La UE desoy¨® las alertas cient¨ªficas al tratar la crisis de las 'vacas locas'
Un informe prev¨¦ 400.000 muertos por el amianto hasta 2038
El Gobierno brit¨¢nico y la UE cometieron errores en la gesti¨®n de la crisis de las vacas locas y desoyeron las advertencias de los cient¨ªficos, seg¨²n establece un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Por una parte, Londres subordin¨® la protecci¨®n de la salud a intereses ganaderos. Por otra, Bruselas permiti¨® durante a?os la entrada de carne brit¨¢nica y el consumo de harinas c¨¢rnicas por los rumiantes.
El an¨¢lisis de la Agencia Europea de Medio Ambiente analiza la mala gesti¨®n en diversas alertas sanitarias en la UE. El peor saldo en v¨ªctimas se otorga al uso del amianto en la construcci¨®n (ya prohibido). El organismo calcula que provocar¨¢ casi 400.000 muertos en la UE en los pr¨®ximos 35 a?os.
La desatenci¨®n de Londres sobre las vacas locas caus¨® un centenar de personas muertas por la nueva enfermedad transmitida a los humanos, y p¨¦rdidas millonarias. En 1986 se conoci¨® en el Reino Unido el primer caso de encefalopat¨ªa espongiforme bovina (EEB), hasta entonces s¨®lo conocida en las ovejas. S¨®lo dos a?os despu¨¦s, documentos oficiales hablaban ya de que tal patolog¨ªa pod¨ªa pasar a los humanos. 'Pese a que el Gobierno brit¨¢nico asegura haber sido prudente al proteger la salud p¨²blica, en la pr¨¢ctica la subordin¨® a la protecci¨®n del mercado agr¨ªcola, intentando minimizar la intervenci¨®n estatal y el gasto p¨²blico', dice en sus conclusiones el cap¨ªtulo relativo a la crisis de las vacas locas el informe Lecciones tard¨ªas de alertas tempranas: el principio de cautela, 1896-2000, que acaba de publicar la Agencia Europea de Medio Ambiente.
El informe trata de desentra?ar los errores cometidos en alertas sanitarias como la de las vacas locas, en la que una reacci¨®n adecuada y a tiempo de las autoridades brit¨¢nicas habr¨ªan reducido el riesgo para los consumidores y, a largo plazo, para la industria c¨¢rnica.
El denominador com¨²n de las alertas, explica el director de la agencia, Domingo Jim¨¦nez-Beltr¨¢n, es constatar c¨®mo los poderes p¨²blicos han tendido a deso¨ªr las primeras llamadas de atenci¨®n y a considerar que no hay riesgos mientras existe incertidumbre y no llegan las evidencias cient¨ªficas.
Pero las lecciones extra¨ªdas son m¨¢s amplias. As¨ª, en la crisis de las vacas locas era el Ministerio de Agricultura y Pesca brit¨¢nico el encargado de gestionarla. De ah¨ª que se impusieran los intereses ganaderos. La UE tambi¨¦n cometi¨® errores en los primeros a?os, y permiti¨® la entrada de carne brit¨¢nica al continente despu¨¦s de 1988 en grandes cantidades. S¨®lo en 1994 se prohibieron las harinas animales (agente transmisor de la EEB) para alimentar a los rumiantes. Para no cometer los mismos errores del pasado, la Comisi¨®n Europea, sin embargo, desplaz¨® al comit¨¦ veterinario al ¨¢rea de Sanidad y Consumo.
Hay crisis m¨¢s graves y de efectos m¨¢s duraderos que las vacas locas, seg¨²n la Agencia, como la del amianto. Desde que se tuvieron los primeros indicios de que pod¨ªa tener efectos perversos para la salud hasta que se hicieron las primeras normas pasaron 33 a?os. Y la UE emiti¨® la primera prohibici¨®n. Hace menos de un mes, Espa?a prohibi¨® su uso y comercializaci¨®n.
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