La exposici¨®n 'Ieronimus' revisa la historia de Salamanca
Cuando apenas faltan 48 horas para que se cierre la exposici¨®n de Auguste Rodin (por la que han pasado 340.000 visitantes), Salamanca abre las puertas de Ieronimus. Se trata de una muestra que pespuntea 900 a?os de historia salmantina a trav¨¦s de la rica documentaci¨®n referida a las dos catedrales, pero que cuenta con otra dimensi¨®n de gran peso: por primera vez se pueden conocer estancias de notable inter¨¦s en la catedral vieja, que han permanecido cegadas durante varios siglos.
La denominaci¨®n Ieronimus hace referencia al primer obispo salmantino tras la Reconquista, Jer¨®nimo de Perigueux, que figura como capell¨¢n del Cid y que fue encargado por Raimundo de Borgo?a de restaurar la di¨®cesis en 1102. El obispo que trajo a Salamanca el pectoral del Cid (una de las piezas que se exponen) y tambi¨¦n el denominado Cristo de las Batallas, fue el promotor de la construcci¨®n de la catedral vieja, en el siglo XII. Y ese templo que comenz¨® rom¨¢nico y termin¨® anunciando el g¨®tico, adem¨¢s de ofrecer notables muestras rom¨¢nico-bizantinas como la torre del Gallo (que gracias a la recuperaci¨®n se puede contemplar muy de cerca), es ahora el centro de la exposici¨®n que se podr¨¢ visitar hasta abril de 2003.
Se trata de una aportaci¨®n totalmente desconocida, porque en 1614 fue tapiada y rellenada de cascote toda la zona recuperada despu¨¦s de cinco a?os de trabajo bajo la direcci¨®n del arquitecto Valent¨ªn Berriochoa. Desde siempre en Salamanca se ha aludido con un cierto misterio a la torre Mocha de la catedral vieja como un elemento defensivo desmochado al lado de las almenas que circundan el recinto catedralicio. Ahora, el arquitecto Berriochoa ha roto la leyenda y ha podido establecer que esa torre 'ni fue desmochada ni fue destronada'.
Babelia
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