Remodelaci¨®n en el Doce de Octubre
No puedo pasar por alto la noticia aparecida en su diario acerca de las remodelaciones que van a llevarse a cabo en el hospital Doce de Octubre, y no puedo pasarla por alto porque mi abuela, ingresada en este hospital a mediados del mes de julio con un infarto cerebral a las diez y media de la ma?ana, se pas¨® todo el d¨ªa en urgencias porque no hab¨ªa camas para su ingreso, y que finalmente -y a pesar de la gravedad de la situaci¨®n- tuvo que ser trasladada a un hospital privado concertado en el pueblo de Vallecas.
?C¨®mo ver¨ªa a mi abuela el conductor de la ambulancia que incluso entr¨® a solicitar un permiso de los m¨¦dicos para ponerle ox¨ªgeno durante el trayecto!; al salir y ver mi cara de sorpresa por no entender nada, me dijo: 'Estas cosas son surrealistas; mover a una persona en este estado es inhumano'. Son momentos de mucha angustia y todo lo aceptas, la falta de informaci¨®n, las largas horas de espera en una sala concurrida llena de voces y gritos, un aire acondicionado excesivo no menos fr¨ªo que la falta de trato por parte de los profesionales y no profesionales del hospital.
Mi abuela falleci¨® cuatro d¨ªas despu¨¦s; 'era muy mayor', nos dijeron, 'y no ha podido superarlo', pero aun aceptando que as¨ª es la vida, no se marcha la tristeza del trato que recibimos cuando m¨¢s fr¨¢giles y vulnerables somos.
Ahora s¨ª, ahora van a pintar y reformar las habitaciones de los pacientes y tambi¨¦n los despachos de los profesionales, todo muy bonito, me imagino, eso est¨¢ bien, limpiar por fuera, de cara a la galeria, pero metiendo las miserias debajo de la alfombra, porque por ninguna parte leo que se vaya a ampliar el n¨²mero de camas.
Es mejor pagar la estancia de los pacientes en las habitaciones de un hospital privado, como si de unas vacaciones se tratara. Tengo la sensaci¨®n de que est¨¢n jugando con nosotros y de muy mala manera.
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