El Deportivo recobra la salud

El Deportivo confirm¨® anoche que ha recobrado la salud. Ya se hab¨ªa intuido en los dos ¨²ltimos encuentros y anoche se confirm¨® plenamente. Guiado por Valer¨®n, que ha superado su nostalgia de las ¨²ltimas semanas, el Depor agarr¨® la pelota, se puso a jugarla, marc¨® muy pronto y ya no se dej¨® sorprender. El Betis no transmiti¨® malas vibraciones, pero, incapaz de sobreponerse al gol inicial, su ejercicio se qued¨® en un simple esbozo. A la espera de la jornada de ma?ana, el Depor regresa provisionalmente al liderato.

Nada gu¨ªa mejor al Deportivo que la br¨²jula de Valer¨®n, ese futbolista que tanto irrita como fascina, ese chico de aire estoico como un monje tibetano, que parece indefenso ante los rigores del f¨²tbol y transmite la sensaci¨®n de que le falta un gramo de maldad para triunfar en un mundo salvaje y competitivo. Un tipo de apariencia desvalida que es uno de los jugadores m¨¢s clarividentes y con mayor capacidad para tejer asociaciones sobre el campo que tenemos en nuestro f¨²tbol. Le pierde su inconstancia, esa incapacidad para prolongar las rachas que, por ejemplo, le hundi¨® en un gris anonimato durante las ¨²ltimas semanas tras un comienzo de temporada que parec¨ªa haber rescatado su mejor versi¨®n. Cuando ya parece que se ha ido, el canario siempre acaba volviendo, para fortuna de un Depor que andaba atribulado desde que su m¨¢s exquisito centrocampista se fue de excursi¨®n por la inopia.

Valer¨®n es de esa clase de futbolistas capaces de impregnar con su estilo a todo un equipo. Si ¨¦l toma la br¨²jula, ya podemos aventurar lo que va a suceder. Empieza a tocarla por aqu¨ª y por all¨¢, abriendo a un costado y a otro, buscando alg¨²n hueco libre por el centro, y alrededor de ese eje empieza a girar una noria de paredes, ayudas y desmarques. Sobre todo, si tiene junto a ¨¦l a gente que sabe interpretar el mismo tipo de juego. Gente, en fin, como Sergio, Duscher, Fran, Makaay o Trist¨¢n.

Anoche ten¨ªa ganas de desempolvar la batuta y, en cuanto la exhibi¨®, se afinaron de pronto todos los instrumentos y sali¨® m¨²sica celestial: el bal¨®n transitaba de una bota a otra ocho, nueve, diez veces, siempre bien dirigido, siempre con una intenci¨®n clara y precisa. A ese fino tejer del Deportivo contribuy¨® el madrug¨®n que se peg¨® el primer gol, que no tard¨® m¨¢s de siete minutos en caer, gracias a una mezcla entre la gentileza del Betis, que dej¨® a Makaay solo en el ¨¢rea, y a la solvencia del delantero holand¨¦s, que burl¨® la salida de Prats con un tiro raso por el medio de las piernas del portero. Agujereado el Betis desde tan pronto, el Deportivo se entreg¨® a las armon¨ªas trazadas por Valer¨®n.

El Betis hab¨ªa comparecido con bastante buena pinta: un grupo de impecable estructura, armado de atr¨¢s hacia delante, pero siempre dispuesto, cuando las circunstancias lo permit¨ªan, a irse hacia arriba sacando el bal¨®n con limpieza. Su problema fue que concedi¨® un gol demasiado pronto y que eso insufl¨® confianza a su rival. Cuando el Deportivo se recre¨® m¨¢s en sus caricias al bal¨®n, el Betis anduvo desaparecido. Hasta que el cuadro de Irureta empez¨® a enredarse demasiado en su traj¨ªn con la pelota, a Valer¨®n le atacaron las imprecisiones y el Depor cay¨® en el vicio del juego horizontal. Ah¨ª apareci¨® el Betis, en el tramo final de la primera parte, con alguna arrancada del discreto Denilson, alg¨²n pase de Capi o alguna acometida del grandull¨®n Joao Tom¨¢s, para sacar al Deportivo de su recreo. Por un momento, el Betis present¨® su candidatura al gol, que tuvo muy cerca Joao Tom¨¢s tras un fallo defensivo de los locales. Pero, a pesar de ese error, la zaga de Irureta dio muestras de haber superado la cat¨¢strofe en la que se debat¨ªa desde hace tiempo y permiti¨® al equipo resistir en el instante m¨¢s delicado.

La jerarqu¨ªa se restableci¨® en el segundo tiempo. Aunque el Deportivo cedi¨® algo m¨¢s la iniciativa al Betis, el choque siempre pareci¨® gobernado por los de Irureta. Trist¨¢n volvi¨® a mostrar en un par de ocasiones su reciente pelea con el gol, hasta que finalmente lleg¨® la bella combinaci¨®n entre Sergio y V¨ªctor que culmin¨® el primero con un magn¨ªfico cabezazo, la prueba definitiva de que, por ahora, el Deportivo ha superado los achaques.