Berlusconi conceder¨¢ a Fiat el estado de crisis si mantiene abierta la f¨¢brica de Sicilia

El Gobierno de Silvio Berlusconi se propone abordar la semana pr¨®xima la delicada situaci¨®n de Fiat en una mesa a la que se sentar¨¢n sindicatos y representantes del grupo italiano. Todo apunta a que el Ejecutivo estar¨ªa dispuesto a conceder el 'estado de crisis' que reclama la casa del Lingotto a cambio de que mantenga abierta la f¨¢brica de Termini Imerese, en Sicilia, ¨²nico polo industrial en una zona amenazada siempre por la hegemon¨ªa de la Mafia. No habr¨¢, en cambio, ayudas de Estado. Los sindicatos parar¨¢n hoy durante cuatro horas las f¨¢bricas de Fiat.

El coste de este llamado estado de crisis se eleva a unos cien millones de euros anuales, un dinero que permitir¨ªa el acceso a subsidios de paro a los 8.100 trabajadores de la divisi¨®n de coches de Fiat que ser¨¢n despedidos a partir de diciembre, de una plantilla de 36.000 empleados. Pero los sindicatos del metal aseguran que el n¨²mero de despidos ser¨¢ de 40.000 m¨¢s, teniendo en cuenta los empleos indirectos.

El primer ministro Silvio Berlusconi mencion¨® ayer brevemente la crisis del principal grupo industrial italiano con una tibieza que ha desconcertado a todas las partes. 'El Gobierno', dijo Berlusconi, 'espera encontrar alternativas al cierre de algunas f¨¢bricas para no dejar a miles de ciudadanos sin trabajo en zonas en las que no hay otra posibilidad de obtenerlo'.

Divisi¨®n en el Gobierno

La crisis de Fiat ha provocado una divisi¨®n en el seno del Ejecutivo. Algunos ministros como el titular de Econom¨ªa, Giulio Tremonti, consideran factible otorgar a Fiat ayudas de Estado bajo la cobertura necesaria para no pillarse los dedos con las directivas comunitarias. Otros, como los ministros de Trabajo y de Industria, se han mostrado partidarios de f¨®rmulas como los ecoincentivos o la financiaci¨®n de programas de formaci¨®n en las f¨¢bricas de Fiat que se quedar¨¢n sin coches que montar.

El ex ministro de Econom¨ªa del Olivo, Vicenzo Visco, fue m¨¢s generoso. A su juicio, el Gobierno est¨¢ obligado a tomar todas las medidas para que Fiat Auto pueda llevar a cabo una reestructuraci¨®n que le permita no s¨®lo sobrevivir, sino llegar en buenas condiciones a la fusi¨®n con General Motors, prevista en 2004. La direcci¨®n de Fiat reiter¨® en un comunicado que invertir¨¢ 2.500 millones de euros de aqu¨ª a 2005 para revitalizar la empresa, aunque los nuevos modelos no estar¨¢n listos hasta 2004-2005. Demasiado tiempo para los m¨¢s de 1.800 trabajadores de la f¨¢brica de Termini Imerese afectados por esta reestructuraci¨®n.

La plantilla volvi¨® a manifestarse ayer, con cortes en la carretera Palermo-Messina y la v¨ªa f¨¦rrea, en protesta contra los despidos. El alcalde de la localidad, Luigi Purpi, inici¨® una huelga de hambre en se?al de solidaridad, y los obispos sicilianos expresaron su preocupaci¨®n por el desmantelamiento de Fiat en cartas enviadas al presidente de la Rep¨²blica, Carlo Azeglio Ciampi, y a Berlusconi. Tambi¨¦n salieron a la calle los trabajadores de la planta de Arese, en Mil¨¢n.

Pero la verdadera protesta unitaria se realizar¨¢ hoy, cuando los trabajadores de las seis f¨¢bricas de Fiat en Italia se crucen de brazos durante cuatro horas en protesta por estos despidos. La huelga ha sido convocada por los tres principales sindicatos del metal, integrados en las confederaciones CGIL, CISL y UIL. Se trata del primer gesto de acercamiento tras la ruptura que se produjo este verano entre la izquierdista CGIL y las otras dos centrales. La CGIL ha convocado en solitario una huelga general para el 18 de octubre que puede adquirir una dimensi¨®n mayor tras el estallido de la crisis de Fiat.

El temor a que la paz social se altere es una de las razones que podr¨ªan pesar de manera m¨¢s significativa en el ¨¢nimo del Gobierno a la hora de decidirse a ayudar a Fiat. Este grupo ha recibido siempre un trato especial en Italia, como ayer record¨® con sorprendente dureza el diputado de Forza Italia, el siciliano Gianfranco Micicche, acusando a Fiat de haberse aprovechado de las ayudas del Estado para despu¨¦s 'abandonar al sur'.