'?Ah! ?Pero no era yo el l¨ªder?'

Mediada la temporada, sus amigos, sus consejeros, su familia, le dijeron a ?scar Sevilla que tendr¨ªa que ser m¨¢s duro; que, de vez en cuando, no viene mal dar un golpe sobre la mesa y dejar las cosas claras. Pero el ciclista los miraba, asent¨ªa, sonre¨ªa como tan s¨®lo ¨¦l sabe hacerlo y se callaba. Se callaba y aguantaba.

Aguant¨® varios meses sin cobrar y en mayo hasta estuvo tentado de liarse la manta a la cabeza, denunciar su contrato con el Kelme y aceptar maravillosas ofertas del extranjero. 'Pero no lo hizo', dice un amigo; 'pens¨® en los compa?eros. Sab¨ªa que, si se iba, podr¨ªa ser el final del equipo y que todos se quedar¨ªan en la calle'.

En julio, cuando se vio mal y debi¨® abandonar el Tour de Francia por una enfermedad que a¨²n no sabe muy bien cu¨¢l fue, tambi¨¦n pens¨® en hablar alto y claro. Tambi¨¦n se call¨®. 'Demostr¨® su se?or¨ªo', dice un asesor del manchego.

Durante la Vuelta a Espa?a no le faltaron a Sevilla, de 26 a?os, razones para la rebeld¨ªa. Ya se qued¨® at¨®nito cuando, antes de empezar la carrera, Eufemiano Fuentes, m¨¦dico y verdadero fact¨®tum de todo el entramado Kelme, le llam¨® y le dijo: 'Si quieres subir al podio este a?o, tendr¨¢s que seguir la rueda de Aitor Gonz¨¢lez'. '?Ah! ?Pero no era yo el l¨ªder?', respondi¨® Sevilla, que se vio de la noche a la ma?ana relegado en su propio equipo. Tambi¨¦n lo intu¨ªa porque hab¨ªa solicitado la inclusi¨®n de su amigo Vicioso y no se le hab¨ªa atendido.

En la carrera pas¨® lo que pas¨®. Hubo lucha de poderes, un doble juego, una ambig¨¹edad alentada por el propio director, Vicente Belda. Sevilla desvel¨® a los rivales el secreto Aitor. Gonz¨¢lez se quit¨® el auricular y atac¨® en Ubrique y en Sierra Nevada y en el Angliru. Y gan¨® la Vuelta. Sevilla trag¨®. Puso cara de chico bueno y hasta acept¨® participar en un parip¨¦ de reconciliaci¨®n. Silencio.

Una actitud de respeto que mantuvo incluso el ¨²ltimo domingo, en el estadio Bernab¨¦u, cuando una inusitada serie de aver¨ªas mec¨¢nicas -utiliz¨® tres bicicletas, todas defectuosas, en la contrarreloj final: con la primera sali¨® ya pinchado; a la segunda se le rompi¨® un apoyo para los codos; a la tercera no le funcionaban los cambios- le hicieron perder el podio y, con ello, 120.000 euros de prima que figuraban en su contrato. No abri¨® la boca.

El jueves, por fin, el volc¨¢n Sevilla entr¨® en erupci¨®n. Lo hizo en su pueblo, Ossa de Montiel (Albacete), donde 1.500 paisanos le ofrec¨ªan un homenaje. 'Me gustar¨ªa cambiar de equipo', dijo; 'han pasado muchas cosas que han hecho desbordar el vaso'.

El problema es que a Sevilla a¨²n le queda un a?o de contrato con el equipo alicantino y que la cl¨¢usula de rescisi¨®n es de 1,2 millones de euros, una cantidad fuera del alcance de cualquier equipo. 'Y nunca se nos pasar¨ªa por la cabeza recurrir judicialmente la cl¨¢usula', advierten los representantes del corredor; 'as¨ª que la ¨²nica salida ser¨ªa negociar con el patr¨®n, Pepe Quiles'.

Pero quiz¨¢s todo se quede en nada. O eso es lo que piensa Belda: 'Todo ha sido una rabieta. Una forma de justificarse ante sus vecinos por haber fallado en la Vuelta'.