Montepr¨ªncipe, refinamiento en Malasa?a

En menos de cinco a?os, Justo Rodr¨ªguez y Pilar Rey han convertido esta simp¨¢tica casa de comidas en uno de los lugares favoritos de quienes frecuentan el barrio de Malasa?a. A nadie debe sorprender el ¨¦xito de Montepr¨ªncipe, porque lo que se sirve en sus mesas supera con creces la discreta apariencia del establecimiento. Sin alejarse de las recetas regionales espa?olas, Rodr¨ªguez pone a punto platos sencillos, salpicados de detalles refinados y ennoblecidos por la calidad de las materias primas.

Las mejores carnes de pasto asturianas las hace a la plancha y las acompa?a con patatas doradas en aut¨¦ntico aceite de oliva; los lenguados, presentados en pieza, procedentes de C¨¢diz o Galicia, los hace a la costra con su propia piel, mientras que los pichones de grano -plato estrella-, los asa brevemente y los sirve con una salsa de Pedro Xim¨¦nez. Por supuesto, merecen la pena sus croquetas y los callos, dos especialidades consolidadas. Y, si la visita se realiza al mediod¨ªa, hay que preguntar por el plato de cuchara. Quiz¨¢ unas lentejas con alas de pich¨®n, tal vez unas patatas con costillas o acaso un empedrado. Sea como fuere, hay que reservar un hueco para los postres. Aunque entre la selecci¨®n de tartas se lleva la palma la de manzana, pera y nueces, est¨¢ bien la charlota de chocolate y la de queso fresco con frambuesa.

Otra sorpresa es su carta de vinos, ins¨®lita en un lugar tan peque?o. Contiene m¨¢s de 100 referencias con marcas de ¨²ltima moda espa?olas y extranjeras, y con buenos vinos entre 12 y 18 euros.