Su ¨²nica verdad
Todo buen libro sugiere, o al menos permite, m¨²ltiples lecturas y, desde luego, siempre una lectura literaria. Los afanes, los intereses, la visi¨®n del mundo del escritor y lo que espera de y espera aportar a la literatura se hallan siempre ah¨ª. Son para el lector curioso como los restos de una antigua civilizaci¨®n para el arque¨®logo o el esqueleto del dinosaurio para el paleont¨®logo. Con exquisito cuidado han de irse descubriendo capas de sedimentos hasta que la vasija o el f¨¦mur terminan por dibujarse apenas en su lecho de tierra. Al final, todav¨ªa es necesario extremar los sentidos: el tacto, los cient¨ªficos para percibir el hueso y los lectores, su o¨ªdo con el fin de ser capaces de escuchar las palabras que el escritor siempre termina por pronunciar, la mayor parte de las veces al desgaire, como si tal cosa.
CALLE DE LOS ARCHIVOS
Michel del Castillo Traducci¨®n y pr¨®logo de Antonio ?lvarez de la Rosa Ikusager. Vitoria, 2002 208 p¨¢ginas. 16 euros
La literatura y su concepto rezuman, pues, de todo buen libro, y su fluido es quiz¨¢ aquello que m¨¢s deleita al lector avezado. Cierto es, pero aun sabi¨¦ndolo, resulta sorprendente su evidencia en una novela como la que motiva estas l¨ªneas, tan ligada a una vida concreta y a una vida excepcionalmente dram¨¢tica. Pues, ?puede la literatura superponerse, sobrevivir a un tema tan arrollador como el de un ni?o abandonado por su madre al horror de los campos nazis cuando ese ni?o es, adem¨¢s, el propio escritor? En manos de Michel del Castillo, autor nacido en Madrid en 1933 pero que ha desarrollado su carrera en tierra y lengua francesas, s¨ª. Lo demostr¨® ya con su primera novela, Tanguy (reeditada en Espa?a por Ikusager en 1999), en la cual fue capaz de reducir su prosa al desnudo, sometiendo a la elaboraci¨®n, enfriando, el caudal autobiogr¨¢fico, sin duda ardiente de sentimientos, que daba lugar al libro. Y lo demuestra en esta Calle de los Archivos, publicada en Francia en 1994, con la que, casi cuarenta a?os despu¨¦s, completa el puzzle del complejo devenir familiar tan presente tambi¨¦n en otra de sus obras recientes: De padre franc¨¦s (Andr¨¦s Bello, 2000).
Un devenir interesante, incluso absorbente, que todo lector de Tanguy desea conocer. La calle de los Archivos es una calle de Par¨ªs. La calle donde muere, al fin analizada y comprendida, la madre enorme, poderosa y fatal de aquella primera novela. Pero tambi¨¦n la calle donde el escritor, a la vez que localiza y dispone las piezas del puzzle de su origen, pronuncia las palabras que explican su literatura para el lector curioso. Y lo hace muchas veces al o¨ªdo de un personaje familiar, al o¨ªdo del ni?o que el propio escritor fue, llamado aqu¨ª Xavier. Un juego de desdoblamiento quiz¨¢ un tanto ret¨®rico, pero intensamente literario, esclarecedor de motivos, dudas y convicciones: 'Escribimos para consolar y encantar al ni?o que llevamos dentro'; '?conocer¨¢ la lengua lo que rechaza la conciencia?'; 'cuando no se puede vivir la realidad, se viven los sue?os'... y, sobre todo, 'soy escritor, Xavier. Aclaro las preguntas, no doy respuestas'.
Detr¨¢s de tanta carne, detr¨¢s de tanto amor y muerte, hay m¨¢s que nada literatura, algo que para Michel del Castillo 'constituye, como ya habr¨¢n comprendido, mi ¨²nica biograf¨ªa y mi ¨²nica verdad'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.