La presi¨®n fiscal ha subido dos puntos del PIB durante los cinco a?os de gobierno del PP
La inversi¨®n p¨²blica ha perdido peso relativo y se sit¨²a por debajo de la que hab¨ªa en 1995
Los impuestos y las cotizaciones sociales que se pagan al Estado han crecido m¨¢s deprisa que la actividad econ¨®mica durante los cinco a?os de gobierno del PP. La presi¨®n fiscal ha pasado as¨ª de representar el 33,7% del PIB en el a?o 1996 a alcanzar el 35,7%, seg¨²n datos oficiales. Al crecimiento del empleo y de la actividad econ¨®mica se ha sumado la no actualizaci¨®n de la tarifa del IRPF y la subida de las bases de cotizaci¨®n a la Seguridad Social para algunos colectivos. En la gesti¨®n presupuestaria del PP destaca tambi¨¦n el retroceso de la inversi¨®n p¨²blica en relaci¨®n al PIB.
El resultado de estos cinco a?os es que mientras los impuestos y cotizaciones que se pagan a las administraciones p¨²blicas -Estado, Seguridad Social, comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos- han aumentado su peso en el PIB, el del gasto p¨²blico ha ca¨ªdo. Es decir, los ciudadanos dan m¨¢s y reciben menos en relaci¨®n al total de riqueza que se genera.
Los datos figuran en un informe anual de la Intervenci¨®n General de la Administraci¨®n del Estado, que depende del Ministerio de Hacienda. La presi¨®n fiscal ha pasado de representar el 33,7% del PIB en 1996, a suponer un 35,7% en 2000. Espa?a se mantiene en este aspecto por debajo de la media europea (42,49%), aunque con un crecimiento m¨¢s r¨¢pido. El gasto p¨²blico, por el contrario, ha ca¨ªdo desde el 43,7% del PIB hasta el 39,8% en las mismas fechas.
El aumento de la presi¨®n fiscal se produce porque han sido a?os muy buenos para el crecimiento y el empleo, con un efecto multiplicador para los ingresos p¨²blicos. Pero tambi¨¦n se debe a que la tarifa del IRPF y las deducciones se ha mantenido congeladas despu¨¦s de la reforma de 1999. En 2000 el impuesto no se adapt¨® a la inflaci¨®n, lo que supuso recaudar unos 150.000 millones de pesetas m¨¢s.
Tambi¨¦n se ha debido a que los ingresos por cotizaciones sociales han crecido un 9,9%, pero no s¨®lo gracias al aumento del empleo (3,1%) y del n¨²mero de cotizantes (5%). Tambi¨¦n se ha producido una elevaci¨®n de las bases m¨¢ximas de cotizaci¨®n para las categor¨ªas profesionales intermedias por encima de la inflaci¨®n prevista (2%). En sentido contrario ha jugado una reducci¨®n del tipo de cotizaci¨®n al desempleo de 0,2% puntos.
El resultado es que, aunque el tama?o del pastel ha aumentado, el Estado se ha quedado con un trozo m¨¢s grande. Y no ha mordido en todos los sitios por igual. La mayor parte del aumento de la presi¨®n fiscal en el ¨²ltimo a?o se explica por el factor trabajo, ya que responde al mayor peso de las cotizaciones sociales y del impuesto sobre la renta. El aumento de los beneficios empresariales por encima del crecimiento econ¨®mico tambi¨¦n ha influido en la mayor presi¨®n fiscal.
Por el contrario, los impuestos sobre la producci¨®n y las importaciones, as¨ª como los que gravan el capital, han mantenido pr¨¢cticamente estable su contribuci¨®n a la presi¨®n fiscal en 2000. En el caso de las rentas del capital, se produjo un descenso de siete puntos en el tipo de retenci¨®n sobre dividendos y reembolsos de seguros.
En el lado contrario de la balanza est¨¢ el gasto p¨²blico cuyo peso ha ca¨ªdo en relaci¨®n al PIB. Se explica por la pol¨ªtica de privatizaciones y la derivaci¨®n de gastos hacia sociedades en la frontera de lo privado, dos de las claves en la pol¨ªtica econ¨®mica del PP en estos a?os. La etapa de bonanza econ¨®mica ha permitido tambi¨¦n bajar el peso de las prestaciones sociales en relaci¨®n al PIB (del 13,8% al 12,3%). El peso de la inversi¨®n p¨²blica se ha recortado una d¨¦cima en estos ¨²ltimos cinco a?os y medio punto si se considera desde 1995.
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