Cambio de f¨®rmula
El aumento del paro a lo largo de los ¨²ltimos doce meses -ya no hay explicaciones estacionales que valgan- nos ha trasladado al pasado porque el crecimiento del n¨²mero de parados era algo que no se ve¨ªa en Espa?a desde 1993. Examinando las series del desempleo de los ¨²ltimos diez a?os hemos podido comprobar que, cuando el PP lleg¨® al poder, la econom¨ªa espa?ola llevaba ya dos a?os reduciendo la cifra de parados a un ritmo de 200.000 personas al a?o. Nos hemos dado cuenta de que no era verdad que la reducci¨®n del paro hubiera comenzado en 1996, sino que el Gobierno del PP se encontr¨® con una econom¨ªa que estaba reduciendo el paro. Por el contrario, si ahora entregara el testigo a un nuevo Gobierno, le dejar¨ªa una econom¨ªa que est¨¢ destruyendo empleo.
En las ¨²ltimas semanas se han publicado m¨¢s datos que sirven para comparar la econom¨ªa que se encontr¨® el PP con la situaci¨®n en que est¨¢ ahora y que chocan con el discurso oficial. La Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorro nos ha explicado que hasta 1996 en Espa?a hubo un importante esfuerzo de aumento del ahorro familiar, mientras que desde entonces no ha cesado de menguar la tasa de ahorro. Las cuentas de Espa?a con el exterior muestran una evoluci¨®n parecida: el PP se encontr¨® al llegar al Gobierno con un sector exterior equilibrado, con un saldo positivo en la cuenta corriente, mientras que el a?o 2000 -antes del 11 de septiembre y cuando el comercio mundial crec¨ªa espectacularmente- Espa?a ten¨ªa un d¨¦ficit corriente de m¨¢s de tres billones de pesetas.
F¨®rmulas que funcionan en una situaci¨®n no sirven en otras. Cuando el Gobierno se encontr¨® con una herencia de muchas reformas estructurales, un tipo de cambio competitivo, el man¨¢ de la reducci¨®n de tipos de inter¨¦s que vino con el euro y la expansi¨®n econ¨®mica norteamericana m¨¢s larga de la historia, le bast¨® con animar a la gente haci¨¦ndole ver lo que era cierto: que Espa?a iba bien. Entonces pudimos, sin hacer reformas, disfrutar de una buena herencia y de un entorno exterior favorable. Pero ahora el paro no est¨¢ bajando, sino que sube; el ahorro est¨¢ en su nivel m¨¢s bajo de los ¨²ltimos a?os, y el d¨¦ficit comercial y de servicios ha escalado a las cifras m¨¢s altas de la historia. En esta situaci¨®n, utilizar la f¨®rmula del pasado -la de animar sin reformar- no va a funcionar. Ya no va a funcionar la f¨®rmula de presentar un Presupuesto con proyecciones rosadas, pero que no incorpora ni una sola reforma estructural del gasto p¨²blico.
Si el Gobierno quiere dejar a sus sucesores en el 2004 una buena situaci¨®n econ¨®mica debe decirle al pa¨ªs que ya no tenemos un entorno exterior favorable y que no podemos seguir sin reformar. Tenemos que pasar de la f¨®rmula de disfrutar sin reformar a la del realismo con reformas. Ya no sirve decir que se est¨¢ reformando sin reformar de verdad. Ahora no hemos heredado una econom¨ªa como la de 1996, que hab¨ªa hecho con sufrimiento sus ajustes y que lo ¨²nico que necesitaba era infundir ¨¢nimos a los agentes econ¨®micos para disfrutar de los beneficios del ciclo. Porque, desgraciadamente, en los ¨²ltimos a?os, y en contra de la propaganda oficial, no s¨®lo no se han hecho reformas estructurales de importancia, sino que en muchos casos se ha aumentado el poder de los oligopolios, se han incrementado los gastos de la Seguridad Social, se han introducido rigideces en el mercado de trabajo y llevamos ya tres Presupuestos en los que no se ha incluido ni una sola reforma de supresi¨®n o reducci¨®n de gasto p¨²blico improductivo. Y esto acaba pasando factura.
Es verdad que acometer reformas estructurales es duro, porque los Gobiernos que las hacen sufren los costes de enfrentarse a parte de la poblaci¨®n, mientras que los beneficios econ¨®micos son recogidos por sus sucesores. Pero Espa?a, despu¨¦s de este ciclo que acaba y que hemos disfrutado todos, necesita cambiar de f¨®rmula y volver al realismo y a las reformas, aunque sean otros Gobiernos los que disfruten de los buenos resultados econ¨®micos. El Gobierno deber¨ªa recordar un proverbio africano que dice que 'los pueblos que avanzan son aquellos en los que las personas mayores plantan ¨¢rboles a cuya sombra no se sentar¨¢n ellos'. mfo@inicia.es
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