'Quiero una Europa federalista, pero no como Estados Unidos'

En v¨ªsperas de la Convenci¨®n para la reforma de la UE, Romano Prodi, presidente de la Comisi¨®n Europea, afirma haber sido uno de los promotores de esta idea y expresa inquietud de que los Gobiernos quieran tener m¨¢s peso en detrimento del m¨¦todo comunitario. 'Sin un papel fuerte de las instituciones supranacionales, no hay futuro para Europa', afirma.

Pregunta. Es la primera vez que la UE acomete un cambio de Tratado utilizando el m¨¦todo de la Convenci¨®n.

Respuesta. Es un evento excepcional, porque se emplea un instrumento que dar¨¢ a las instituciones europeas transparencia, visibilidad y fuerza democr¨¢tica. Al final de la cumbre de Niza ya dije que hab¨ªa que cambiar el sistema de toma de decisiones. Es m¨¢s, la f¨®rmula de la Convenci¨®n fue sugerida por la Comisi¨®n.

P. Pero los principales l¨ªderes, como Blair y Schr?der, hablan de reforzar el Consejo de la UE sin referirse apenas a la Comisi¨®n.

R. Hablan del Consejo porque hay que reformarlo. No se habla de la Comisi¨®n simplemente, porque casi ha concluido su propia reforma.

P. ?Ser¨¢ posible mantener el equilibrio de poder entre Consejo, Comisi¨®n y Parlamento?

R. Cualquier cambio implica el respeto del actual m¨¦todo comunitario. La Comisi¨®n est¨¢ abierta, e incluso lo cree necesario, a discutir el reparto de competencias entre las instituciones europeas y los Estados, pero no el m¨¦todo de mantener el equilibrio entre los tres ¨®rganos.

P. El Gobierno brit¨¢nico propone un Consejo de la UE con mucho m¨¢s peso y poder. ?No supone debilitar a la Comisi¨®n?

R. No se trata de que sea m¨¢s fuerte, sino de que cambie el sistema de trabajo. El gran cambio que han propuesto Blair y Schr?der es que se decida mucho m¨¢s por mayor¨ªa, sin usar el veto.

P. Pero el Gobierno brit¨¢nico tambi¨¦n habla de crear 'un equipo presidencial' de la UE, un n¨²cleo duro.

R. Ya veremos. Aqu¨ª no hay parejas fijas. Se habl¨® de la alianza Espa?a-Italia, luego de Italia-Gran Breta?a, ahora llega la carta de Blair y Schr?der. Hay muchos turnos de baile, pero ninguna boda. Hay una cuesti¨®n clara: el turno de baile era factible en una Europa de seis Estados, pero no en otra con 15, y mucho menos con 25. En este ¨²ltimo caso, los m¨¦todos de votaci¨®n ser¨¢n mucho m¨¢s importantes que las alianzas. Habr¨¢ alianzas seg¨²n las situaciones y los objetivos. 'Todos hacen el amor con todos', como dec¨ªa Mozart en Cos¨¬ fan tutte. As¨ª son los Estados.

P. Blair y Schr?der apuestan por limitar el derecho de veto.

R. S¨ª, el veto tiene que quedarse s¨®lo para cambios radicales, como la admisi¨®n de un nuevo pa¨ªs. El abuso del veto es siempre una tragedia. Me enfurezco cada vez que el Consejo echa mano de la unanimidad cuando puede resolver asuntos por mayor¨ªa.

P. ?Comparte el proyecto de una Europa m¨¢s federalista?

R. Mi posici¨®n es clara: hay que apostar por m¨¢s instrumentos de acci¨®n com¨²n en la pol¨ªtica y la econom¨ªa. Comparto la idea de una Europa federalista, pero hay que ser realistas: no es posible un federalismo total, como en EE UU.

P. ?Debe ser elegido directamente el presidente de la Comisi¨®n?

R. A¨²n no es el momento. La elecci¨®n exige la posibilidad efectiva de que los europeos se expresen tambi¨¦n de forma directa, con una campa?a electoral en una lengua comprensible para todos.