El dinero de Bin Laden
El dirigente terrorista ha tejido una tupida red de empresas, cuentas 'fantasma' y contactos para financiar sus actividades
Un desconocido entrega 1.000 dirhams al propietario de un comercio de Abu Dabi. ?ste contacta, a trav¨¦s de fax o tel¨¦fono, con el due?o de otra tienda en Londres y le pide que entregue la misma cantidad, en libras, a la persona designada por su cliente. El mecanismo (llamado hawala) tambi¨¦n se produce en el sentido opuesto (de Reino Unido a Emiratos ?rabes Unidos) y entre otros pa¨ªses. Y nunca deja rastro. Estas redes tradicionales de intercambio son la base del sistema bancario clandestino isl¨¢mico y, seg¨²n las investigaciones, uno de los pilares del movimiento de fondos para financiar las actividades de Al Qaeda, la organizaci¨®n de Osama Bin Laden.
Estas operaciones ilegales podr¨ªan haber canalizado parte de las transferencias efectuadas en varios a?os para preparar y ejecutar los atentados del 11 de septiembre contra EE UU que, seg¨²n los servicios de inteligencia de ese pa¨ªs, costaron dos millones de d¨®lares. Los autores de los ataques recibieron el resto del dinero a trav¨¦s de cuentas en para¨ªsos fiscales y del sistema bancario (legal) isl¨¢mico.
El fugitivo m¨¢s buscado por Estados Unidos, principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre, ha utilizado su fortuna personal para tejer una densa mara?a de empresas, sociedades fantasma, cuentas en para¨ªsos fiscales y contactos con la que financiar un poderoso instrumento de violencia terrorista. Seg¨²n el testimonio de un antiguo socio de Bin Landen, Jamal al-Fadl, la organizaci¨®n est¨¢ formada por tres comit¨¦s: militar, religioso y financiero. La Casa Blanca ha iniciado una guerra contra este ¨²ltimo: ha ordenado congelar las cuentas de 5.000 bancos pertenecientes a 27 personas, grupos u organizaciones relacionadas con los ataques.
El nombre de Osama Bin Laden, sin embargo, no aparece como titular de ninguna de ellas. La fortuna personal del millonario saud¨ª asciende, seg¨²n el Departamento de Estado estadounidense, a unos 300 millones de d¨®lares (m¨¢s de 54.000 millones de pesetas), heredados de su padre, un yemen¨ª que se traslad¨® a Arabia Saud¨ª en los a?os treinta y se convirti¨® en el constructor favorito del reino. Algunos de sus proyectos recientes incluyen las instalaciones en el aeropuerto de Kuala Lumpur y una autov¨ªa en El Cairo.
Otros estiman que los posibles de Osama Bin Laden son mucho m¨¢s modestos. A principios de los a?os noventa, las autoridades saud¨ªes revocaron la nacionalidad al dirigente terrorista y congelaron sus cuentas y, con ellas, parte de la herencia de la familia (Bin Laden es el decimos¨¦ptimo de 52 hermanos). Pero Bin Laden se movi¨® r¨¢pido para buscar fondos.
Las piezas de la red financiera de Al Qaeda son un enigma. Seg¨²n la prensa estadounidense, que cita fuentes de la investigaci¨®n, sus tent¨¢culos se extienden, de forma directa o indirecta, por el continente americano (EE UU, Bermudas, Bahamas), europeo (Reino Unido, Francia, Alemania, Luxemburgo, Suiza), africano (Sud¨¢n, Egipto) y asi¨¢tico (Afganist¨¢n, Pakist¨¢n, Kuwait, Singapur, Malaisia). En total, son m¨¢s de 35 pa¨ªses, porque Bin Laden tambi¨¦n compr¨® grandes extensiones de bosques en Turqu¨ªa, tiene negocios diversos en Kenia y comercia con diamantes en varias regiones africanas.
Tras ser invitado a abandonar Arabia Saud¨ª, Bin Laden estableci¨® en 1991 su cuartel general en Sud¨¢n, donde fund¨® varias empresas. Una de ellas es el Al Shamal Islamic Bank, que se constituy¨® con un capital de 50 millones de d¨®lares. En su p¨¢gina en Internet, el banco presume de su relaci¨®n con bancos del prestigio de Citibank y American Express Bank. Al Qaeda tambi¨¦n desarroll¨® negocios relacionados con la agricultura y la construcci¨®n. Para acceder al mercado internacional, la actividad se desviaba a trav¨¦s de Chipre, seg¨²n el Instituto para el Contraterrorismo de Israel.
Una parte de la operaci¨®n contra las Torres Gemelas en Nueva York y el Pent¨¢gono podr¨ªa haber sido financiada por un grupo de organizaciones sin ¨¢nimo de lucro y ricos benefactores de la zona del Golfo. Se trata, en principio, de la misma red utilizada por Bin Laden en los a?os ochenta para financiar la lucha de las fuerzas antisovi¨¦ticas en Afganist¨¢n. Cuando Bin Laden fue expulsado de Sud¨¢n, se traslad¨® a Kabul -animado por las buenas relaciones iniciadas a?os antes- y se sospecha que contribuy¨® a la ascensi¨®n del r¨¦gimen talib¨¢n.
El hawala, un sistema bancario subterr¨¢neo que existe desde mucho antes de que las pr¨¢cticas bancarias se introdujeran en Occidente, est¨¢ muy extendido en ese entramado de apoyos y amistades. Se practica en peque?as tiendas, donde el papeleo es escaso. Son muy utilizadas por los inmigrantes, sobre todo en el Reino Unido, para enviar dinero a casa. Pero las organizaciones que luchan contra el blanqueo de capitales est¨¢n convencidas de que algunas son utilizadas por narcotraficantes y terroristas para lavar sus negocios.
Seguir la pista de la fortuna de Bin Laden es dif¨ªcil. 'De forma oficial, los pa¨ªses del Golfo act¨²an de acuerdo con las leyes de transparencia financiera', indica un portavoz de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®mico. 'Pero existen redes de intercambio de fondos totalmente clandestinas', puntualiza. Para encontrar el dinero, se indagar¨¢ en los sistemas bancarios electr¨®nicos y los para¨ªsos fiscales. La tecnolog¨ªa, no obstante, poco tiene que hacer contra el hawala.
Tampoco parece f¨¢cil demostrar que Bin Laden utiliz¨® otra de sus fuentes preferidas de ingresos (la Bolsa) para sacar partido de la masacre. Los supervisores burs¨¢tiles investigan si el dirigente terrorista, que estar¨ªa al tanto de los ataques, utiliz¨® esa informaci¨®n privilegiada para apostar por una ca¨ªda de los mercados. Bin Laden, pese a que es uno de los pocos miembros de la ¨¦lite saud¨ª que no se ha educado en una universidad occidental, es un experto en capitalismo.
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