Los obispos preparan otra pastoral contra la pol¨ªtica de inmigraci¨®n

Despu¨¦s de la declaraci¨®n de los obispos vascos, ?otra pastoral que contradiga la pol¨ªtica de este Gobierno? La responsable de Inmigraci¨®n en la Conferencia Episcopal Espa?ola, Pilar Samanes, anunci¨® ayer a la agencia Europa Press que la Iglesia Cat¨®lica transmitir¨¢ al Gobierno y a la sociedad espa?ola, a trav¨¦s de una carta pastoral, su preocupaci¨®n por el 'recorte de derechos' que supone la anunciada modificaci¨®n de la Ley de Extranjer¨ªa.

Los obispos, en pleno o por separado, sobre todo el cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco, ya criticaron con severidad hace un a?o la pol¨ªtica de inmigraci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, calific¨¢ndola incluso de 'inmoral', de forma que un nuevo endurecimiento de esa normativa, anunciado ya por el Ejecutivo, no va a merecer una opini¨®n distinta de los prelados. 'La talla ¨¦tica y moral de una sociedad que quiera ser justa y solidaria la da la forma en que se protegen, de hecho y de derecho, todas las libertades fundamentales', dec¨ªa la pastoral de Rouco de abril de 2002 antes de reclamar a sus parroquias 'una acogida generosa de los inmigrantes, sea cual sea su raza, cultura y religi¨®n o su situaci¨®n administrativo-legal'. 'Cada uno es muy libre de decir lo que estime conveniente', le replic¨® con desd¨¦n el vicepresidente del Gobierno y ministro de Interior, Mariano Rajoy.

'Recortando derechos'

La Comisi¨®n Episcopal de Migraciones, responsable de proponer un borrador de pastoral, est¨¢ presidida por Ciriaco Benavente, obispo de Coria-C¨¢ceres, cuenta entre sus vocales con Carmelo Echenagus¨ªa Uribe, prelado auxiliar de Bilbao, y tiene un secretariado dividido en seis apartados de estudio, del que la inmigraci¨®n, con su secci¨®n de refugio, ocupa ahora un lugar preferente en las preocupaciones episcopales.

Pilar Samanes explic¨® ayer que la propuesta del Gobierno de modificar la legislaci¨®n sobre inmigraci¨®n responde a una corriente en la pol¨ªtica europea de restringir la normativa sobre este asunto, 'recortando los derechos desde un punto de vista m¨¢s de control que de integraci¨®n'. A su juicio, los aspectos en los que se produce mayor erosi¨®n de los derechos humanos, como se desprende de los comentarios del vicepresidente Mariano Rajoy, 'es el arraigo y la reagrupaci¨®n familiar'. Restringir estos derechos, como quieren los gobiernos europeos, es 'muy grave' porque provocar¨¢ 'la desvinculaci¨®n total del inmigrante de su familia, con lo que esto conlleva de desintegraci¨®n en la nueva sociedad de acogida', a?adi¨® Samanes.

Pero la disputa en torno a la inmigraci¨®n no har¨¢ saltar los nervios del Gobierno de Aznar, al menos no tanto como la actitud de los obispos ante sus ideas antiterroristas y antinacionalistas. No hay que olvidar que, en estos dos ¨²ltimos a?os de desencuentro, nunca la temperatura antieclesi¨¢stica subi¨® tanto como cuando la Conferencia Episcopal se neg¨® p¨²blicamente a firmar el pacto antiterrorista propuesto por el Gobierno, el PP y el PSOE. Ya entonces se vio que Aznar, l¨ªder de un partido democristiano y ¨¦l mismo practicante cat¨®lico, estaba dispuesto a tolerar pacientemente las cr¨ªticas de la Iglesia Cat¨®lica en todo menos en los ataques o recelos que surgiesen a sus propuestas para terminar con ETA y con todos sus apoyos, directos o indirectos.

Los obispos, en su mayor¨ªa, no est¨¢n dispuestos a amilanarse ni siquiera en este asunto, por mucho que va creciendo el n¨²mero de los que consideran la pastoral de los cuatro prelados vascos inoportuna e innecesaria. Otros, precisamente los que han impuesto hasta ahora su criterio incluso en el Comit¨¦ Ejecutivo de la Conferencia Episcopal, se reafirman en que la pastoral es un documento serio, que contiene una condena radical y profunda del terrorismo de ETA y una defensa tambi¨¦n profunda de sus v¨ªctimas, y que muchas de las cr¨ªticas que ha cosechado, incluida la de Aznar desde Helsinki (Finlandia) tachando la actitud episcopal de 'perversi¨®n intelectual y moral', tuvieron que producirse sin haber le¨ªdo toda la pastoral. 'S¨®lo as¨ª se entiende que puedan decirse cosas as¨ª. Eso, o que ya haya empezado la campa?a electoral', ironiz¨® un prelado catal¨¢n.

Lo cierto es que, salvo en esta materia vidriosa, sobre la que el cardenal Rouco no tiene control -los obispos son pont¨ªfices soberanos en sus di¨®cesis, no delegados de gobierno de la CEE, ni siquiera de Roma-, el presidente Aznar y el arzobispo de Madrid han pactado normalizar sus relaciones cuanto antes y, sobre todo, mantener en pie las negociaciones que el Gobierno y los obispos tienen en marcha desde hace un a?o para resolver definitivamente, en favor de la Iglesia, los desacuerdos sobre la ense?anza de catolicismo en la escuela p¨²blica y su asignatura alternativa, y tambi¨¦n para mejorar el sistema de financiaci¨®n de la Iglesia Cat¨®lica mediante la asignaci¨®n directa de los fieles a trav¨¦s de su declaraci¨®n de la renta anual.

Hasta ahora, Hacienda complementaba con m¨¢s de 6.000 millones de pesetas al a?o (36,6 millones de euros) lo que los cat¨®licos asignan a su religi¨®n mediante el IRPF, y Rouco reclama una f¨®rmula m¨¢s beneficiosa. Ya se da por seguro que el Gobierno va a hacerle caso subiendo hasta el 0,7% la cuota de cada declaraci¨®n de la renta que va a la Iglesia, fijada por el Gobierno socialista en el 0,5239%.

La Conferencia Episcopal recibi¨® por este concepto el a?o pasado 22.180 millones de pesetas (133,30 millones de euros), pero a esa cantidad hay que a?adir otros 590.000 millones de pesetas (3.546 millones de euros) aportados por las diferentes administraciones del Estado en subvenciones para Educaci¨®n concertada, profesores de religi¨®n, capellan¨ªas, sostenimiento de patrimonio religioso y otros muchos cap¨ªtulos, adem¨¢s del para¨ªso fiscal en que se desarrolla la pr¨¢ctica totalidad de las actividades econ¨®micas eclesi¨¢sticas.