Alrededor del abismo
'Levadura atroz ¨¦sta de la muerte / (...) / que nos lleva a crecer en las palabras'. En estos dos versos del poema que cierra 'Per umbram', el segundo apartado de El reino, su ¨²ltimo libro, Jos¨¦ Ram¨®n Trujillo (Madrid, 1966) expresa el sentido del conjunto. De su lectura se deduce que 'el reino' que le da t¨ªtulo no es otro que el lugar en el que el sujeto po¨¦tico intenta apresar, mediante la palabra, la vida, hacer prevalecer su esencia frente a la realidad de la muerte. Ya en Arte del olvido (1997), Trujillo mostraba, en su poes¨ªa, la doble atracci¨®n por la herencia de la tradici¨®n y por la b¨²squeda, en el lenguaje y en la conciencia, de lo no racional, de lo misterioso. Si en aquel libro los poemas menos transparentes se mov¨ªan en un espacio cercano al surrealismo y se formalizaban mediante el vers¨ªculo (sobre todo su parte final, 'Plus Ultra'), en El reino se sit¨²an en la frontera donde la m¨ªstica de Juan de la Cruz y la b¨²squeda de lo oscuro del ¨²ltimo Juan Ram¨®n se interrelacionan y confunden. Trujillo intenta construir una peculiar m¨ªstica cuyo dios no es otro que la propia poes¨ªa (m¨¢s a¨²n: el arte) y que evoluciona, a lo largo de El reino, en sentido circular. No por casualidad los poemas que hacen de p¨®rtico y de ep¨ªlogo, acogidos a un mismo t¨ªtulo -'La sed'-, tienen todas las trazas de ser un poema ¨²nico en el que se expresa la insatisfacci¨®n no resoluble del ser humano ante el misterio de la vida y la necesidad de recobrar la inocencia absoluta del principio ('comenzar a aprender igual que un ni?o, a tientas / en su noche, mas sin miedo'). En medio, un trayecto que nace de la Casa como lugar de la memoria, que avanza por un reino de sombras del que forma parte la ciudad del hombre, con todo su dolor y toda su podredumbre, y que encuentra, al final del camino, el fulgor, un fulgor que, parad¨®jicamente, no est¨¢ a la intemperie, sino en la Casa en que inici¨® el trayecto. En consecuencia, el sujeto po¨¦tico realiza un viaje de ida y vuelta, recorre un itinerario circular: alrededor del abismo (la muerte, el vac¨ªo, la sombra, el silencio) en busca de la vida, s¨®lo perdurable en la palabra. Muy alto es el list¨®n que parece haberse puesto Jos¨¦ Ram¨®n Trujillo al afrontar la escritura de El reino. Estamos, sin duda, ante un libro ambicioso. Y, hasta cierto punto, oscuro: la prueba es que junto a la lectura metaart¨ªstica aqu¨ª abordada tambi¨¦n cabe una lectura religiosa. Sin embargo, el resultado no est¨¢ del todo en consonancia con la dimensi¨®n del reto. Se advierte cierta 'sobreactuaci¨®n' ling¨¹¨ªstica y una presencia quiz¨¢ excesiva de los maestros antes aludidos. Todos los poemas est¨¢n sembrados de t¨¦rminos que nos remiten a ellos: hoguera, luz, plenitud, lo innombrable, noche sin noche, brasa, resplandor, zarza en llamas, claridad, transparencia. Ese factor, junto a ciertos parentescos con Claudio Rodr¨ªguez ('?a qu¨¦ esta obstinaci¨®n de la mirada si esta / claridad lo vuelve todo opaco?'), aten¨²an las pretensiones de Trujillo. En todo caso, ha hecho una valiente y arriesgada apuesta cuyo resultado tiene algo de claroscuro. Eso s¨ª: con m¨¢s luces que sombras. Lo que no deja de ser meritorio.
EL REINO
Jos¨¦ Ram¨®n Trujillo Visor. Madrid, 2001 70 p¨¢ginas. 6,01 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.