentario de la petici¨®n presidencial, expres¨® su preocupaci¨®n al diario The Washington Post. 'Queremos ayudar', dijo, 'pero tambi¨¦n queremos estar convencidos de que lo que se nos propone es s¨®lido, medido y necesario. El liderazgo moral en la defensa de la democracia y los derechos humanos es vital para la posici¨®n que queremos ocupar en el mundo. Ahora es cuando debemos demostrar lo que nos distingue de aquellos que nos atacan'.
Objetivo principal
La Casa Blanca ha convertido la campa?a contra el terrorismo en su principal, y pr¨¢cticamente ¨²nico, objetivo para los pr¨®ximos a?os. Seg¨²n la definici¨®n de Bush, resultar¨¢ f¨¢cil colocar a cada pa¨ªs en uno u otro bando: 'O est¨¢n con nosotros, o est¨¢n con los terroristas', afirm¨® en su discurso ante el Congreso y la C¨¢mara de Representantes. Oriente Pr¨®ximo es una regi¨®n en la que no abunda el respeto a los derechos humanos y en la que Washington se ha forjado s¨®lidas enemistades durante d¨¦cadas; pero es tambi¨¦n una regi¨®n vital para el ¨¦xito o el fracaso de la campa?a, y Bush parece dispuesto a olvidar pasados conflictos con Siria o Ir¨¢n, por ejemplo, si cooperan ahora.
China es otro aliado de gran inter¨¦s y, a la vez, un pa¨ªs sobre el que pesan casi todas las sanciones posibles. Colin Powell se reuni¨® el viernes con el ministro chino de Asuntos Exteriores, Tang Jiaxuan, y afirm¨® despu¨¦s que la cooperaci¨®n del Gobierno de Pek¨ªn no se reducir¨ªa al intercambio de informaci¨®n, sino que podr¨ªa 'tener un componente militar'. China hizo saber que exigir¨ªa 'contrapartidas' por su ayuda a EE UU.
Hist¨®ricamente, el Congreso siempre ha accedido a las peticiones presidenciales basadas en la defensa de la 'seguridad nacional', aunque no lo hizo en una ocasi¨®n muy notable: cuando Ronald Reagan reclam¨® fondos para auxiliar a la Contra nicarag¨¹ense.
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