La delaci¨®n liquid¨® el cartel de las vitaminas
Aventis gan¨® por los pelos la batalla por ser el primer chivato y evitar la multa de la UE
El temor a una sanci¨®n multimillonaria de la Uni¨®n Europea provoc¨® entre las compa?¨ªas farmac¨¦uticas implicadas en la creaci¨®n del cartel de las vitaminas una carrera contrarreloj para ser la primera en denunciar el caso y obtener un trato de favor a la hora del castigo. La francesa Aventis gan¨® por la mano a sus rivales, y eso ayud¨® a desmontar un tinglado que, desde 1989, increment¨® ilegalmente el precio de las vitaminas, un fraude especialmente grave por afectar a sustancias clave para la nutrici¨®n y el crecimiento. Las ocho empresas sancionadas por Bruselas temen ahora que sus clientes -uno de los principales es Coca-Cola- presenten querellas por haberles cobrado de m¨¢s.
Las empresas afectadas temen querellas de sus clientes estafados y nuevas investigaciones
La carrera por la autoinculpaci¨®n corri¨® paralela a las condenas en Estados Unidos
A comienzos de mayo de 1999 se inici¨® en Bruselas la que puede denominarse 'la carrera por ser el primer chivato'. Y la gan¨®, por los pelos, la multinacional francesa Aventis. Junto a otros siete gigantes mundiales dedicados a la venta de vitaminas, hab¨ªa participado a lo largo de esa d¨¦cada en un cartel para fijar precios artificialmente elevados para productos b¨¢sicos para la nutrici¨®n. La Comisi¨®n Europea acaba de imponerles la multa m¨¢s elevada de su historia (142.296 millones de pesetas), pero Aventis pagar¨¢ una cantidad m¨ªnima, porque, de acuerdo con la legislaci¨®n comunitaria, el primero que denuncia queda perdonado de la multa.
En aquel mes, los directivos de las principales empresas implicadas en el cartel (la suiza Hoffmann-La Roche y la alemana Basf) ya eran conscientes de que estaban a punto de ser condenadas por la justicia estadounidense y que, por tanto, de inmediato se pondr¨ªan en marcha los servicios de la Competencia de la Comisi¨®n Europea. Ah¨ª empez¨® la carrera. El 4 de mayo, Basf escribi¨® una carta a la Comisi¨®n Europea en la que expresaba su deseo de colaborar en las investigaciones que sin duda se abrir¨ªan. El d¨ªa 6 hizo lo mismo Roche. Pero ninguno de los dos entregaron documentaci¨®n alguna de su culpabilidad.
El hueco lo aprovech¨® de inmediato Aventis. Sus abogados escribieron a la Comisi¨®n Europea el 19 de mayo de 1999 y le adjuntaron amplia documentaci¨®n para probar la existencia del cartel. Seis d¨ªas m¨¢s tarde enviaron todav¨ªa m¨¢s pruebas concluyentes. 'Hubo una carrera, desde luego', reconoce uno de los t¨¦cnicos que han investigado el caso en el ¨¢rea de la Competencia, dependiente del comisario Mario Monti.
Abierta la espita, los otros implicados en el cartel (Solvay, Merck, Daiichi, Eisay y Takeda) tambi¨¦n se aprestaron a entregar documentos que les inculpaban o, al menos, reconocieron oficialmente su culpabilidad, pero ya era tarde. Su colaboraci¨®n les supuso una rebaja posterior a la hora de fijar las multas, incluso de un 50% de la sanci¨®n, pero s¨®lo a los franceses de Aventis se les perdon¨® la penalizaci¨®n.
La carrera por la autoinculpaci¨®n, en efecto, fue totalmente paralela a la condena de las multinacionales en Estados Unidos. Fue el 20 de mayo de 1999 el d¨ªa en que Roche y Basf fueron condenadas a pagar fuertes multas (500 millones de d¨®lares y 225, respectivamente) por fijar precios entre enero de 1991 y febrero de 1999 de las vitaminas A, E, B2, B5, C y Beta-caroteno. Incluso dos de los m¨¢ximos responsables de Roche, Sommer y Br?nnimann, fueron condenados a cuatro y cinco meses de prisi¨®n, respectivamente. A su vez, la justicia canadiense llevaba tambi¨¦n muy avanzada otra investigaci¨®n paralela, que culmin¨® con nuevas multas en septiembre de ese a?o. Por eso, las multinacionales intentaban mitigar al m¨¢ximo lo que les esperaba en Europa.
Los directivos de Aventis ya ten¨ªan experiencia sobre c¨®mo deb¨ªan actuar. En Estados Unidos, los jueces tambi¨¦n eliminaron la multa prevista para Rh?ne-Poulenc (predecesora de Aventis) porque tambi¨¦n al otro lado del oc¨¦ano se hab¨ªa acogido a un programa judicial de inmunidad al colaborar activa y decisivamente en la investigaci¨®n.
Gracias a esta empresa, los servicios europeos de la Competencia han podido reconstruir c¨®mo se fragu¨® desde 1989 uno de los mayores fraudes descubiertos hasta ahora en el mundo, 'el cartel m¨¢s serio y da?ino de los que la Comisi¨®n ha investigado', en palabras de Monti, 'porque adem¨¢s afectaba a sustancias vitales para la nutrici¨®n y esenciales para el crecimiento normal y la preservaci¨®n de la vida'. Vitaminas de esas caracter¨ªsticas est¨¢n presentes en todo tipo de galletas, bebidas, papillas o cereales.
Hab¨ªa cuatro niveles de reuniones para ponerse de acuerdo y fijar precios. En el primero participaban los dirigentes de las compa?¨ªas. La voz cantante la llevaba siempre el directivo de Roche, habitualmente en contactos en hoteles de Basilea y sus alrededores. All¨ª pactaban que una de las compa?¨ªas anunciara a trav¨¦s de un diario econ¨®mico la subida de precios, y a partir de ese momento todas las dem¨¢s segu¨ªan los mismos pasos.
La japonesa Eisai, a trav¨¦s de Roche, fue la primera no europea en adherirse a la operaci¨®n en 1991, pero luego se sumaron Takeda o Daiichi. Las reuniones con los japoneses se celebraban en hoteles de Tokio (otras veces en Osaka y Nara), y siempre conclu¨ªan con un gran banquete. Tambi¨¦n en Z¨²rich hubo algunas reuniones de trabajo, una de las cuales, mantenida el 25 de mayo de 1993, ha sido reconstruida por la Comisi¨®n. El representante de Takeda en esa reuni¨®n pact¨® con Roche, en nombre de los dem¨¢s socios japoneses, alguno de los precios y escribi¨® una minuta del encuentro encabezado con esta frase: 'Destr¨²yase en cuanto se lea'.
En noviembre de 1992, y durante otro contacto en Tokio, el representante de Roche se quej¨® amargamente de que algunos socios japoneses estaban vendiendo sus vitaminas por debajo de los precios establecidos. 'Por favor, que se corrija esta situaci¨®n cuanto antes', escribi¨®.
Todo iba viento en popa hasta 1997, cuando se iniciaron las investigaciones en EE UU. Ahora se ha hundido el tinglado y las empresas afectadas temen no s¨®lo nuevas investigaciones en otros pa¨ªses, sino tambi¨¦n las posibles querellas de sus clientes por cobrarles de m¨¢s. Uno de los m¨¢s importantes es Coca-Cola.
M¨¢s ventajas para los confidentes
La Comisi¨®n Europea prepara una modificaci¨®n de sus normas para proteger o premiar aun m¨¢s a las empresas que notifiquen voluntariamente la existencia de carteles y su participaci¨®n en ellos o en actividades contrarias a la competencia. La actual normativa al respecto, aprobada en 1996, prev¨¦ una rebaja de la multa a los chivatos de entre el 75% y el 100% de la sanci¨®n. El caso de Aventis ha sido el primero al que se ha aplicado la rebaja m¨¢xima. A comienzos del a?o que viene, Bruselas quiere poner en marcha un mecanismo m¨¢s pr¨¢ctico, de forma que el primero que acuda a denunciar una situaci¨®n irregular de ese tipo y aporte pruebas tendr¨¢ la seguridad de que no sufrir¨¢ sanci¨®n alguna. 'Se trata de que tenga garant¨ªas jur¨ªdicas de esa exenci¨®n', afirma un alto cargo del ¨¢rea de la Competencia. Las empresas multinacionales implicadas hoy en ese tipo de irregularidades tambi¨¦n intentan estar preparadas. Algunas de ellas, como ha descubierto la Comisi¨®n, hacen cursos especiales entre sus directivos para que sepan c¨®mo reaccionar ante la visita de una inspecci¨®n y conozcan qu¨¦ documentos pueden o no tener en sus despachos y ordenadores. 'Incluso contratan a gente para que se haga pasar por inspectores de Bruselas y observar as¨ª sus reacciones', cuentan. Frente a estas artima?as, que incluyen el archivo de documentos clave en domicilios de los directivos, la Comisi¨®n quiere que los Quince autoricen que los inspectores de la Competencia puedan acudir por sorpresa incluso a las casas particulares previo permiso judicial.
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