Espa?a, retaguardia del terrorismo isl¨¢mico
Dejar dormir a los durmientes, grabar sus sue?os, controlar su respiraci¨®n. En Espa?a viven desde hace a?os m¨¢s de 200 ¨¢rabes sospechosos de pertenecer a 18 grupos terroristas isl¨¢micos. La polic¨ªa asegura saber de d¨®nde son, c¨®mo se llaman, a qu¨¦ se dedican y de qui¨¦nes reciben instrucciones..., pero no los detiene. Hasta ahora, la pol¨ªtica de los servicios de Informaci¨®n espa?oles era ver, o¨ªr y callar. No despertar a la fiera mientras permaneciera inactiva en nuestro territorio y utilizar los datos obtenidos en dos direcciones: avisar a otros pa¨ªses cuando su seguridad interna pareciera amenazada y canjearla despu¨¦s por informaciones ¨²tiles para la seguridad espa?ola.
Hay tres ejemplos. Enero de 1995. La entonces secretaria de Estado de Interior, Margarita Robles, viaj¨® a Par¨ªs y entreg¨® a las autoridades francesas un minucioso informe de la polic¨ªa espa?ola. Seg¨²n el documento, el fundamentalismo isl¨¢mico estaba preparando acciones terroristas inminentes en aquel pa¨ªs. Los franceses agradecieron el soplo pero aparentemente no le prestaron atenci¨®n. Seis meses despu¨¦s, comenzaron a estallar bombas en el metro y las calles de Par¨ªs. La informaci¨®n espa?ola proven¨ªa de una persona pr¨®xima a un dirigente del GIA argelino (Grupo Isl¨¢mico Armado) que se encontraba exiliado en Alemania. Harto de pasar fr¨ªo, el terrorista dormido so?aba con establecerse en Alicante, en la acera de enfrente de su pa¨ªs. Un agente de la polic¨ªa espa?ola se entrevist¨® con ¨¦l en Hamburgo y le ofreci¨® residencia a cambio de mantenerlo informado. El primer chivatazo fue as¨ª de preciso: 'No vamos a actuar en Espa?a, pero s¨ª habr¨¢ una campa?a pronto en Francia'.
'Muchos de ellos son inmigrantes de segunda y tercera generaci¨®n. Y ya no se agrupan por pa¨ªses de procedencia, sino por afinidades ideol¨®gicas'.
En 1995, Margarita Robles viaj¨® a Par¨ªs y entreg¨® a las autoridades francesas un minucioso informe de la polic¨ªa espa?ola. No le prestaron atenci¨®n.
Espa?a es un buen pa¨ªs de refugio, a medio camino entre sus bases y Europa; un lugar en el que segu¨ªa vigente un acuerdo no escrito de no intervenci¨®n
Sonido de campanas
Segundo ejemplo. Junio de 2001. Un ¨¢rabe sale de un bar de Alicante y dos polic¨ªas de pa¨ªsano entran r¨¢pidamente en el local para evitar que el camarero friegue el vaso. Comprueban sus huellas. Efectivamente, se trata de Mohamed Bensakhria, un argelino de 34 a?os considerado el lugarteniente de Osama Bin Laden en Europa y que hu¨ªa de Alemania donde acababan de desarticular su comando, denominado Meliani. Unos d¨ªas antes, la polic¨ªa espa?ola hab¨ªa recibido de sus colegas alemanes una cinta magnetof¨®nica en la que se o¨ªa a Bensakhria hablar de 'San Francisco' y de una cita 'con Olimpia'. Al fondo de la grabaci¨®n se escuchaba el repicar de campanas de lo que parec¨ªa ser una iglesia. Los alemanes sospechaban que la llamada se hab¨ªa realizado desde alg¨²n lugar del Levante espa?ol. La polic¨ªa espa?ola s¨®lo necesit¨® 12 d¨ªas para deshacer el entuerto. De lo que hablaba Mohamed Bensakhria no era de la ciudad de San Francisco, sino de una calle de Alicante que se llama as¨ª, y Olimpia no era un mensaje cifrado, sino el nombre de una pensi¨®n de la ciudad en la que se alojaba uno de sus colaboradores. Tampoco las campanadas pertenec¨ªan a una iglesia, sino al reloj del Ayuntamiento de Alicante. Quedaron grabadas porque el terrorista utiliz¨® para llamar un tel¨¦fono cercano. El ¨²ltimo escollo para localizar al hombre de Bin Laden en Espa?a fue no dejarse enga?ar por su aspecto. Si en Alemania aparec¨ªa como un ejecutivo, bien vestido, frecuentador de restaurantes de lujo, vecino de un barrio residencial; en Espa?a se hac¨ªa pasar por un inmigrante sin papeles, dorm¨ªa en una furgoneta aparcada en la calle Manero Moya, iba vestido pobremente...
Fue detenido a la salida de un locutorio frecuentado por inmigrantes desde el que hac¨ªa llamadas y recib¨ªa faxes remitidos desde diversos pa¨ªses europeos. Encontraron su agenda de tel¨¦fonos escondida entre los ladrillos de una casa abandonada.
El ¨²ltimo ejemplo es de esta semana. Quince d¨ªas despu¨¦s de los atentados de Nueva York y Washington, una acci¨®n policial rodeada de un gran despliegue medi¨¢tico desarticul¨® en Espa?a la c¨¦lula durmiente del Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate, movimiento argelino al que George Bush incluye en su lista negra de terroristas ligados a la organizaci¨®n de Bin Laden. La operaci¨®n, m¨¢s que evitar un atentado inminente, sirvi¨® para demostrar a los aliados y a la opini¨®n p¨²blica que existe un f¨¦rreo control sobre estos grupos. Uno de los seis detenidos confesaba en su diario el sue?o de convertirse en un suicida. No dec¨ªa cu¨¢ndo ni d¨®nde.
Existe un inquietante nexo de uni¨®n entre los tres ejemplos citados, separados entre s¨ª por un sue?o de cinco a?os. Todos los terroristas, desde el que vaticin¨® los atentados en Par¨ªs hasta los ahora detenidos en Valencia, Almer¨ªa, Huelva, Navarra y Murcia, ten¨ªan claro que Espa?a es un buen pa¨ªs de refugio, a medio camino entre el Islam y Europa; un lugar donde, al menos hasta ahora, segu¨ªa vigente un pacto no escrito, un acuerdo similar al que disfrutaron los etarras en Francia hasta mediados de los a?os ochenta: 'En vuestro pa¨ªs no hacemos nada, as¨ª que nos dej¨¢is vivir tranquilos'.
El segundo de Bin Laden
Uno de los motivos por los que Espa?a les resulta tan atractiva qued¨® claro tras la detenci¨®n de Mohamed Bensakhria. Lo primero que hizo el lugarteniente de Bin Laden fue intentar obtener el permiso de residencia.Tras llegar en tren a Alicante procedente de Franckfort se present¨® en el consulado de Argelia y solicit¨® un pasaporte a su nombre con la excusa de que lo hab¨ªa extraviado. Le respondieron que no era posible una tramitaci¨®n inmediata y entonces el terrorista reaccion¨® violentamente, grit¨® como un loco, aleg¨® que lo necesitaba para obtener su residencia en Espa?a. De forma paralela, sus colaboradores, simpatizantes del GIA argelino, le estaban preparando un contrato de trabajo y otros documentos necesarios para obtener el certificado de residencia y poder viajar as¨ª, sin impedimentos, a trav¨¦s del espacio europeo de Schengen.
Ahora todo ha cambiado. El santuario se resquebraja. La polic¨ªa espa?ola demostr¨® el mi¨¦rcoles que ya no est¨¢ dispuesta a velar el sue?o de unos terroristas tan peligrosos. Los atentados del 11 de septiembre, y la posterior petici¨®n de ayuda cursada por Bush a todo Occidente, tambi¨¦n modifica la estrategia policial seguida por Espa?a. Ya no es s¨®lo el terrorismo de ETA el que hay que combatir. Las unidades de la polic¨ªa y de la Guardia Civil especializadas en terrorismo isl¨¢mico, siempre en la sombra, han cobrado en los ¨²ltimos d¨ªas una actividad inusitada.
El pasado mi¨¦rcoles, en un despacho de la polic¨ªa, un especialista en terrorismo isl¨¢mico ordenaba sobre su mesa las fichas de numerosos sospechosos. En cartulinas de tama?o folio aparecen detallados el nombre, la fotograf¨ªa, la direcci¨®n y los tel¨¦fonos de cada activista. En un organigrama a todo color se ven las banderas de los pa¨ªses con los que cada terrorista mantiene contactos y los tel¨¦fonos a los que llama: ' Los contactos de cada uno de ellos con el exterior son una mina informativa para nosotros. Cuando de nuestras investigaciones se desprende que existe alg¨²n peligro para un pa¨ªs, se lo comunicamos inmediatamente. Tanto estas detenciones como las que se est¨¢n produciendo en Europa responden a una t¨¢ctica de acogotar al enemigo'.
El fin del sue?o
Se acabaron los tiempos de vivir tranquilos en la retaguardia. Un alto mando de la Guardia Civil habla del asunto desde el aeropuerto, justo antes de embarcar para una reuni¨®n con expertos norteamericanos. Al marcar las diferencias entre un terrorista de ETA -contra el que las fuerzas de seguridad espa?olas est¨¢n acostumbradas a luchar- y uno isl¨¢mico, el agente va dibujando el retrato robot de la nueva amenaza: 'En este tipo de terrorismo no existen los liberados, los terroristas a sueldo de la organizaci¨®n. Por eso hablamos de comandos durmientes. Pueden estar a?os, toda la vida, a disposici¨®n de su l¨ªder religioso sin que se les encargue ninguna misi¨®n, viviendo en la legalidad, dedicados a sus trabajos, sin delinquir. Pero un d¨ªa, sin previo aviso, pasan el umbral y se transforman en suicididas. As¨ª, y a diferencia del de ETA, este terrorista no se preocupa de la huida, ni del zulo, ni del piso franco, para ¨¦l no hay d¨ªa despu¨¦s; ah¨ª radica su peligro'.
Vienen de todas partes y en las condiciones m¨¢s diversas. Hay quien llega en situaci¨®n muy precaria, embarcado en el aluvi¨®n de la inmigraci¨®n, obnubilado por sus creencias. Y tambi¨¦n quien pone a disposici¨®n del movimiento su peque?o negocio, su trabajo estable, su familia. Unos y otros se suelen reunir en las cercan¨ªas de las mezquitas, de ah¨ª que los imanes est¨¦n controlados por la polic¨ªa, unos m¨¢s y otros menos en funci¨®n de sus ideas y de sus antecedentes. 'Muchos de ellos -dice el guardia civil- son inmigrantes de segunda y tercera generaci¨®n. Y ya no se agrupan por pa¨ªses de procedencia, sino por afinidades ideol¨®gicas. Es frecuente encontrar c¨¦lulas compartidas por tunecinos y marroqu¨ªes, libios y sirios. Se benefician de la peculiaridad de cada pa¨ªs. Por eso, de Espa?a est¨¢n aprovechando ahora la gran corriente migratoria y el periodo abierto de regularizaci¨®n de extranjeros. Aqu¨ª existe un gran caldo de cultivo. Por un lado, hay mucha gente entre la que captar m¨¢s adeptos, y tambi¨¦n muchos inmigrantes entre los que camuflarse'.
El polic¨ªa, por su parte, describe la misi¨®n de los 200 activistas que residen en Espa?a desde hace a?os: 'Reclutan gente para la organizaci¨®n. En su mayor¨ªa son j¨®venes marginales, sin arraigo social, en el paro, que se acercan a los grupos integristas de cada pa¨ªs cuando recalan en Espa?a. Muchos de los reclutados van a los campos de entrenamiento de Chechenia o Bosnia'. A su vuelta, ya han ascendido varios grados en la escala de la organizaci¨®n y gozan de respeto y predicamento entre los dem¨¢s j¨®venes. Se convierten en una referencia. Su principal cometido es facilitar alojamiento y pasaportes europeos a los miembros activos de la organizaci¨®n que se mueven por el continente. El mercado de pasaportes robados en Espa?a -coinciden polic¨ªa y guardia civil- es uno de los mayores de la Uni¨®n Europea. Hay un peque?o comercio de Madrid donde se vende al mejor postor documentaci¨®n americana, canadiense y europea. Una parte va a parar a los narcotraficantes y otra a los grupos integristas. Hasta ahora, la polic¨ªa s¨®lo se apostaba frente al establecimiento y controlaba los canjes sin intervenir.
Queda todav¨ªa una cuesti¨®n inquietante, que ni polic¨ªa ni Guardia Civil son capaces de responder. ?Qu¨¦ hizo Mohamed Atta, el primer piloto suicida de Nueva York, durante los d¨ªas de julio que pas¨® en Espa?a? ?A qu¨¦ vino dos meses antes de morir, cuando ya todo estar¨ªa dispuesto? Ahora se sabe que algo se estuvo organizando durante el pasado verano en Espa?a: a Mohamed Bensakhria lo detuvieron el 22 de junio, Atta estuvo aqu¨ª varias semanas m¨¢s tarde... Era su segundo viaje a Espa?a en el breve plazo de seis meses, en las dos ocasiones lleg¨® desde de Florida, donde aprendi¨® a pilotar.
De su ¨²ltimo viaje s¨®lo se sabe a ciencia cierta que alquil¨® un coche en el aeropuerto de Madrid y condujo hasta Salou (Tarragona). All¨ª se pierde un rastro que reapareci¨® tr¨¢gicamente el 11 de septiembre en Nueva York.Dejar dormir a los durmientes, grabar sus sue?os, controlar su respiraci¨®n. En Espa?a viven desde hace a?os m¨¢s de 200 ¨¢rabes sospechosos de pertenecer a 18 grupos terroristas isl¨¢micos. La polic¨ªa asegura saber de d¨®nde son, c¨®mo se llaman, a qu¨¦ se dedican y de qui¨¦nes reciben instrucciones..., pero no los detiene. Hasta ahora, la pol¨ªtica de los servicios de Informaci¨®n espa?oles era ver, o¨ªr y callar. No despertar a la fiera mientras permaneciera inactiva en nuestro territorio y utilizar los datos obtenidos en dos direcciones: avisar a otros pa¨ªses cuando su seguridad interna pareciera amenazada y canjearla despu¨¦s por informaciones ¨²tiles para la seguridad espa?ola.
Hay tres ejemplos. Enero de 1995. La entonces secretaria de Estado de Interior, Margarita Robles, viaj¨® a Par¨ªs y entreg¨® a las autoridades francesas un minucioso informe de la polic¨ªa espa?ola. Seg¨²n el documento, el fundamentalismo isl¨¢mico estaba preparando acciones terroristas inminentes en aquel pa¨ªs. Los franceses agradecieron el soplo pero aparentemente no le prestaron atenci¨®n. Seis meses despu¨¦s, comenzaron a estallar bombas en el metro y las calles de Par¨ªs. La informaci¨®n espa?ola proven¨ªa de una persona pr¨®xima a un dirigente del GIA argelino (Grupo Isl¨¢mico Armado) que se encontraba exiliado en Alemania. Harto de pasar fr¨ªo, el terrorista dormido so?aba con establecerse en Alicante, en la acera de enfrente de su pa¨ªs. Un agente de la polic¨ªa espa?ola se entrevist¨® con ¨¦l en Hamburgo y le ofreci¨® residencia a cambio de mantenerlo informado. El primer chivatazo fue as¨ª de preciso: 'No vamos a actuar en Espa?a, pero s¨ª habr¨¢ una campa?a pronto en Francia'.
Sonido de campanas
Segundo ejemplo. Junio de 2001. Un ¨¢rabe sale de un bar de Alicante y dos polic¨ªas de pa¨ªsano entran r¨¢pidamente en el local para evitar que el camarero friegue el vaso. Comprueban sus huellas. Efectivamente, se trata de Mohamed Bensakhria, un argelino de 34 a?os considerado el lugarteniente de Osama Bin Laden en Europa y que hu¨ªa de Alemania donde acababan de desarticular su comando, denominado Meliani. Unos d¨ªas antes, la polic¨ªa espa?ola hab¨ªa recibido de sus colegas alemanes una cinta magnetof¨®nica en la que se o¨ªa a Bensakhria hablar de 'San Francisco' y de una cita 'con Olimpia'. Al fondo de la grabaci¨®n se escuchaba el repicar de campanas de lo que parec¨ªa ser una iglesia. Los alemanes sospechaban que la llamada se hab¨ªa realizado desde alg¨²n lugar del Levante espa?ol. La polic¨ªa espa?ola s¨®lo necesit¨® 12 d¨ªas para deshacer el entuerto. De lo que hablaba Mohamed Bensakhria no era de la ciudad de San Francisco, sino de una calle de Alicante que se llama as¨ª, y Olimpia no era un mensaje cifrado, sino el nombre de una pensi¨®n de la ciudad en la que se alojaba uno de sus colaboradores. Tampoco las campanadas pertenec¨ªan a una iglesia, sino al reloj del Ayuntamiento de Alicante. Quedaron grabadas porque el terrorista utiliz¨® para llamar un tel¨¦fono cercano. El ¨²ltimo escollo para localizar al hombre de Bin Laden en Espa?a fue no dejarse enga?ar por su aspecto. Si en Alemania aparec¨ªa como un ejecutivo, bien vestido, frecuentador de restaurantes de lujo, vecino de un barrio residencial; en Espa?a se hac¨ªa pasar por un inmigrante sin papeles, dorm¨ªa en una furgoneta aparcada en la calle Manero Moya, iba vestido pobremente...
Fue detenido a la salida de un locutorio frecuentado por inmigrantes desde el que hac¨ªa llamadas y recib¨ªa faxes remitidos desde diversos pa¨ªses europeos. Encontraron su agenda de tel¨¦fonos escondida entre los ladrillos de una casa abandonada.
El ¨²ltimo ejemplo es de esta semana. Quince d¨ªas despu¨¦s de los atentados de Nueva York y Washington, una acci¨®n policial rodeada de un gran despliegue medi¨¢tico desarticul¨® en Espa?a la c¨¦lula durmiente del Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate, movimiento argelino al que George Bush incluye en su lista negra de terroristas ligados a la organizaci¨®n de Bin Laden. La operaci¨®n, m¨¢s que evitar un atentado inminente, sirvi¨® para demostrar a los aliados y a la opini¨®n p¨²blica que existe un f¨¦rreo control sobre estos grupos. Uno de los seis detenidos confesaba en su diario el sue?o de convertirse en un suicida. No dec¨ªa cu¨¢ndo ni d¨®nde.
Existe un inquietante nexo de uni¨®n entre los tres ejemplos citados, separados entre s¨ª por un sue?o de cinco a?os. Todos los terroristas, desde el que vaticin¨® los atentados en Par¨ªs hasta los ahora detenidos en Valencia, Almer¨ªa, Huelva, Navarra y Murcia, ten¨ªan claro que Espa?a es un buen pa¨ªs de refugio, a medio camino entre el Islam y Europa; un lugar donde, al menos hasta ahora, segu¨ªa vigente un pacto no escrito, un acuerdo similar al que disfrutaron los etarras en Francia hasta mediados de los a?os ochenta: 'En vuestro pa¨ªs no hacemos nada, as¨ª que nos dej¨¢is vivir tranquilos'.
El segundo de Bin Laden
Uno de los motivos por los que Espa?a les resulta tan atractiva qued¨® claro tras la detenci¨®n de Mohamed Bensakhria. Lo primero que hizo el lugarteniente de Bin Laden fue intentar obtener el permiso de residencia.Tras llegar en tren a Alicante procedente de Franckfort se present¨® en el consulado de Argelia y solicit¨® un pasaporte a su nombre con la excusa de que lo hab¨ªa extraviado. Le respondieron que no era posible una tramitaci¨®n inmediata y entonces el terrorista reaccion¨® violentamente, grit¨® como un loco, aleg¨® que lo necesitaba para obtener su residencia en Espa?a. De forma paralela, sus colaboradores, simpatizantes del GIA argelino, le estaban preparando un contrato de trabajo y otros documentos necesarios para obtener el certificado de residencia y poder viajar as¨ª, sin impedimentos, a trav¨¦s del espacio europeo de Schengen.
Ahora todo ha cambiado. El santuario se resquebraja. La polic¨ªa espa?ola demostr¨® el mi¨¦rcoles que ya no est¨¢ dispuesta a velar el sue?o de unos terroristas tan peligrosos. Los atentados del 11 de septiembre, y la posterior petici¨®n de ayuda cursada por Bush a todo Occidente, tambi¨¦n modifica la estrategia policial seguida por Espa?a. Ya no es s¨®lo el terrorismo de ETA el que hay que combatir. Las unidades de la polic¨ªa y de la Guardia Civil especializadas en terrorismo isl¨¢mico, siempre en la sombra, han cobrado en los ¨²ltimos d¨ªas una actividad inusitada.
El pasado mi¨¦rcoles, en un despacho de la polic¨ªa, un especialista en terrorismo isl¨¢mico ordenaba sobre su mesa las fichas de numerosos sospechosos. En cartulinas de tama?o folio aparecen detallados el nombre, la fotograf¨ªa, la direcci¨®n y los tel¨¦fonos de cada activista. En un organigrama a todo color se ven las banderas de los pa¨ªses con los que cada terrorista mantiene contactos y los tel¨¦fonos a los que llama: ' Los contactos de cada uno de ellos con el exterior son una mina informativa para nosotros. Cuando de nuestras investigaciones se desprende que existe alg¨²n peligro para un pa¨ªs, se lo comunicamos inmediatamente. Tanto estas detenciones como las que se est¨¢n produciendo en Europa responden a una t¨¢ctica de acogotar al enemigo'.
El fin del sue?o
Se acabaron los tiempos de vivir tranquilos en la retaguardia. Un alto mando de la Guardia Civil habla del asunto desde el aeropuerto, justo antes de embarcar para una reuni¨®n con expertos norteamericanos. Al marcar las diferencias entre un terrorista de ETA -contra el que las fuerzas de seguridad espa?olas est¨¢n acostumbradas a luchar- y uno isl¨¢mico, el agente va dibujando el retrato robot de la nueva amenaza: 'En este tipo de terrorismo no existen los liberados, los terroristas a sueldo de la organizaci¨®n. Por eso hablamos de comandos durmientes. Pueden estar a?os, toda la vida, a disposici¨®n de su l¨ªder religioso sin que se les encargue ninguna misi¨®n, viviendo en la legalidad, dedicados a sus trabajos, sin delinquir. Pero un d¨ªa, sin previo aviso, pasan el umbral y se transforman en suicididas. As¨ª, y a diferencia del de ETA, este terrorista no se preocupa de la huida, ni del zulo, ni del piso franco, para ¨¦l no hay d¨ªa despu¨¦s; ah¨ª radica su peligro'.
Vienen de todas partes y en las condiciones m¨¢s diversas. Hay quien llega en situaci¨®n muy precaria, embarcado en el aluvi¨®n de la inmigraci¨®n, obnubilado por sus creencias. Y tambi¨¦n quien pone a disposici¨®n del movimiento su peque?o negocio, su trabajo estable, su familia. Unos y otros se suelen reunir en las cercan¨ªas de las mezquitas, de ah¨ª que los imanes est¨¦n controlados por la polic¨ªa, unos m¨¢s y otros menos en funci¨®n de sus ideas y de sus antecedentes. 'Muchos de ellos -dice el guardia civil- son inmigrantes de segunda y tercera generaci¨®n. Y ya no se agrupan por pa¨ªses de procedencia, sino por afinidades ideol¨®gicas. Es frecuente encontrar c¨¦lulas compartidas por tunecinos y marroqu¨ªes, libios y sirios. Se benefician de la peculiaridad de cada pa¨ªs. Por eso, de Espa?a est¨¢n aprovechando ahora la gran corriente migratoria y el periodo abierto de regularizaci¨®n de extranjeros. Aqu¨ª existe un gran caldo de cultivo. Por un lado, hay mucha gente entre la que captar m¨¢s adeptos, y tambi¨¦n muchos inmigrantes entre los que camuflarse'.
El polic¨ªa, por su parte, describe la misi¨®n de los 200 activistas que residen en Espa?a desde hace a?os: 'Reclutan gente para la organizaci¨®n. En su mayor¨ªa son j¨®venes marginales, sin arraigo social, en el paro, que se acercan a los grupos integristas de cada pa¨ªs cuando recalan en Espa?a. Muchos de los reclutados van a los campos de entrenamiento de Chechenia o Bosnia'. A su vuelta, ya han ascendido varios grados en la escala de la organizaci¨®n y gozan de respeto y predicamento entre los dem¨¢s j¨®venes. Se convierten en una referencia. Su principal cometido es facilitar alojamiento y pasaportes europeos a los miembros activos de la organizaci¨®n que se mueven por el continente. El mercado de pasaportes robados en Espa?a -coinciden polic¨ªa y guardia civil- es uno de los mayores de la Uni¨®n Europea. Hay un peque?o comercio de Madrid donde se vende al mejor postor documentaci¨®n americana, canadiense y europea. Una parte va a parar a los narcotraficantes y otra a los grupos integristas. Hasta ahora, la polic¨ªa s¨®lo se apostaba frente al establecimiento y controlaba los canjes sin intervenir.
Queda todav¨ªa una cuesti¨®n inquietante, que ni polic¨ªa ni Guardia Civil son capaces de responder. ?Qu¨¦ hizo Mohamed Atta, el primer piloto suicida de Nueva York, durante los d¨ªas de julio que pas¨® en Espa?a? ?A qu¨¦ vino dos meses antes de morir, cuando ya todo estar¨ªa dispuesto? Ahora se sabe que algo se estuvo organizando durante el pasado verano en Espa?a: a Mohamed Bensakhria lo detuvieron el 22 de junio, Atta estuvo aqu¨ª varias semanas m¨¢s tarde... Era su segundo viaje a Espa?a en el breve plazo de seis meses, en las dos ocasiones lleg¨® desde de Florida, donde aprendi¨® a pilotar.
De su ¨²ltimo viaje s¨®lo se sabe a ciencia cierta que alquil¨® un coche en el aeropuerto de Madrid y condujo hasta Salou (Tarragona). All¨ª se pierde un rastro que reapareci¨® tr¨¢gicamente el 11 de septiembre en Nueva York.
Diecisiete peligros durmiendo en Espa?a
DIECISIETE ORGANIZACIONES terroristas repartidas por todo el planeta y unidas por el sello del integrismo isl¨¢mico tienen simpatizantes o activistas dormidos en Espa?a, seg¨²n un reciente informe policial al que ha tenido acceso este peri¨®dico. - Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA). Implantado en Argelia, en el oeste y centro del pa¨ªs, persigue instaurar la rep¨²blica isl¨¢mica. Su capacidad operativa ha disminuido en los ¨²ltimos tres a?os. Ha tenido en Europa una amplia infraestructura log¨ªstica y operativa. En especial en la zona del Levante espa?ol. - Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate (GSPC). Lucha por los mismos objetivos que el GIA pero lo ha desplazado de todo protagonismo. Los seis detenidos esta semana en Espa?a pertenecen a ¨¦ste movimiento terrorista que ha llevado a cabo sangrientos atentados en Argelia. - En Nahda. En Nahda (Renacimiento), movimiento tunecino, mantiene una doble estrategia. Mientras mantiene un discurso pol¨ªtico pacifista continua su actividad subversiva con c¨¦lulas terroristas en Sud¨¢n, Yemen y L¨ªbano. - El Movimiento de la Juventud Isl¨¢mica y el Grupo Isl¨¢mico Combatiente marroqu¨ª (GICM). Son los grupos isl¨¢micos m¨¢s radicales y activos en Marruecos. La polic¨ªa los define como 'potencialmente' terroristas. Han provocado enfrentamientos con estudiantes en las universidades de Fez, Casablanca, Kenitra y Uxda. - Gama? a Al Islamiya. En una primera etapa Al Yihad capitaliz¨® la actividad terrorista en Egipto, pero en la actualidad ¨¦ste es el m¨¢s activo y predominante. Su actividad se desarrollaba en Egipto hasta el atentado contra las torres gemelas en 1993. Se detuvo y conden¨® a cadena perpetua al jeque Omar Abdel Rhaman, guia espiritual de la organizaci¨®n que gozaba de la condici¨®n de refugiado en EEUU. - Ham¨¢s y Yihad Isl¨¢mica Palestina (JIP). El primero ha centrado su actividad terrorista en Israel. Las acciones del JIP se han diversificado en dos frentes: Israel (militares y palestinos colaboracionistas) y en el extranjero (ciudadanos jud¨ªos e intereses de pa¨ªses como EE UU y Reino Unido). - Hezbol¨¢. Grupo chi¨ªta-proiran¨ª que persigue una rep¨²blica isl¨¢mica en el L¨ªbano a semejanza de Ir¨¢n. Tiene una doble estrategia: terrorista y pol¨ªtica. Obtuvo 12 diputados en las elecciones de 2000. Fueron los primeros en recurrir a los atentados suicidas y utiliza diversos nombres para reivindicar sus acciones. A pesar de la retirada israel¨ª del L¨ªbano representa una amenaza. - Yihad Isl¨¢mico Yemeni. Asentado en Yemen; lo dirige Tarek al Fadli. Presuntamente ha contado con la ayuda de Ben Laden. Tambi¨¦n han actuado en ese pa¨ªs miembros del Ej¨¦rcito Isl¨¢mico de Aden Abyan y un grupo denominado Ej¨¦rcito del Grupo Suicida 66, ala Militante Ben Laden, Secci¨®n Qu¨ªmica y Biol¨®gica que, seg¨²n el informe de la polic¨ªa espa?ola, surgi¨® en 1999, y amenaz¨® con utilizar armas de destrucci¨®n masiva contra EE UU y el Reino Unido. - Movimiento Isl¨¢mico de Uzbekist¨¢n (MIU). Principal grupo isl¨¢mico de ¨¦sta ex rep¨²blica sovi¨¦tica. Liderado por Namangani persigue la creaci¨®n de una naci¨®n isl¨¢mica independiente mediante la unificaci¨®n de tres regiones de Uzbekist¨¢n y dos de Kirghizst¨¢n. - Hezbol¨¢ turca. Ha desarrollado una intensa actividad terrorista en Turqu¨ªa. La otra organizaci¨®n viva en ¨¦ste pa¨ªs es el Frente Islamista de Guerreros del Gran Oriente (IBDA-C). - Al Qaida. Fundamentalistas sunnitas que controlan la mayor¨ªa del territorio de Afganist¨¢n. Ofrecen refugio a Osama Ben Laden, presunto inductor del reciente atentado contra las torres gemelas. - Hakarat Ul Mujadehin. Llucha por la independencia de Cachemira y su anexi¨®n a Pakist¨¢n.
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