Los l¨ªmpidos dibujos de un ge¨®metra
Juan de Herrera, de vida mal conocida, hab¨ªa nacido en la localidad c¨¢ntabra de Mobell¨¢n entre 1530 y 1533. Fue en su juventud estudiante en Valladolid, presumiblemente de Matem¨¢ticas y de Geometr¨ªa, as¨ª como soldado en Flandes a las ¨®rdenes del emperador Carlos V. Tras abdicar ¨¦ste, viaj¨® entre su s¨¦quito hasta su retiro del monasterio extreme?o de Yuste. All¨ª conoci¨® Herrera a Felipe II, con quien visitar¨ªa Italia, Alemania y Flandes, durante el periplo que entre 1548 y 1551 gir¨® el monarca a sus dominios europeos, la fase m¨¢s feliz de su r¨ªgida vida.
Juan de Herrera adquiri¨® nombrad¨ªa en 1562 en la Corte filipina por sus conocimientos de Astronom¨ªa y Matem¨¢ticas, ¨¦stos reunidos en su Tratado del cuerpo c¨²bico conforme a las opiniones del arte de Raimundo Lulio. La figura del mago medieval mallorqu¨ªn, as¨ª como su l¨®gica informal y su racionalidad ardiente, fascinaba al futuro arquitecto, afici¨®n que compartir¨ªa el hebra¨ªsta Benito Arias Montano, con ¨¦l, el m¨¢s pr¨®ximo colaborador de Felipe en la magna obra del monasterio de San Lorenzo de El Escorial. El inter¨¦s de Felipe de Austria por Herrera se vio estimulado por la formaci¨®n matem¨¢tica dada al monarca por su preceptor, Juan Mart¨ªnez de Sil¨ªceo.
En 1563, Juan de Herrera fue llamado como ayudante por Juan Bautista de Toledo, el arquitecto convocado a Madrid desde Italia por Felipe II para edificar el monasterio de El Escorial. Muerto prematuramente De Toledo, Herrera se har¨ªa cargo de las colosales obras, culminadas en 1584. Su l¨ªmpido trazo, su visi¨®n org¨¢nica de la geometr¨ªa y su capacidad para asimilar en sus dibujos las mil variables necesarias a la arquitectura pueden apreciarse en esta exposici¨®n ¨²nica. Con su inteligencia constructiva, Herrera dot¨® al monasterio madrile?o y a numerosas iglesias castellanas de una tect¨®nica grandiosa, sesgada por un lenguaje severo debido a la cercan¨ªa de la austera contrarreforma luterana. Su genio y el de sus seguidores, especialmente el alzado de Cax¨¦s de un puente sobre el r¨ªo Manzanares, destellan a¨²n, desde sus vivos rasgos, en el Palacio Real.
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