La vida sigue... ?igual?
Despu¨¦s de estos d¨ªas de euforia parlamentaria, con todos nuestros l¨ªderes pol¨ªticos un poco m¨¢s peinados -es un decir, en el caso de alguno-, todos subiditos en los talones que les proporcion¨® la moci¨®n de censura, crecidos en rigor y en densidad pol¨ªtica, habr¨¢ que empezar a tejer el d¨ªa siguiente. Corremos el riesgo, en esta sociedad nuestra tan voluble, de haber llenado el buche para mucho tiempo, como si la exigencia, en pol¨ªtica, fuera cuesti¨®n de un d¨ªa estelar y centenares de d¨ªas de techo bajo. Lleg¨¢bamos a la moci¨®n secos, casi exhaustos de tanta sed acumulada, tanto que hasta empez¨¢bamos a militar en la convicci¨®n de que la pol¨ªtica, como la historia, hab¨ªa acabado. ?Ser¨ªa Catalu?a el ¨²nico sitio del mundo donde el bueno de Fukuyama tuviera raz¨®n?, nos pregunt¨¢bamos con sonrojo. No hab¨ªa discurso, no hab¨ªa ideolog¨ªa, no hab¨ªa sentido hist¨®rico, no hab¨ªa transformaci¨®n, encallados en una realidad pesante que se resum¨ªa en un cuadro de familia con reina madre incluida. La pol¨ªtica catalana se hab¨ªa provincializado hasta el punto de que me atrevo a decir que Catalu?a empezaba a asumir su condici¨®n de provincia. Aquello que no hab¨ªan conseguido los mal¨¦volos virreyes mesetarios lo estaban consiguiendo, ?ay!, los propios virreyes catalanes, tan bajos de todo, hasta bajos de ambici¨®n. La gesti¨®n -a menudo la gesti¨®n de lo propio...- se hab¨ªa convertido en la ¨²nica ideolog¨ªa de lo p¨²blico. Por todo ello la alegr¨ªa de la moci¨®n de censura se transform¨® en un interesante orgasmo colectivo, sobrecargado de pasiones, ideas, hasta posibilidades. Pero igual que los pobres que asumen como condici¨®n posible practicar el sexo una vez al a?o, corremos el riesgo de quedarnos relajados para el resto del tiempo. Ya hemos tenido nuestra dosis anual de alegr¨ªa pol¨ªtica, ?qu¨¦ hacemos ahora? ?Ves como existe la pol¨ªtica en Catalu?a?, me dice el colega bienintencionado. ?Has visto qu¨¦ nivel?, me lanza un convergente cercano. Para que te quejes, me repiten al un¨ªsono. Y claro que me quejo, porque servidora, encantada con la moci¨®n, tanto que lo ha escrito y lo ha dicho, no piensa sin embargo encandilarse con el primer caramelo que le dan para pasar el rato. S¨®lo si la moci¨®n de censura es el inicio de un nuevo paradigma pol¨ªtico en Catalu?a podremos considerar que la alegr¨ªa de un d¨ªa se convierte en gram¨¢tica normalizada.
Preguntas para el d¨ªa siguiente al de la batalla. Parlament. ?Va a continuar siendo la Disneylandia feliz donde los amigos del oasis se encuentran, se evitan las cosillas feas y como mucho se lanzan confetis a la cabeza para parecer que se pelean? Es decir, ?el Parlament va a tener la dimensi¨®n de C¨¢mara de confrontaci¨®n real, con los esc¨¢ndalos abiertos en canal y los problemas del territorio inundando el noble sal¨®n? ?Ser¨¢, por fin, el Parlament el escenario de un choque entre programas diversos y, sobre todo, entre ideolog¨ªas? Los anuncios de nueva etapa hist¨®rica, que al son de una revisi¨®n estatutaria y hasta constitucional vibraron en los d¨ªas de la moci¨®n, ?impregnar¨¢n de alguna manera el debate? Es decir, ?el Parlament va a empezar a sangrar ideas, territorio, proyectos? La pregunta no es s¨®lo para la oposici¨®n, que a menudo quiere m¨¢s de lo que puede, sino tambi¨¦n para ese nuevo chico de la derecha catalana que tambi¨¦n tendr¨¢ que demostrar alguna cosa si quiere llegar al Olimpo... ?O quiere llegar precisamente gracias a no cambiar nada? 'De l'ensopiment neixeran els d¨¦us de l'estult¨ªcia', escribi¨® un poeta sin saber que escrib¨ªa an¨¢lisis pol¨ªtico... Por cierto, me dice Carles Flavi¨¤, haciendo creer que bromea, que ¨¦l prefiere Pujol a Mas: 'Nena, sempre millor una botigueta que una multinacional'.
M¨¢s preguntas. Periodismo. ?Vamos a continuar confundiendo, en la informaci¨®n, el marujeo con la pol¨ªtica? ?Va a continuar siendo la informaci¨®n pol¨ªtica la cr¨®nica rosa de los estados psicol¨®gico-sentimentales de nuestros ni?os? Que si Duran frunce la ceja un poco m¨¢s de la cuenta... Que si Carod se ofrece otra vez, pero s¨®lo un poquito y por si acaso a todos. Que si se han reunido una vez m¨¢s para jugar al mus y publicamos la noticia por cent¨¦sima vez como si fuera nueva... Que... Con tanto peso real que la realidad acumula y con tanta necesidad de inundar de realidad la pol¨ªtica, habr¨¢ que revisar por qu¨¦ se parece tanto la informaci¨®n al puro gremialismo. Que la promiscuidad entre periodistas y pol¨ªticos llevamos tiempo pag¨¢ndola..., pero habr¨¢ que dejar de padecerla.
?ltima pregunta. Partidos pol¨ªticos. ?Van a continuar pareci¨¦ndose a una agencia de ocupaci¨®n sin m¨¢s ideolog¨ªa que la voracidad para llegar a ocupar el poder? Es injusto decirlo despu¨¦s de un debate de ideas como el que la moci¨®n provoc¨®, pero precisamente porque lo dicho fue denso me permito exigir que esa densidad sea el motor futuro de la pol¨ªtica. Hablando en plata, ?ERC se va a dedicar a explicar qu¨¦ modelo social quiere -aparcado el nacional para tiempos mejores- o va a continuar con sus devaneos entre despachos ofreci¨¦ndose como amante a toda la clientela? ?CiU va a explicarnos de una vez qu¨¦ modelo catalano-espa?ol es el suyo o va a continuar viviendo de no vendernos nada excepto perversidad socialista? Porque est¨¢ bien situarse contra el modelo federal de Maragall, pero siempre y cuando uno presente modelo... Y los socialistas, ?van a creerse lo que han dicho o se trataba s¨®lo de un momento de entretenimiento feliz? Los compromisos de Maragall, rotundos, ?van a ser compromisos de calado o el hombre se limita a comprometerse consigo mismo? Que eso del nuevo socialismo espa?ol sonaba bien, querido, pero ?lo presentar¨¢s a la audiencia?
La moci¨®n, ?qu¨¦ emoci¨®n! Pero se?or¨ªas, que no sea zanahoria para el conejo. La sed de pol¨ªtica no se ha calmado con este vasito reconfortante. Al contrario: es ahora cuando estamos m¨¢s sedientos.
Pilar Rahola es periodista. pilarrahola@hotmail.com
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