Estudiantes impone su chispa

Estudiantes le sac¨® la chispa precisa a un derby copero que cambi¨® toda su parsimonia inicial por un final trepidante y que se decant¨® en la loter¨ªa de los tiros libres. Pero hasta en eso prevaleci¨® el car¨¢cter optimista con el que, a base de insistir, acab¨® por encontrar sus biorritmos de juego el equipo del Ramiro. Todo lo contrario de lo que le sucedi¨® a un Real Madrid, de lo m¨¢s serio -y eso es elogioso- pero con un punto fatalista, como si, en definitiva, pesara en su subconsciente la serie de lesiones y bajas formas con las que afront¨® el partido. Una vez m¨¢s, y ya van nueve, desde que en sus filas estaba un tal Arvydas Sabonis, el Madrid se queda sin Copa.

En aqu¨¦l ahora meto uno, ahora te hago falta; ahora fallo, ahora te devuelvo la falta, fue decant¨¢ndose la balanza. En esa tesitura puede elegirse una de las ¨²ltimas 30 acciones y ser declarada decisiva. En realidad casi todas lo fueron aunque, por pura cronolog¨ªa, el tinglado del Madrid se vino abajo cuando Iturbe fall¨® un triple, a falta de tres segundos, con 77-75 en el marcador. En el fragor del intercambio de faltas, tiros libres y alguna que otra canasta tambi¨¦n pudo tener incidencia el hecho de que el Madrid acabara de dejarse sus exhaustas fuerzas en neutralizar la ventaja con la que Estudiantes afront¨® la recta final (55-63).

La brecha se abri¨® con las acometidas de los hermanos Reyes bajo la canasta del Madrid, en una labor de captura del rebote ofensivo marca de la casa. Y eso que el equipo madridista logr¨® inicialmente, durante los 25 primeros minutos, que el derby se hiciera tedioso por momentos. Sus hombres se deslomaron en la aplicaci¨®n de la receta de Scariolo. Privatizaron al m¨¢ximo el rebote bajo su canasta, pero a¨²n as¨ª no impidieron que Estudiantes acabara arrambl¨¢ndole 16, a lo que debe a?adirse que perdi¨® en 17 ocasiones el bal¨®n. Una sangr¨ªa. Pero a¨²n as¨ª el Madrid jug¨® a su ritmo hasta esos instantes finales en los que ya no le qued¨® otro remedio que poner sus destinos en manos de Herreros y Djordjevic, que cumplieron ametrallando el aro de Estudiantes incluso hasta poner por delante a su equipo (74-72). Pero para entonces el ritmo de juego ya era fren¨¦tico, como le gusta a Estudiantes, en ese escenario tan del agrado de los Reyes, de un pistolero nato como Garnett de ese base, Gonzalo Mart¨ªnez, que a la chita callando dio un aut¨¦ntico recital y de un enorme Jim¨¦nez. Emociones fuertes. Tal vez s¨®lo una premonici¨®n de la semifinal que aguarda ma?ana entre Estudiantes y Barcelona.