Nace el tribunal global
El primer tribunal permanente para juzgar cr¨ªmenes de guerra, genocidio, lesa humanidad y agresi¨®n naci¨® ayer en Nueva York, cuando se anunci¨® que 66 Estados hab¨ªan depositado en la ONU las ratificaciones -seis m¨¢s de las necesarias- para que entrara en vigor el Estatuto de la Corte Penal Internacional (CPI), firmado en julio de 1998. Es el paso m¨¢s importante hacia una justicia global desde la Carta de las Naciones Unidas de 1945 y la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos. Su existencia ser¨¢ decisiva en la lucha contra la impunidad en un tipo de cr¨ªmenes que cobraron especial virulencia en el siglo XX.
Pero la CPI nace coja: China o India -los dos pa¨ªses m¨¢s poblados- o la mayor¨ªa del mundo ¨¢rabe no son parte de la misma. EE UU, cuyo anterior presidente firm¨® el estatuto, se dispone ahora a deshacer la firma y, lo que ser¨ªa a¨²n peor, podr¨ªa aprobar una ley de protecci¨®n de sus Fuerzas Armadas en el extranjero para asegurar que no caigan bajo la f¨¦rula del nuevo tribunal que se crear¨¢ en La Haya. De dar tal paso, perder¨ªa legitimidad ante el resto del planeta.
El tratado no tendr¨¢ car¨¢cter retroactivo, pero los cr¨ªmenes cometidos a partir del pr¨®ximo 1? de julio podr¨¢n llevarse ante este tribunal, que deber¨ªa ser operativo dentro de un a?o. La CPI s¨®lo abordar¨¢ situaciones por mandato del Consejo de Seguridad, o por iniciativa del fiscal, en caso de que los tribunales del Estado parte no sean capaces de juzgar un caso que afecte a uno de sus ciudadanos o un crimen cometido en su territorio. No invalida que las leyes nacionales contemplen una jurisdicci¨®n universal.
La UE ha desempe?ado, como le corresponde, un papel impulsor del proyecto. El apoyo de pa¨ªses africanos y latinoamericanos indica que la CPI no se puede considerar un tribunal del Norte contra el Sur. Tras los ensayos ya lejanos de los juicios de N¨²remberg y Tokio, y los tribunales ad hoc para juzgar los cr¨ªmenes cometidos en Ruanda y la antigua Yugoslavia -con el que las autoridades de Belgrado se muestran dispuestas a colaborar m¨¢s, con una nueva ley de extradiciones aprobada ayer-, la CPI ser¨¢ el primero con car¨¢cter permanente, y marca un hito en la defensa del derecho humanitario.
A diferencia del Tribunal Internacional de Justicia, con sede tambi¨¦n en La Haya, la CPI no resolver¨¢ conflictos entre Estados, sino cr¨ªmenes cometidos por personas: una justicia transnacional o global m¨¢s que internacional. Lo logrado no debe hacer cejar en los esfuerzos para convencer a los pa¨ªses que hasta ahora no lo han hecho a sumarse a este proyecto y hacerlo universal. El ¨¦xito de esta instituci¨®n supranacional depender¨¢ tanto de los casos que juzgue como de su capacidad de disuasi¨®n para cometer atrocidades.
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