Barcel¨® quem¨® en un patio del Museo Reina Sof¨ªa 11 falsificaciones de su obra
El artista cumple una orden judicial y en julio destruy¨® las telas falsas fechadas en 1980
El pintor Miquel Barcel¨® rasg¨® en el Museo Nacional Reina Sof¨ªa, de Madrid, con un cuchillo cutter, las telas de 11 cuadros 'falsos barcel¨®', para ejecutar ritualmente la orden judicial de destrucci¨®n de las pruebas de un delito de falsedad y estafa del que fue v¨ªctima. Las obras falsificadas -alguna de gran tama?o, de 200x160 cent¨ªmetros- correspond¨ªan a cl¨¢sicos temas barcelonianos: supuestos autorretratos, im¨¢genes del taller y bibliotecas. Las obras, desgarradas o a trizas, ardieron despu¨¦s en una hoguera. El artista no ha querido comentar ni difundir su acci¨®n.
En 1990 fueron incautadas hasta 19 obras que ten¨ªan una firma falsa de Barcel¨® en diferentes puntos del circuito comercial de galer¨ªas que trabajan en el mercado secundario, es decir, que no trabajan directamente con los artistas. No se consigui¨® identificar al autor de aquella delictiva maniobra econ¨®mica y de vulneraci¨®n de los derechos intelectuales y la imagen del artista. El mismo Miquel Barcel¨® detect¨® en su d¨ªa, en Madrid y Barcelona, varias piezas falsas expuestas en salas comerciales, present¨® las denuncias y reclam¨® la clausura de las exposiciones y la incautaci¨®n de las piezas delictivas.
Barcel¨® ha evitado ahora la difusi¨®n period¨ªstica del acto de aniquilaci¨®n de las telas, con el que cerraba una historia compleja y un caso policial y judicial que ha resultado muy dilatado en el tiempo. El asunto del acuchillamiento y cremaci¨®n de los falsos ten¨ªa para el artista de Felanitx (Mallorca) un cierto sentido recreativo: entre la rabia y el humor, de vendetta y desprecio privado sobre una pesadilla que le acos¨® varias semanas hace m¨¢s de una d¨¦cada.
El hallazgo de obras falsas y burdas copias, fechadas a principios de 1980, se inici¨® cuando el pintor mallorqu¨ªn comenzaba su trayectoria de gran impacto en el arte internacional, con alta y progresiva cotizaci¨®n de sus obras.
El ritual fue a cuchillo, a fuego y con testigos. Sucedi¨® el pasado d¨ªa 8 de julio en el exterior aislado de la entrada de carga del Museo Nacional Reina Sof¨ªa, de Madrid, con presencia de una comisi¨®n judicial y de investigadores de la polic¨ªa de la Brigada del Patrimonio Hist¨®rico Art¨ªstico. Entre los otros pocos asistentes que presenciaron la rotura y cremaci¨®n de las obras estuvo el subdirector del centro y amigo del artista, Enrique Juncosa; el abogado de Barcel¨®, Andr¨¦s Planas, y su galerista, Soledad Lorenzo.
La eliminaci¨®n de los rastros de los falsos fue reclamada expresamente y de manera reiterada por el artista afectado, que desde que se destap¨® el caso ya quiso protagonizar la acci¨®n. Otras ocho telas incautadas, que se hallaban intervenidas y en dep¨®sito en Barcelona, se destruyeron en la capital catalana.
La pira de pintura falsa fue breve, ardi¨® r¨¢pido y bien. En la ceniza qued¨® un resultado gris, el rastro de la 'mano negra con pincel' que plasm¨® los 'barcel¨® falsos'. Seg¨²n los relatos del proceso, el ¨®leo y los acr¨ªlicos usados en las vulneraciones tampoco eran de gran nivel, lo que ayud¨® a la brevedad del ceremonial at¨¢vico, una hoguera, una liquidaci¨®n.
En el proceso tambi¨¦n se evaporaron m¨¢s de un mill¨®n de euros, la suma de las cantidades que en los a?os ochenta y noventa pagaron diferentes galeristas y coleccionistas que adquirieron 'barcel¨® falsos', en redes y transacciones no autorizadas expresamente por el protagonista o sus representantes directos. Por alguna de las telas ahora quemadas se pagaron hasta 120.000 euros.
La juez Rosario Espinosa, del Juzgado n¨²mero 8 de Madrid, que investig¨® el sumario, determin¨® la prescripci¨®n de la causa penal y orden¨® en enero pasado la destrucci¨®n de las pruebas: 'Proc¨¦dase a la destrucci¨®n de los cuadros falsos', al se?alar que 'desconoci¨¦ndose el autor de la falsedad de los cuadros y habiendo resultado infructuosas cuantas gestiones se han realizado para la localizaci¨®n del mismo'.
Miquel Barcel¨® describi¨® las telas que pretendieron imitar o falsificar como 'ensaladilla infecta', 'burdas falsificaciones' y 'collage impresentable'. Al estallar el caso, el artista agredido en la operaci¨®n afirm¨® que era un tema 'sumamente desagradable'. En octubre de 1990, al reclamar el cierre de una muestra de Barcelona que exhib¨ªa dos falsos, denunci¨® 'la diab¨®lica espiral especulativa en torno a mi obra'.
La pira y destrucci¨®n de los falsos ha sido posible por haber transcurrido los cinco a?os de caducidad de los delitos y que las telas como pruebas ya no eran necesarias para indagar la autor¨ªa. El letrado Planas sostiene que se ha demostrado la falsedad, 'pero no se pudo dar el autor'. Ning¨²n pintor, artesano, galerista o marchante result¨® imputado en la causa.
El proyecto de La Seu
Desde hace tres a?os Miquel Barcel¨® trata reiteradamente -y con los mismos interlocutores- los detalles no art¨ªsticos de su intervenci¨®n en la catedral de Mallorca, La Seu. Desentra?adas las objeciones patrimoniales y eclesiales, el gran proyecto atraviesa una lenta fase de financiaci¨®n. Ronda los 4,5 millones de euros. Las aportaciones financieras corren a partes iguales entre el Gobierno de Baleares y a la fundaci¨®n tur¨ªstica que patrocin¨® el regalo del nuevo barco del Rey. Simb¨®licamente participa la Universidad balear; la Iglesia no aporta fondos. El marchante del pintor, Bruno Bichosberger, negocia el coste total y el control de las partidas. Barcel¨® no percibir¨¢ honorarios espec¨ªficos. En exposiciones de Silos y Saint Paul de Vence, el artista ha presentado esbozos y pruebas de cer¨¢micas de La Seu. La maqueta a escala del proyecto de la capilla sobre la que intervendr¨¢ est¨¢ instalada desde hace medio a?o en el palacio episcopal. Barcel¨® ha ideado decenas de g¨¢rgolas para el exterior, una piel de cer¨¢mica sobre el milagro de los panes y los peces como retablo general de la capilla con un Cristo. Tambi¨¦n trabaja en el mobiliario lit¨²rgico, altar, sagrario, silla presidencial y 16 sillones, m¨¢s los candelabros. Est¨¢ anunciada una exposici¨®n antol¨®gica, para la primavera de 2003, en centros de cada una de las islas baleares.
Babelia
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