La banda de C¨¢sper cae en la trampa de la polic¨ªa
Cien agentes camuflados de vendedores de pa?uelos, limpiadoras y expertos en arte recuperaron 10 de los cuadros de Koplowitz
Hay tres fechas y un refr¨¢n fundamentales en esta historia. Todo empieza el 8 de agosto de 2001. Una banda de ladrones de tres al cuarto sabe que la casa de Esther Koplowitz, un ¨¢tico de 200 metros en el madrile?o Paseo de La Habana, est¨¢ desocupada y en obras, con las alarmas sin conectar, las numerosas obras de arte empaquetadas para que no cojan polvo y un solo vigilante en la puerta. Y los ladrones lo saben, claro, porque es ¨¦l, el vigilante, un madrile?o de 28 a?os, quien les ha dado el soplo. Total, que all¨ª se presentan y hacen como que dan un atraco, golpeando y maniatando al guarda jurado, que se deja maltratar encantado. Se llevan 19 cuadros de un valor incalculable, entre ellos dos lienzos de Goya.
'Sab¨ªa que ustedes eran una de las mejores polic¨ªas del mundo, pero ahora ya no me cabe duda'
La banda de C¨¢sper la integran butroneros, matones a sueldo y camellos de ciudad
La segunda fecha importante es el 4 de diciembre de 2001. Ese d¨ªa la polic¨ªa detiene a cinco personas que considera relacionadas con el robo, entre ellas el vigilante jurado. Su versi¨®n del crimen, de c¨®mo hab¨ªa sido golpeado y maniatado, de c¨®mo arrastr¨¢ndose hab¨ªa conseguido pedir auxilio, les hab¨ªa parecido a los investigadores copiada directamente de una de teleserie de las de despu¨¦s de comer. No obstante, fingieron cre¨¦rsela y dejaron que la prensa la publicara tal cual, pero desde aquel momento se dedicaron a seguir los pasos del vigilante, a escuchar sus conversaciones. Descubrieron pronto que sus amistades eran hampa puro. Sus fotograf¨ªas son ¨¦sas. De izquierda a derecha, el jefe de la banda, ?ngel Su¨¢rez Fl¨®res, m¨¢s conocido por C¨¢sper. Su especialidad son los butrones, los agujeros que se hacen en bancos y joyer¨ªas para alcanzar la caja fuerte. 43 a?os, natural de Buniel (Burgos) y detenido en cinco ocasiones en M¨¢laga, Benidorm, Alicante y Madrid. Su ficha policial habla de tr¨¢fico de drogas, contrabando, robo con fuerza y homicidio doloso. Se le relacion¨® con el intento de asesinato del abogado Emilio Rodr¨ªguez Men¨¦ndez, quien curiosamente ahora es su abogado. Otro de los detenidos es Juan Manuel Candela Sapieha, de 38 a?os y natural de San Sebasti¨¢n. Otro prenda. Capturado en siete ocasiones por tr¨¢fico de drogas, contrabando, falsificaci¨®n de documentos, atracos... Le gusta viajar y el sol -un d¨ªa lo deten¨ªan en Marbellay otro en Ibiza- y tambi¨¦n es listo como su jefe. Incluso un poco pelota. Les dijo a los agentes que le detuvieron: 'Sab¨ªa que ustedes eran una de las mejores polic¨ªas del mundo, pero ahora ya no me cabe ninguna duda'.
La tercera fotograf¨ªa es la del vigilante, Luis Miguel del Mazo. Es el ¨²nico que tiene cara de bueno. Tanto que su ex jefa, la empresaria Esther Koplowitz, le regal¨® en cierta ocasi¨®n varios millones de pesetas en acciones de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Seg¨²n el portavoz de la multimillonaria, Borja Puig de la Bellacasa, no hay gato encerrado. S¨®lo demuestra', dice, 'la naturaleza de Esther Koplowitz y su generosidad; la donaci¨®n que le hizo a este vigilante era un acto relativamente normal en el ¨¢mbito de los ejecutivos y trabajadores que estaban trabajando para ella en su entorno directo'. Aquel d¨ªa de diciembre tambi¨¦n se detuvieron a otras dos personas, pero todos quedaron pronto en libertad. No se encontraron los cuadros y, por tanto, no hubo forma de probar que ellos eran los ladrones.
La tercera y ¨²ltima fecha es el 21 de junio, el viernes pasado. Ese d¨ªa los vendedores de kleenex debieron alucinar. Casi un a?o despu¨¦s del robo, la polic¨ªa ya estaba segura de que C¨¢sper y sus secuaces eran los autores del robo de obras de arte m¨¢s importante de la historia, s¨®lo superado por uno que se cometi¨® en el Museo de Boston (EE UU). Pero ya se hab¨ªan ido de rositas una vez y no era cuesti¨®n de repetir el fiasco, as¨ª que m¨¢s de 100 polic¨ªas camuflados se repartieron por toda la zona donde se iba a terminar la operaci¨®n, una habitaci¨®n del hotel Meli¨¢ Castilla, situado en la calle Capit¨¢n Haya de Madrid. All¨ª estaba Juan Manuel Candela Sapieha, uno de los ladrones, junto a una de las obras robadas, Las tentaciones de San Antonio, de Peter Brueghel. Se hab¨ªa citado all¨ª con el hombre de confianza de un presunto comprador, quien le hab¨ªa prometido una primera entrega de un mill¨®n de euros. Abajo, los agentes ocupaban sus puestos, unos disfrazados de mendigos, otros, de vendedores de pa?uelos; tambi¨¦n el hotel se hab¨ªa llenado de limpiadoras que cog¨ªan fatal la fregona. Como en las pel¨ªculas, a la hora convenida, llamaron a la puerta.
El refr¨¢n no puede ser otro que 'zapatero a tus zapatos'. La banda de C¨¢sper est¨¢ compuesta por butroneros, matones a sueldo, camellos de ciudad. Cuando el presunto hombre de confianza del multimillonario exc¨¦ntrico llam¨® a la puerta, Candela Sapieha ni sospech¨® de que se trataba de un agente de polic¨ªa, ni que el presunto experto en obras de artes que lo acompa?aba, un americano de aspecto impecable, efectivamente lo era, pero a sueldo del FBI. El polic¨ªa espa?ol y el americano, tambi¨¦n conocido por El Profesor, comprobaron que el ¨®leo de Brueghel era aut¨¦ntico. Le pusieron las esposas al delincuente y avisaron al resto de los agentes para que dejaran de reparar sem¨¢foros -tambi¨¦n de eso se hab¨ªan disfrazado- y detuvieran a ?ngel Su¨¢rez Fl¨®rez, C¨¢sper, que casualmente estaba en el vest¨ªbulo del hotel.
La polic¨ªa encontr¨® las llaves de dos veh¨ªculos -un Ford Mondeo y un monovolumen Mazda- donde los delincuentes escond¨ªan, entre colchones y embalados en pl¨¢stico, otros 11 de los 19 cuadros robados. Nada se sabe del resto ni tampoco de unas estatuillas de gran valor tambi¨¦n sustraidas. Aunque la investigaci¨®n sigue abierta, el director del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, Juan Cotino, estaba ayer exultante. Explic¨® algunos detalles de la Operaci¨®n Cuba, bautizada as¨ª porque el ¨¢tico de donde fueron robados los cuadros est¨¢ en el Paseo de la Habana, pero omiti¨® otros. Por ejemplo, escamote¨® la respuesta a algunas de las preguntas m¨¢s interesantes: ?qui¨¦n quer¨ªa comprar los cuadros robados? ?en qu¨¦ tipo de mafia se infiltr¨® el polic¨ªa espa?ol?
D¨ªas despu¨¦s del robo, alguien le pregunt¨® su opini¨®n a Erik el Belga, el famoso ladr¨®n de obras de arte, ya retirado y rehabilitado. Dijo entonces que un atraco tan burdo no pod¨ªa responder a un verdadero ladr¨®n de obras de arte, quien jam¨¢s se mezclar¨ªa con un vulgar ladr¨®n o con un traficante, ramas del delito que ellos desprecian. Ahora se ha sabido que El Belga ten¨ªa raz¨®n. Durante estos meses, C¨¢sper ni siquiera mir¨® el cuadro de Goya. Lo escondi¨® debajo de la cama de una casa de citas.
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