En aguas de 'Moby Dick' y 'Tibur¨®n'
Martha's Vineyard, una isla de cine en la costa de Nueva Inglaterra
No se asusten. La isla donde se rod¨® Tibur¨®n no es tan peligrosa como parece en la pel¨ªcula. Los sobresaltos no llegan del mar, sino del cielo, cuando las gaviotas se lanzan en picado contra los veraneantes para robarles la comida. La isla de Martha's Vineyard, a siete millas de la costa de Massachusetts, es un remanso de paz. Eso s¨ª, hasta que uno quiere, porque la lista de actividades es tan variada que se puede conducir una Harley Davidson de alquiler, pescar lubinas en una lancha fueraborda, pedalear por rutas ciclistas en acantilados de v¨¦rtigo o surfear en South Beach. Para instalarse, lo ideal en la isla es alojarse en una de las grandes casas de madera construidas por los capitanes de barcos balleneros entre los siglos XVII y XIX, cuya atm¨®sfera luminosa y marina fue captada por el pincel de Edward Hopper. A esta isla de Nueva Inglaterra le sobra estilo, no en vano ha sido y es el destino vacacional favorito de los Clinton, los Kennedy y otros muchos famosos. Aqu¨ª tiene tambi¨¦n su casa James Taylor.
Desde el mirador de los acantilados de Aquinnah, en el suroeste de la isla, donde viv¨ªan los indios wampanoag, se disfruta de la mejor puesta de sol. Los rayos chocan contra las paredes del cortado y lo ti?en todo de amarillo
El capit¨¢n de un barco ballenero bautiz¨® la isla hace 300 a?os con el nombre de su hija y el de los vi?edos silvestres que all¨ª crec¨ªan. Pero la historia de esta porci¨®n de tierra triangular (de 30 kil¨®metros por 16) se remonta siglos atr¨¢s hasta sus primeros pobladores, los indios de la tribu wampanoag, cuyos descendientes viven ahora en una reserva en la isla. Los indios fueron los primeros cazadores de ballenas de Norteam¨¦rica. Desafiaban al mar en canoas hechas de madera y pieles, y se enfrentaban a los cet¨¢ceos con arpones artesanales. Ellos ense?aron a los colonos europeos a cazar ballenas y a plantar ma¨ªz. En esta parte de la costa de Nueva Inglaterra, los cet¨¢ceos son todo un s¨ªmbolo: la vecina isla de Nantucket, a apenas unas pocas millas, es el escenario de Moby Dick, la gran ballena blanca.
La familia Kennedy dej¨® un par de borrones en la historia reciente de la isla. Contra sus aguas de Gay Head, en el extremo suroccidental, se estrell¨® John-John Kennedy al mando de una avioneta la madrugada del 17 de julio de 1999. ?l, su esposa y su cu?ada fallecieron. Otro Kennedy, el senador Edward, tuvo un accidente de coche al salir de una fiesta en junio de 1969 en un puente de la isla. Le acompa?aba Mary Jo Kopechne, una rubia de 29 a?os, secretaria en la campa?a electoral de su hermano, el senador Robert Kennedy. El veh¨ªculo cay¨® al agua y qued¨® con la parte frontal clavada en fondo arenoso. ?l, casado y con hijos, logr¨® salir, pero su acompa?ante muri¨® asfixiada en el coche. ?l asegur¨® que trat¨® de rescatarla, pero que no pudo. El esc¨¢ndalo hundi¨® su carrera pol¨ªtica.
Los Clinton tambi¨¦n le dan ambiente a la isla. Una pareja de maniqu¨ªes de Bill y Hillary en la puerta de una tienda de regalos recuerda su presencia aun cuando no andan por all¨ª. Cuando el presidente Clinton visitaba la isla, ¨¦sta quedaba colapsada. A su paso, la polic¨ªa cortaba las carreteras. Ahora que Bill no est¨¢ al mando, muchos isle?os se consuelan diciendo que por lo menos se acabaron los atascos.
Historia afroamericana
Martha's Vineyard ocupa un lugar clave en la historia afroamericana. Destaca como uno de los primeros lugares donde los esclavos negros lograron vivir en libertad en sus propias casas, incluso antes de la abolici¨®n de la esclavitud, en 1783. En 1763, Elisah Amos, de la tribu wampanoag, dej¨® su casa y todas sus pertenencias en herencia a su esposa Rebeca, que hab¨ªa llegado de Guinea en un barco de esclavos. Ella fue la primera afroamericana de la isla en vivir libre. La naturaleza abierta de los pescadores de ballenas hizo el resto, y Martha's Vineyard se convirti¨® en una isla pionera contra la esclavitud. Ahora es uno de los primeros destinos vacacionales de los afroamericanos de clase alta, sobre todo los de Boston.
Cada localidad dentro de la isla ofrece una especialidad tur¨ªstica. La calle principal de Vineyard Haven, donde un peque?o y viejo cine de madera muestra las ¨²ltimas novedades de la cartelera, tiene las mejores tiendas. Uno puede comprar camisetas con el nombre de la isla por cinco euros, prendas de dise?o, joyas, bisuter¨ªa, tablas de surf, antig¨¹edades o ropa de beb¨¦. Uno de los s¨ªmbolos de la isla es el perro negro del Black Dog Tavern, quiz¨¢ el restaurante m¨¢s t¨ªpico. Eso s¨ª, no sirven cerveza ni ninguna otra bebida alcoh¨®lica, puesto que en Vineyard Haven rige la ley seca. No hay ni vino en los restaurantes. Si se quiere acompa?ar la cena o comida con un buen caldo, es imprescindible llevarse su propia botella. Aunque no saldr¨¢ gratis. Los locales cobran cinco euros s¨®lo por descorcharla.
El gran atractivo de Vineyard Haven son sus grandes casas victorianas de madera en William Street. Mansiones de 12 habitaciones, techos altos y pintadas de colores. Con jard¨ªn por delante y por detr¨¢s, y tranquilos porches donde charlar al atardecer despu¨¦s de un d¨ªa de playa. Alquilar una cuesta entre 1.000 y 3.000 euros a la semana. Los enormes radiadores de agua situados en todos los cuartos no est¨¢n de adorno. En invierno, la temperatura en la isla baja a varios grados bajo cero y la nieve se mantiene durante meses. Una alternativa a las mansiones son los bed and breakfast y los peque?os hoteles de lujo, con jacuzzi y jardines floreados.
Un cuarto de hora de coche separa Vineyard Haven de Oak Bluffs, la localidad con m¨¢s animaci¨®n de la isla. Una veintena de tiendas, seis o siete bares y la discoteca de su calle central, Circuit Avenue, forman un peque?o downtown y se reparten toda la clientela. Al final de la avenida, en una tienda de p¨®steres y cuadros, se puede conseguir el cartel de la pel¨ªcula Tibur¨®n por pocos d¨®lares.
Capit¨¢n Skipper
Veleros, yates y barcos de pesca para turistas atracan en el peque?o puerto de Oak Bluffs. Por unos treinta euros, el capit¨¢n Skipper, bromista consumado de barbilla prominente, asegura una media de 10 capturas por excursi¨®n de peces parecidos a la dorada. Al llegar a puerto, su ayudante, un surfista surafricano, filetea los pescados a cambio de unos d¨®lares de propina. Despu¨¦s de la excursi¨®n conviene reponer fuerzas en la terraza de alguno de los restaurantes del puerto. Los ni?os de la isla visitan Oak Bluffs para montar en los Flying Horses, el tiovivo en activo m¨¢s antiguo de Norteam¨¦rica. Sus caballitos se tallaron en madera y se adornaron con crines aut¨¦nticas en un taller de Nueva York en 1876. Los seguidores de la Iglesia metodista se re¨²nen en Oak Bluffs desde 1835, cuando construyeron una peque?a colonia de casas de vivos colores y mecedoras en el porche.
Desde el mirador de los acantilados de Aquinnah, en el suroeste de la isla, donde viv¨ªan los indios wampanoag, se disfruta de la mejor puesta de sol. Los rayos chocan contra las paredes del cortado y lo ti?en todo de amarillo. La ruta de bicicletas de monta?a m¨¢s radical de la isla recorre la zona. En los acantilados se han encontrado f¨®siles de camellos y caballos salvajes. El primer faro de la isla, uno de los m¨¢s antiguos del pa¨ªs, se levant¨® en 1799 sobre los acantilados de Aquinnah. El farero y su mujer ten¨ªan que pasarse las noches en vela encendiendo la luz (no hab¨ªa electricidad) cada vez que se apagaba. La humedad erosion¨® su estructura de madera y fue sustituido por otro de ladrillo rojo.
La pesca de grandes lubinas en lanchas fuerabordas en Memensha, las mansiones convertidas en museos del mar de Edgartown y el jard¨ªn bot¨¢nico estilo japon¨¦s de Chappaquiddick -que significa 'la isla separada' en el idioma local- suponen otras opciones para el turista.
El acceso a la isla s¨®lo se puede hacer por mar y aire. Martha's Vineyard tiene un aeropuerto y un ferry que carga coches, aunque si el turista llega sin veh¨ªculo propio, puede alquilar un ciclomotor, un todoterreno o una bicicleta. En Martha's Vineyard se cuida hasta el ¨²ltimo detalle.
GU?A PR?CTICA
- Prefijo telef¨®nico: 001 508.
- KLM (902 22 27 47) tiene una oferta para volar a Boston hasta finales de septiembre por 329 euros m¨¢s tasas (reservar hasta finales de agosto). - Cape Air (771 69 44) vuela de Boston a Martha's Vineyard. Ida y vuelta, desde unos 221 euros. - Informaci¨®n para conexiones en ferry desde varios puntos de la costa: www.mvy.com/ferry.html y 477 86 00.
- Martha's Place Bed and Breakfast (693 02 53 y www.marthasplace.com). 114, Main Street. Martha's Haven. Casa victoriana. De 175 a 400 euros en verano y desde 125 el resto del a?o. - Martha's Vineyard Inn (693 00 01 y www.marthasvineyardinn.com). 209, Franklin St. Martha's Haven. De 125 a 250 en verano y desde 95 el resto del a?o. - The Tucker Inn (693 10 45). 2, Massasoit Ave. Oak Bluffs. Desde 50. - The Victorian Inn (627 47 84 y www.thevic.com). 24, S. Water St. Bed and breakfast con balcones privados hacia el mar. De 185 a 390 en verano y desde 100 el resto del a?o.
- The Black Dog Tavern (693 92 23). Beach Saint Vineyard Haven. El restaurante m¨¢s t¨ªpico. Hamburguesas, pescado fresco... Unos 35 por persona. - Ipanema (693 83 83). 52, Beach Road. Vineyard Haven. Comida brasile?a. A partir de unos 25 euros. - Seasons Eatery and Pub (693 71 29). 19, Circuit Ave. Oak Bluffs. Con m¨²sica y espect¨¢culo. Entre 15 y 25 euros. - Seafood Shanty (627 86 22). 31, Dock St. Edgartown Harbor. S¨®lo abre en verano; buenos pescados. De 15 a 25.
- www.mvy.com.
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