El descubridor del genoma humano revela que utiliz¨® sus propios genes
Craig Venter confiesa que buena parte de lo que sabe es sobre s¨ª mismo
Craig Venter, uno de los descubridores del genoma humano, ha sorprendido al mundo al revelar que parte del material que utiliz¨® para sus investigaciones proced¨ªa de s¨ª mismo. El presidente de Celera Genomics ha confesado que es portador de una variante gen¨¦tica relacionada con el riesgo de padecer Alzheimer y la deficiente metabolizaci¨®n de la grasa. Este tipo de experimentos se suele realizar con donantes an¨®nimos.
J. Craig Venter, el fundador de Celera Genomics, que en junio del a?o 2000 present¨® junto Human Genome Proyect (HGP) las primeras trazas del genoma humano, es un hombre con un ego tan grande como fama de travieso. Por si alguien ten¨ªa duda, acaba de confirmar todos los extremos al declarar que son suyas buena parte de la secuencias de ADN usadas para definir el mapa humano. Su raz¨®n es incuestionable: '?C¨®mo va uno a no querer saber de su propio genoma?'.
El gubernamental HGP comenz¨® a trabajar en 1990 y Venter no form¨® su compa?¨ªa hasta 1998, lo que no le impidi¨® ganar la delantera investigadora y forzar lo que se puede considerar un empate cient¨ªfico con el anuncio conjunto de un descubrimiento b¨¢sico para el conocimiento del ser humano. El ADN empleado por ambos equipos de investigadores fue extra¨ªdo de donantes an¨®nimos, en el caso del Celera de un grupo de 20 personas de cinco razas distintas. Deb¨ªa seguir siendo an¨®nimo, pero eso es demasiado para Venter.
En declaraciones a The New York Times, el cient¨ªfico anunciaba ayer al mundo que buena parte de lo que se sabe del genoma humano es de su propia gen¨¦tica. Entre otras cosas que es portador de la variante gen¨¦tica apoE4, relacionada con la deficiente metabolizaci¨®n de la grasa y el riesgo de padecer Alzheimer. El investigador ya toma medicaci¨®n para la primera deficiencia y espera a ver qu¨¦ pasa con la segunda.
'?C¨®mo va uno a no querer saber de su propio genoma?', dice para explicar la raz¨®n cient¨ªfica de que fuera desentra?ada su propia gen¨¦tica. Adem¨¢s, quer¨ªa predicar con el ejemplo y si ped¨ªa a otras personas que donaran tejidos c¨®mo se iba a negar ¨¦l a ofrecer los suyos, dice.
Venter se?ala que opt¨® por el silencio en el pasado para no distraer la atenci¨®n sobre la investigaci¨®n, 'pero ahora, una vez ocurrido todo, no creo que eso importe'. Ante la alta probabilidad de que se le vuelva a etiquetar de narcisista y de egoc¨¦ntrico se encoge de hombros: 'Me han acusado de eso tanta veces, que ya me da igual'.
P¨¦rdida de magia
En t¨¦rminos cient¨ªficos, conocer la identidad de uno de los donantes y en este caso uno de los mayores, no tiene mayor relevancia. El sujeto pierde intimidad porque cualquiera puede usar su ADN para escudri?ar sobre sus caracter¨ªsticas gen¨¦ticas, pero eso no importa en demas¨ªa a Venter. Por otro lado, la revelaci¨®n quita magia a la idea de que el genoma es el de la raza humana. 'Cualquier genoma que se quisiera que fuera un hito deber¨ªa ser an¨®nimo',comenta al peri¨®dico Arthur Caplan, profesor de bio¨¦tica de la universidad de Pensilvania. 'Deber¨ªa ser un mapa de todos nosotros, no de uno, y me parece una l¨¢stima que se vincule a una persona en concreto'.
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