El origen del ¨¢ntrax mort¨ªfero apunta a EE UU, Rusia e Irak
Detectada la presencia de carbunco en un ascensor del Senado
El Gobierno de EE UU afirm¨® ayer que el ¨¢ntrax de una de las cartas contaminadas, la que recibi¨® el l¨ªder dem¨®crata en el Senado, Tom Daschle, es muy sofisticado y mort¨ªfero. Esto explicar¨ªa la muerte de los dos empleados de correos y los sorprendentes casos de contagio. Los cient¨ªficos afirman que s¨®lo tres pa¨ªses pueden fabricar esta variante (EE UU, Rusia e Irak), pero Washington no quiere aventurarse con nuevas especulaciones.
'Es un ¨¢ntrax muy concentrado, muy puro, mucho m¨¢s peque?o y mucho m¨¢s da?ino porque se absorbe m¨¢s facilmente a trav¨¦s de los pulmones', dijo el responsable de la Oficina para la Seguridad Nacional, Tom Ridge. 'Est¨¢ claro', agreg¨®, 'que los responsables de estos atentados han utilizado este ¨¢ntrax como un arma'.
Los primeros an¨¢lisis hablaban de una bacteria 'casera' que pod¨ªa haber sido fabricada casi por cualquiera. Las conclusiones de la carta de Daschle tambi¨¦n valen para las dos otras misivas contaminadas de Nueva York. En los tres casos, volvi¨® a especificar Ridge, el ¨¢ntrax 'no ha sido modificado gen¨¦ticamente' y puede ser tratado con antibi¨®ticos.
A la luz de estas nuevas revelaciones, los cient¨ªficos, seg¨²n informaba ayer el diario The Washington Post, aseguran que s¨®lo tres pa¨ªses pueden crear esta variante: Estados Unidos, Irak y Rusia. Un proceso electroest¨¢tico 'aligera' las esporas de carbunco para que floten en el aire en vez de pegarse a un soporte. 'Un poco de viento o simplemente mover las manos es suficiente para que circulen o caigan en el suelo', explic¨® el mayor John Parker, uno de los cient¨ªficos militares que compareci¨® ayer con Tom Ridge en la rueda de prensa de la Casa Blanca.
Oficialmente, el Gobierno norteamericano no ha se?alado hacia ninguna naci¨®n sospechosa. El descubrimiento apenas esclarece la investigaci¨®n. Aunque haya surgido de un laboratorio militar ruso, iraqu¨ª o norteamericano, no es tan dif¨ªcil tener acceso a este ¨¢ntrax m¨¢s sof¨ªsticado. Se ha perdido la pista de muchas existencias de esta bacteria fabricada con fines b¨¦licos durante los a?os sesenta y setenta.
Al menos esto explica c¨®mo el bacilo pudo llegar hasta una dependencia de correos de la Casa Blanca o contagiar a empleados que simplemente manipularon las misivas contaminadas sin ni siquiera abrirlas.
Ayer se detect¨® la presencia de m¨¢s ¨¢ntrax en uno de los ascensores del Senado, muy cerca de la oficina del l¨ªder dem¨®crata en esta C¨¢mara parlamentaria, Daschle. Las autoridades decidieron clausurar el ala suroeste del edificio hasta nueva orden.
Tambi¨¦n surgieron nuevos casos de contagio. Nadie parece ponerse de acuerdo sobre el c¨®mputo total de v¨ªctimas, excepci¨®n hecha de los tres muertos por inhalaci¨®n (dos en Washington y uno en Florida). Se cuentan nueve enfermos y otros tres casos casi pr¨¢cticamente confirmados. A estos ¨²ltimos se a?aden una periodista que se encontraba cerca de las oficinas de Daschle el d¨ªa de la carta y que ha desarrollado s¨ªntomas de ¨¢ntrax pulmonar y un nuevo empleado de la televisi¨®n NBC, donde se detect¨® la primera misiva en Nueva York hace dos semanas.
Para asegurar la seguridad y tranquilidad de los norteamericanos, el responsable de la Oficina para la Seguridad Nacional, Tom Ridge, anunci¨® que se realizar¨ªan 200 estudios medioambientales en oficinas de correos sospechosas de la costa Este, desde Nueva York hasta Florida, y otras pruebas en todo el pa¨ªs. 'Estamos luchando contra un enemigo en la sombra que quiere asesinar a inocentes', dijo el responsable de la Seguridad Nacional.
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