Los Premios de la Paz piden el fin del arresto de Suu Kyi
Hay mucho ruido de bombas y de metralla en el mundo. En la pac¨ªfica ciudad de Oslo, una colecci¨®n nada despreciable de ilustres ciudadanos, 30, para ser m¨¢s exactos, de los 39 laureados con el Nobel de la Paz, se afanaban ayer por dejar o¨ªr lo que, en estos momentos y tal como est¨¢n las cosas, no ser¨¢ m¨¢s que un murmullo. Lo que pretenden transmitir estas personalidades es que termine el arresto domiciliario en Myanmar de una de las galardonadas con este premio en 1991, la birmana Aung San Suu Kyi.
Esta llamada de atenci¨®n se enmarca dentro de los actos que estos d¨ªas se vienen celebrando, tanto en Oslo como en Estocolmo, para conmemorar el centenario de los premios Nobel. A la capital noruega no han podido trasladarse, por el conflicto de Oriente Pr¨®ximo, ni Arafat, ni Sim¨®n Peres. Lech Walesa, Desmond Tutu, el Dalai Lama o Rigoberta Mench¨² han sido algunas de las figuras que han participado en Oslo los pasados d¨ªas en un simposio titulado Conflictos del siglo XX y soluciones para el siglo XXI. La llegada de Gorbachov, una de las personalidades pol¨ªticas m¨¢s relevantes de las ¨²ltimas d¨¦cadas, se esperaba para hoy.
Mayor inter¨¦s
Es cierto que los Nobel de la Paz son los que despiertan, por las propias caracter¨ªsticas del galard¨®n, mayor inter¨¦s. Muchos de ellos fueron pol¨¦micos. Como pol¨¦micos han sido tambi¨¦n algunos de los que obtuvieron el Nobel de Literatura. De hecho, las discusiones en torno a la relevancia de los elegidos en esta modalidad empezaron pronto. Hubo foll¨®n desde el primer momento. En la primera edici¨®n, lo obtuvo el escritor franc¨¦s Armand Sully-Proudhom. Un mont¨®n de artistas y escritores suecos (entre los que figuraban August Strindberg y Selma Lagerl?ff) protest¨® en¨¦rgicamente, pues pensaba que el que de verdad lo merec¨ªa era el ruso Le¨®n Tolst¨®i. As¨ª que no siempre ha habido acuerdo. Y, sin embargo, ganar el Nobel es una garant¨ªa de prestigio.
Los premios cumplen esta vez cien a?os. Los cre¨® Alfred Nobel, un hombre que supo combinar sus cualidades de cient¨ªfico e inventor con un gran empuje empresarial. Muri¨® en 1896. Ten¨ªa registradas entonces 355 patentes y hab¨ªa creado empresas en 90 lugares de 20 pa¨ªses distintos. En su testamento estableci¨® que la mayor parte de su imponente patrimonio se destinara a la creaci¨®n de una fundaci¨®n que ha sido la encargada de garantizar la continuidad de los premios.
El centenario ha generado una avalancha de festejos en Estocolmo. Han sido invitados, durante diez d¨ªas, a esta cita hist¨®rica los 225 premiados que siguen con vida. No han podido asistir todos -Camilo Jos¨¦ Cela, el ¨²ltimo Nobel espa?ol, es uno de los ausentes-, pero unas 164 figuras de las ciencias y las letras est¨¢n en Estocolmo.
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