El 'talib¨¢n americano' se declara culpable tras alcanzar un acuerdo con Washington
El Gobierno de EE UU evita un proceso que pod¨ªa sacar a la luz la actuaci¨®n de la CIA
John Walker Lindh, el talib¨¢n estadounidense, capturado durante la campa?a en Afganist¨¢n, cumplir¨¢ 20 a?os de c¨¢rcel por dos delitos de cooperaci¨®n con el enemigo. Las dos partes salen ganando: Lindh no ser¨¢ juzgado por terrorismo (que podr¨ªa haberle llevado al pat¨ªbulo) y el Gobierno de EE UU evita un proceso abierto en el que habr¨ªa tenido que exponer informaciones sobre los m¨¦todos del Pent¨¢gono y de la CIA. El fiscal general, John Ashcroft, que prometi¨® 'la mayor dureza judicial' contra el joven, se mostr¨® ayer conforme con este acuerdo discreto.
Seg¨²n los analistas judiciales, el acuerdo est¨¢ en l¨ªnea con el secretismo que promueve el Gobierno en los procesos contra personas vinculadas al r¨¦gimen talib¨¢n. Muchos de los detenidos en Guant¨¢namo y en otras instalaciones fuera de EE UU ser¨¢n juzgados ante tribunales militares si alguna vez son acusados formalmente de algo; dado que el caso del talib¨¢n estadounidense discurr¨ªa por la justicia civil, el Gobierno necesitaba un acuerdo extrajudicial para evitar un proceso que pod¨ªa llegar a desvelar m¨¦todos e informaciones inc¨®modas.
Walker Lindh fue capturado durante la operaci¨®n en Afganist¨¢n junto a un grupo de talibanes. Result¨® herido de bala en una pierna durante la revuelta en la prisi¨®n de Mazar-i-Sharif en la que muri¨® un agente de la CIA. Despu¨¦s de muchas consultas legales, el Gobierno decidi¨® tramitar su caso ante un tribunal federal y descartar las acusaciones de traici¨®n. Se le acusaba de apoyo a organizaciones terroristas, conspiraci¨®n para matar a ciudadanos estadounidenses y colaboraci¨®n con el r¨¦gimen talib¨¢n.
Vestido con un uniforme de presidiario, en pie ante un tribunal federal situado en una calle cercana al Pent¨¢gono, Lindh se declar¨® 'culpable' de dos delitos: ayudar a los talibanes y llevar explosivos. 'Proporcion¨¦ mis servicios como soldado a los talibanes el a?o pasado entre agosto y diciembre. Llevaba encima un rifle y dos granadas. Era consciente de que lo que hac¨ªa era ilegal', declar¨® en el acuerdo le¨ªdo ante el juez. Respondi¨® 'S¨ª, se?or¨ªa', cuando el magistrado T. S. Ellis le pregunt¨® si era consciente de que el acuerdo con la fiscal¨ªa implicaba que renunciaba a su derecho a un juicio.
Los dos delitos que Walker reconoce conllevan una pena m¨¢xima de 10 a?os cada uno, que deber¨¢ cumplir de manera consecutiva. En el pacto, el acusado acepta no pedir una reducci¨®n de la condena cuando el juez dicte la sentencia final el 4 de octubre.El fiscal del Gobierno, Paul McNulty, explic¨® que cuando Walker salga de la c¨¢rcel 'ser¨¢ considerado un combatiente enemigo si vuelve a tener alguna relaci¨®n con el terrorismo', lo cual es una afirmaci¨®n desconcertante: ni nadie ha aclarado qu¨¦ es judicialmente un 'combatiente enemigo' ni el acuerdo establece que Walker haya cometido un acto de terrorismo por su pasado junto a los talibanes.
Su abogado insisti¨® en que Walker hizo lo que hizo 'por razones religiosas, como musulm¨¢n'. Varios familiares hablaron en el exterior del tribunal y destacaron que el acuerdo descarta todas las acusaciones de terrorismo y reconoce que Walker 'no es un Rambo' porque ni siquiera lleg¨® a disparar. El fiscal, aparentemente ajeno a los t¨¦rminos del acuerdo que ¨¦l mismo hab¨ªa firmado, asegur¨® que ese pacto 'es una victoria importante en la batalla contra el terrorismo'.
Al engorro de tener que juzgar a un joven cuya vinculaci¨®n con los talibanes parec¨ªa fruto de un despiste vital m¨¢s que de un sentimiento fundamentalista, el Gobierno se enfrentaba a otra inconveniencia: las acusaciones se cimentaban en las declaraciones de Walker a los agentes del FBI que le interrogaron tras su detenci¨®n en noviembre. Aquellos interrogatorios distaban mucho de ajustarse a las leyes que protegen los derechos b¨¢sicos de cualquier individuo. El juicio pod¨ªa haber acabado con la desestimaci¨®n de todas las acusaciones por haber estado basadas en declaraciones obtenidas con medios ilegales.
El fiscal general, John Ashcroft, dispuesto en su d¨ªa a 'no descartar' la pena de muerte como objetivo fiscal, aplaudi¨® ayer el acuerdo por el que pasar¨¢ en la c¨¢rcel 'casi tanto tiempo como lleva vivo'. Walker tiene 21 a?os. El presidente, George W. Bush, aprob¨® personalmente el acuerdo la semana pasada.
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