'Todos nos convertimos en una historia'
Relajado, contento, siempre de buen humor, Salman Rushdie ha viajado a Madrid para presentar Furia, su novela 'americana', en la que mezcla su autobiograf¨ªa con la historia de un asesino en serie. Es tambi¨¦n una novela triste de emigrantes y desarraigados.
La vida de Salman Rushdie (Bombay, 1947) empez¨® a cambiar cuando, en 1998, el Gobierno iran¨ª levant¨® la fatwa (decreto religioso) que hab¨ªa dictado contra ¨¦l nueve a?os antes el ayatol¨¢ Jomeini. Dej¨® a su familia en Londres y se fue a Nueva York, donde se instal¨® en Manhattan y donde se cas¨® con una bella modelo india de 29 a?os. Atr¨¢s quedaban a?os de cambiar de casa continuamente, hasta 30 recorri¨®, siempre bajo la protecci¨®n de la polic¨ªa brit¨¢nica.
'Furia' es un libro triste, que he querido escribir como si fuera una historia divertida'
'Creo, estoy convencido, de que no se puede volver atr¨¢s en la vida'
Algo parecido le ocurre al profesor Malik Solanka, el protagonista de su nueva novela, Furia (Aret¨¦); como ¨¦l, naci¨® en Bombay y estudi¨® en Cambridge. Solanka lleva dentro una furia terrible que viene de muy lejos. Una noche, casi sin saber c¨®mo, se encontr¨® frente a las camas donde dorm¨ªan su mujer y su hijo con un cuchillo de trinchar carne en la mano. Horrorizado por lo que hab¨ªa estado a punto de hacer, Solanka, al d¨ªa siguiente, tom¨® el primer avi¨®n para Nueva York sin dejar siquiera una nota de despedida.
Pero la furia no le abandona y, adem¨¢s, se encontrar¨¢ en Manhattan con otras furias, que conseguir¨¢n que pierda el control de sus pensamientos. En noches oscuras, perdido en la amnesia del alcohol, creer¨¢ incluso que es el asesino del trozo de hormig¨®n que ha matado a tres j¨®venes bellas y ricas de la mejor sociedad neoyorquina. Furia cuenta la dura traves¨ªa de este hombre para expulsar los demonios que lleva dentro.
El Rusdhie que pudimos ver el jueves en el c¨®ctel de bienvenida que organiz¨® su editorial no se parece al malhumorado profesor Solanka. Relajado, simpatiqu¨ªsimo, se acerc¨® a todo el mundo y con todos charl¨® distendidamente. Ayer se someti¨® con el mismo buen humor y con disciplina espartana a la rueda de entrevistas que le prepararon sus editores.
Pregunta. ?Recuerda aquel 30 de julio de 1992 en El Escorial cuando el diario Abc anunci¨® que usted asistir¨ªa al acto y la polic¨ªa estuvo a punto de suspenderlo?
Respuesta. Era una ¨¦poca muy dura y desafortunada, que ya ha terminado. Hasta qu¨¦ punto fue necesaria toda aquella protecci¨®n y hasta qu¨¦ punto no, es dif¨ªcil saberlo. La gente estaba muy nerviosa. Tengo la sensaci¨®n de que ha pasado mucho tiempo de todo eso. Vivo en la normalidad desde hace muchos a?os y, excepto cuando hablo con los periodistas, no lo recuerdo, no quiero recordarlo.
P. ?Cu¨¢nto hay de autobiogr¨¢fico en Furia?
R. Muchos de mis libros tienen una parte autobiogr¨¢fica. En Hijos de la medianoche, hablaba de mi infancia y de los or¨ªgenes de mi familia, aunque los personajes eran diferentes y tambi¨¦n cambi¨¦ muchos elementos de mi vida. Lo que ahora es diferente es que la gente sabe mucho de mi vida.
P. Solanka tiene muchas cosas en com¨²n con usted.
R. Esa parte biogr¨¢fica es evidente. Naci¨® en Bombay, tiene mi misma edad y tambi¨¦n se va a vivir a Nueva York. Y all¨ª se enamora de una mujer, con la que vive. Me ha divertido mucho hacer el retrato de la mujer de la que estoy enamorado. Pero eso s¨®lo es un punto de partida de la novela.
P. ?S¨®lo un punto de partida?
R. S¨ª, porque lo que les ocurre a los personajes a partir de ese momento tiene un desarrollo literario, no biogr¨¢fico. El malhumor de Solanka, su infelicidad, ese episodio en Londres cuando casi asesina a su mujer y a su hijo, o cuando se cree que es un asesino en serie, todo esto es ficci¨®n. La forma en que se van desarrollando los personajes tiene muy poco que ver con la vida real. Es extra?o, pero hay cosas de verdad que la gente cree ficticias y otras que son inventadas creen que son ciertas.
P. ?Existe en la realidad la atractiva serbia Mila Milo?
R. Lo conceb¨ª como un personaje secundario, que fue tomando vida a medida que avanzaba la novela. No me inspir¨¦ en modelo alguno, es totalmente inventada, pero algunas personas est¨¢n convencidas de que he vivido una historia de amor con una mujer serbia.
P. Solanka es muy cr¨ªtico con Nueva York, ?usted tambi¨¦n?
R. ?l siempre est¨¢ de mal humor, y yo quer¨ªa contar Nueva York desde el punto de vista amargado de este hombre. Mi relaci¨®n con la ciudad es mucho m¨¢s afectuosa que la suya. Yo estoy muy contento. Manhattan es un buen sitio para alguien que trabaje en las artes; en Manhattan se pueden cruzar todas las fronteras. Puedes encontrarte f¨¢cilmente con gente de cine, con m¨²sicos, con pintores... En Londres, cada uno est¨¢ encerrado en su c¨ªrculo.
P. El gran placer de Solanka es crear mu?ecas.
R. Este talento creativo est¨¢ ligado a un pasado oscuro. La creaci¨®n y el horror surgen de la misma fuente, una fuente que est¨¢ en el pasado. Solanka ha intentado enterrar sus recuerdos de Bombay, es para ¨¦l un tema tab¨². He conocido a personas as¨ª, que han encerrado en un lugar muy profundo recuerdos dolorosos, hasta que llega el momento y esa caja se abre.
P. ?Son Mila y Neela las que abrir¨¢n esa caja?
R. Los nombres riman, ?se da cuenta? Mila es un personaje de transici¨®n que empieza a abrir el coraz¨®n de Solanka. Pero no es amor. De alguna manera, es la conexi¨®n perdida con una de sus mu?ecas y ella se presta al juego. La relaci¨®n con Neela es mucho m¨¢s profunda. Ella le ayudar¨¢ a enfrentarse a sus demonios. La cuesti¨®n es si el amor podr¨¢ superar los demonios
P. La serbia Mila Milo, la india Neela, el afroamericano Jack Rhinehart, el fontanero alem¨¢n Schlink, la limpiadora polaca Wislawa... Furia est¨¢ llena de personajes desarraigados.
R. Es una novela que trata de emigrantes, de desarraigados que transportan su propia historia y que la cuentan compulsivamente, porque hablando de ella existen. Todos nos convertimos en una historia, esto es lo que pasa.
P. ?Cu¨¢l es su historia?
R. Es una historia demasiado conocida. Deber¨ªa ser mucho menos conocida.
P. ?Por qu¨¦ se fue de Londres?
R. Porque me apetec¨ªa cambiar. A veces la gente tiene ganas de cambiar. No es un delito, ?verdad? Siempre quise ir a Nueva York. Tampoco he dejado Londres, tengo un lugar all¨ª y viajo con frecuencia para ver a mis hijos y a mis amigos. Hoy es normal que una persona viva en m¨¢s de un sitio.
P. Las primeras mu?ecas, las filos¨®ficas, que crea Solanka se convierten en personajes de moda y se escapan a su control. Llega a odiarlas. Las que crea luego en Nueva York, Akasz Kronos, Zameen, los Reyes Marionetas, que tienen por lema 'Que sobrevivan los m¨¢s aptos', se hacen superfamosas y acaban por escap¨¢rsele tambi¨¦n.
R. Pero en este caso es mucho m¨¢s tr¨¢gico: sus criaturas se convierten en m¨¢scaras que se utilizan para una revoluci¨®n. Las criaturas escapan al poder de Solanka y el resultado es muy dram¨¢tico, muere Neela, la enamorada de Solanka, con la m¨¢scara de Zameen.
P. En Furia hay numerosas referencias al cine.
R. Sucede en toda mi obra. Quiz¨¢ porque yo nac¨ª en Bombay, la gran ciudad del cine.
P. ?Volver¨¢ a vivir en Bombay alg¨²n d¨ªa?
R. No. Me gusta ir a Bombay, pero el Bombay en el que yo crec¨ª ha cambiado mucho. Y, adem¨¢s, creo, estoy convencido de que no se puede volver atr¨¢s en la vida.
P. ?De d¨®nde se siente usted?
R. De un Bombay que ya no existe, me siento del Bombay de los a?os cincuenta y sesenta, cuando era mucho m¨¢s feliz y tolerante de lo que lo es ahora. Se ha vuelto oscuro y violento, con conflictos entre los fan¨¢ticos hind¨²es y los integristas musulmanes. Antes, en Bombay nos sent¨ªamos orgullosos de vivir en una ciudad abierta y generosa.
P. Y Londres y Nueva York, ?siente que pertenece a ellas?
R. Bueno, quiz¨¢ un poquito.
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