Verbena clandestina
Por propia definici¨®n, una verbena es colorista, abierta, ruidosa y descarada; as¨ª que cuesta a?adirle lo de clandestina. Viendo en directo a La Cabra Mec¨¢nica puede entenderse ese contraste. Este grupo madrile?o, castizo, burl¨®n, golfo y m¨¢s chulo que un ocho vive un periodo de gracia merced a una canci¨®n sublime, La lista de la compra: una inmensa rumbita que la genial Mar¨ªa Jim¨¦nez (la gran ausente) llenaba de intensidad y pasi¨®n.
A su reclamo, La Riviera se qued¨® chica y se transform¨® en una verbena bulliciosa dirigida por un personaje peculiar, Miguel ?ngel Hernando, alias Lichis. La categor¨ªa de clandestinidad se la otorga el canalleo de sus propuestas musicales, la incorrecci¨®n pol¨ªtica de su discurso y la actitud c¨®mplice de un p¨²blico que acudi¨® a pasarlo bien justo en los tiempos que peor visto est¨¢ el disfrute. En la ciudad se cierran bares, se acordonan plazas, se levantan zanjas y se registran las mochilas para impedir la diversi¨®n.
La Cabra Mec¨¢nica
Lichis: Voz; Adan Carreras, Juli¨¢n Kanevsky y Fernando Polaino: Guitarras; Jos¨¦ Bruno: Bater¨ªa; Pedro Reguillo: Bajo; Xavi L¨®pez: Saxo; Jaime Pe?a: Trompeta; Tito Su¨¢rez: Tromb¨®n de Baras. La Riviera (Madrid), 9 de febrero de 2002.
Con su eterno pantal¨®n de rayitas negras y blancas, Lichis se mostr¨® como el emperador del escenario. Menos mal que su banda -'esta constelaci¨®n de golfos', la defini¨® ¨¦l cuando se fueron incorporando invitados como el canario Ar¨ªstides Moreno o Ramiroquai, de Alcohol Jazz- le conoce bien y sabe seguirle, o parar, cuando le viene la inspiraci¨®n. Pero, sobre todo, lo de Lichis es un regodearse en lo popular. Con toques de raggamuffin combativo, con gui?os al punk ska, o con ramalazos fronterizos de tex-mex, la propuesta de esta Cabra tiene su ra¨ªz en las barras de los bares, en las fiestas de los barrios populares. El chotis, la rumba o el pasodoble -genial La f¨¢bula del hombre lobo y la mujer pantera- se dan la mano con citas a iconos del pop y ¨¦xitos del momento. Asombra escuchar entre estribillos del tercer disco, Vestidos de domingo, que les ha consagrado, r¨¢fagas de canciones ajenas como Hey Jude, Mr. Tambourine, Me gusta ser una zorra, No est¨¢ de moda practicar sexo o Cuando m¨¢s acelero. Esa falta de prejuicios hace grande a La Cabra y a los que la aplauden.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.