Milosevic se sienta en el banquillo
El ex l¨ªder serbio no admite la validez del tribunal, al que acusa de actuar pol¨ªticamenteEl martes comienza en La Haya el juicio por genocidio contra el ex dictador yugoslavo
Slobodan Milosevic debi¨® presagiar hace siete meses y medio, cuando baj¨® esposado desde un helic¨®ptero holand¨¦s al patio de la c¨¢rcel de Scheveningen, pr¨®xima a La Haya, que nunca m¨¢s regresar¨ªa a Belgrado. Hoy, en v¨ªsperas de la apertura de su proceso que se inicia el martes, el primero en la historia contra un jefe de Estado, el ex dictador serbio debe ser mucho m¨¢s consciente de tal realidad. No tiene m¨¢s estrategia judicial que la de, machaconamente, no reconocer la validez del Tribunal Penal Internacional para los cr¨ªmenes en la antigua Yugoslavia (TPIY) y la de desairar las tesis de su fogosa fiscal jefe, la suiza Carla del Ponte, cuyos argumentos, dice, son endebles. Adem¨¢s, se resiste a tener otra defensa que no sea ¨¦l mismo, pese a los consejos contrarios de la cohorte de letrados nacionales y extranjeros que revolotean en torno al hombre que gobern¨® Yugoslavia durante m¨¢s de una d¨¦cada con pu?o de hierro y condujo a tres guerras en los Balcanes.
Del Ponte afirmaba a este diario, poco despu¨¦s del rocambolesco traslado a La Haya el pasado 28 de junio, que Milosevic tendr¨ªa un juicio justo: '?ste no es un tribunal pol¨ªtico. Si hay un lugar donde pueda tener un juicio justo es aqu¨ª'. Sin embargo, ni sus asesores ni ¨¦l piensan de igual modo. Para el ex presidente serbio y yugoslavo, la situaci¨®n est¨¢ viciada desde el origen y la sentencia tambi¨¦n. De ah¨ª que incluso haya decidido presentar una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo por detenci¨®n improcedente antes de que el Tribunal Constitucional serbio se pronunciara. 'Ustedes est¨¢n actuando por venganza ante el fracaso de la operaci¨®n militar de la OTAN contra mi pa¨ªs en 1999', afirm¨® en enero en una de las sesiones preliminares del gran juicio que se inicia pasado ma?ana. No admite la validez del TPIY, creado en 1993 por resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU, al estimar que no tiene el refrendo de la Asamblea General.
Milosevic est¨¢ acusado de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad en Croacia (1991-1995), Bosnia-Herzegovina (1992-1995) y Kosovo (1998-1999), as¨ª como de genocidio, en el caso bosnio, el cargo m¨¢s grave contemplado por los estatutos de este tribunal y por el que arriesga cadena perpetua. Del Ponte no ha desvelado todas las claves de su estrategia, pero se muestra muy confiada en poder demostrar la responsabilidad directa del imputado en la limpieza ¨¦tnica, deportaci¨®n y exterminio de las minor¨ªas no serbias. No le resultar¨¢ nada f¨¢cil probar su culpabilidad directa, sobre todo en el caso de Croacia y Bosnia, a diferencia de Kosovo, porque durante ese periodo era presidente de Serbia.
En el sumario bosnio, la fiscal le implica en las matanzas de Srebrenica (julio de 1995), que causaron m¨¢s de 7.000 muertos, as¨ª como en los bombardeos de Sarajevo (1992-1995), incluido el atentado en el mercado de la capital, el 5 de febrero de 1994, que provoc¨® m¨¢s de 60 v¨ªctimas mortales. Sostiene la acusaci¨®n que actu¨® en colaboraci¨®n con Radovan Karadzic y Ratko Mladic, los jefes pol¨ªtico y militar serbobosnios, sobre los que pesa tambi¨¦n una orden de captura de La Haya por genocidio.
La tesis de Del Ponte es que el acusado plane¨® e intent¨® la construcci¨®n de una Gran Serbia a costa de la expulsi¨®n y eliminaci¨®n de la poblaci¨®n musulmana y albanokosovar. ?ste, sin embargo, sostiene lo contrario. 'Lo que hice fue defender a mi pueblo de una agresi¨®n extranjera, y lo volver¨ªa a hacer', manifest¨® en una de las intervenciones que ha ido teniendo a lo largo de los ¨²ltimos meses y que el presidente de la Sala Tercera, el brit¨¢nico Richard May, trataba de cortar de ra¨ªz si no se ce?¨ªa a lo que le preguntaba. '?Se considera culpable o inocente?', le ha venido diciendo el severo magistrado despu¨¦s de que la fiscal¨ªa fuera desgranando a lo largo los tres sumarios, fundidos al final en uno, como quer¨ªa ella, que apel¨® la decisi¨®n inicial del tribunal de celebrar dos procesos, primero Kosovo y luego Croacia y Bosnia, lo cual era un verdadero desatino judicial. 'No reconozco a este tribunal', replicaba Milosevic siempre que se le preguntaba y se lanzaba a tumba abierta contra EE UU y la OTAN. May, entonces, le cortaba el micr¨®fono.
Sin un hilo aparentemente claro, pero con la voluntad de crear incertidumbre, el ex dictador de Belgrado ha venido lanzando durante estos meses se?ales sobre lo que considera la conexi¨®n directa de Bin Laden con Albania y los planes de expansi¨®n de ¨¦sta. Siempre que ha podido en las sesiones preliminares ha dejado saber que Bill Clinton sab¨ªa que el multimillonario saud¨ª estuvo en Tirana dos a?os despu¨¦s de los atentados contra las embajadas norteamericanas en Kenia y Tanzania en 1998 y que as¨ª se lo comunic¨® el propio presidente. Adem¨¢s, a trav¨¦s de alguno de sus asesores legales, ha insinuado la gran contradicci¨®n de estar hoy entre rejas cuando a mediados de la pasada d¨¦cada Clinton le estrechaba la mano y le reconoc¨ªa como factor clave para la paz en los Balcanes tras los acuerdos de Dayton, en 1995, que significaron el final de la guerra de Bosnia. De ah¨ª que sus colaboradores adelanten que pretende llamar a declarar como testigos a destacados protagonistas internacionales de la crisis balc¨¢nica. Adem¨¢s del ex presidente norteamericano, quiere convocar a su secretaria de Estado, Madeleine Albright; a su mediador, Richard Holbrooke; as¨ª como a Jacques Chirac, Tony Blair y Javier Solana, ¨¦ste por ser quien dio la orden de iniciar la ofensiva militar contra Serbia cuando era secretario general de la OTAN.
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