Casos pol¨ªticamente incorrectos

Los profesores Filomeno Aparicio y Enrique Summers, de la Escuela de Pr¨¢cticas Jur¨ªdicas de C¨®rdoba -dependiente del Colegio de Abogados-, llevan a?os planteando a los licenciados en Derecho casos pr¨¢cticos en los que el humor y la iron¨ªa alivian las farragosas deducciones que deben hacer estos futuros abogados. Sin embargo, uno de los ¨²ltimos supuestos pr¨¢cticos presentados por ambos parece haberse excedido en la broma, provocando indignaci¨®n entre algunos alumnos, que lo han difundido por C¨®rdoba, e incluso quejas que han llegado al director del centro, Jos¨¦ Rebollo.

Se trata de un caso de despido en el que al licenciado en Derecho se le pide que redacte una papeleta de conciliaci¨®n ante el Centro de Mediaci¨®n Arbitraje y Conciliaci¨®n (CMAC), y en el que la despedida es un personaje inventado, Josefina Ram¨ªrez Aguilar, de 50 a?os, recepcionista de un apartahotel, que abandona su puesto de trabajo para luego correrse una juerga con tres alcaldes socialistas.

De Josefina se dice que es 'soltera y poco agraciada (bajita, fe¨ªlla y con el trasero desproporcionadamente voluminoso debido a permanecer durante todo el d¨ªa sentada)', apasionada lectora de revistas pornogr¨¢ficas masculinas y 'ardiente televidente del cine er¨®tico de madrugada, por lo que anhela a toda costa una relaci¨®n sexual que hasta ahora el destino le ha negado'.

Cuentan los redactores del caso, que un fin de semana se ha celebrado en el hotel una convenci¨®n de alcaldes socialistas, y que al t¨¦rmino de la misma 'tres de ellos, algo borrachos, totalmente salidos y haciendo alarde de un mal gusto extraordinario, se encerraron a pasar la noche con Josefina en uno de los apartamentos, abandonado ella, por lo tanto, su puesto de trabajo'.

Personajes

A continuaci¨®n se relata que el due?o del apartahotel es Juan Ruiz, antiguo concejal del PP, defensor de los valores tradicionales y ¨²ltimamente 'bastante irritado (cabreado) porque les han arrebatado la alcald¨ªa'. Este personaje despide 'verbal y airadamente' (por fin un dato para que trabajen los abogados). Se a?ade que la recepcionista, 'feliz tras su org¨ªa, da por bien empleada la misma, import¨¢ndole tres pitos (no en sentido figurado) el despido'.

La broma abarca tambi¨¦n a los propios profesores, pues el ejercicio termina diciendo que 'Filomeno, abogado laboralista, que con tal de defender a un trabajador es capaz de defender a la t¨ªa m¨¢s fea del mundo, y adem¨¢s es de Izquierda Unida, convence a Josefina para que demande a su empresario'. Este es el texto sobre el que trabajaron los alumnos de la escuela, y, al parecer, suscit¨® tal indignaci¨®n en alguno de ellos que se ha dado a conocer entre la profesi¨®n. Al parecer, la direcci¨®n de la Escuela ha apercibido a los profesores, si bien ayer fue imposible localizar a Rebollo, por encontrarse fuera de la ciudad.

En cuanto a los autores del texto, se muestran asombrados, e incluso uno de ellos, el abogado laboralista Filomeno Aparicio, ve indicios de que se quiere desacreditar a la actual direcci¨®n de la instituci¨®n aprovechando este revuelo.

Enrique Summers, secretario del juzgado de lo Social de C¨®rdoba y hermano de los humoristas Manuel y Guillermo Summers, no ve motivo de esc¨¢ndalo en su proceder, aunque pide disculpas de antemano si alguien se considera ofendido.

Todo parece indicar que en este asunto entran en cuesti¨®n los l¨ªmites de lo que hoy se considera pol¨ªticamente correcto. Summers argumenta que los alumnos son ya licenciados, personas ya formadas a las que, como profesor, intenta plantear las clases de la manera m¨¢s entretenida posible, y que el de la famosa Josefina es s¨®lo uno m¨¢s de los muchos argumentos que se ha inventado.

Reflexiona este profesor sobre el humor y lo pol¨ªticamente correcto, ya que, comenta, actualmente no se puede hacer una gracia con ning¨²n colectivo, y su intenci¨®n no era ni ofender a las feministas, ni a los socialistas ni a los populares.

Filomeno Aparicio, un abogado de relevancia en materia de defensa de los derechos sociales, afirma que suscribe la autor¨ªa aunque el redactor fuese Enrique Summers, y se limita a comentar que el caso pr¨¢ctico es 'una co?a' como cualquier otra con la que se hubiera querido 'vestir' un supuesto de trabajo. Sin embargo, a otros colegas suyos esa co?a les ha parecido sencillamente intolerable.