Derecho a la diferencia
No todo son ventajas en un Estado pol¨ªticamente descentralizado frente a un Estado unitario, pero hay dos que casi nadie discute. La primera es que combina la divisi¨®n horizontal del poder con otra divisi¨®n vertical, que refuerza de manera considerable la efectividad pr¨¢ctica del principio de divisi¨®n de poderes. La segunda es que permite ensayar y hacer visibles de manera simult¨¢nea formas alternativas de hacer pol¨ªtica.
Un Estado pol¨ªticamente descentralizado es mucho m¨¢s resistente a la opresi¨®n que un Estado unitario. Es sumamente dif¨ªcil, como la evidencia emp¨ªrica disponible pone de manifiesto, que se d¨¦ una coincidencia de mayor¨ªas del mismo color en el ente central y en los entes subcentrales. El poder dividido territorialmente por imperativo constitucional tiende a dividirse en la pr¨¢ctica en gobiernos, estatal y auton¨®micos, de distintos partidos pol¨ªticos, haci¨¦ndose efectiva de esta manera la exigencia de Montesquieu de 'que el poder detenga al poder'.
Diferencia en la forma de hacer pol¨ªtica no es sin¨®nimo de confrontaci¨®n. Que el Gobierno de la naci¨®n decida hacer una cosa y el Gobierno andaluz algo distinto debe ser visto como normal
Esta diferente coloraci¨®n en el ejercicio real y efectivo del poder pol¨ªtico permite que sobre las mismas materias se puedan poner en pr¨¢ctica pol¨ªticas distintas. No s¨®lo lo permite, sino que lo propicia. Esa es la raz¨®n de ser del derecho a la autonom¨ªa: que cada gobierno, estatal o auton¨®mico, pueda poner en pr¨¢ctica la pol¨ªtica que considere oportuna en las materias de su competencia, en consonancia con el programa con el que se present¨® a las elecciones y en funci¨®n del apoyo popular que tal programa obtuvo en las mismas.
La confluencia de estas dos ventajas la acabamos de comprobar esta semana con la decisi¨®n de la Consejer¨ªa de Salud de la Junta de Andaluc¨ªa de permitir y financiar la investigaci¨®n con c¨¦lulas madres embrionarias al catedr¨¢tico Bernat Soria. Frente a una concepci¨®n oscurantista y autoritaria del ejercicio del poder por parte del Gobierno de la naci¨®n, que pretende limitar la libertad de investigaci¨®n cient¨ªfica con base en una determinada interpretaci¨®n en clave religiosa de la vida humana, la Junta de Andaluc¨ªa ha hecho valer una concepci¨®n distinta, en la que, sin poner en cuesti¨®n el derecho a la vida constitucionalmente definido de acuerdo con su interpretaci¨®n por el Tribunal Constitucional, considera que es completamente leg¨ªtimo que se deje en libertad a los cient¨ªficos para que puedan ejercer su libertad de investigaci¨®n en ese terreno.
Diferencia en la forma de hacer pol¨ªtica no es sin¨®nimo de confrontaci¨®n. Que el Gobierno de la naci¨®n decida hacer una cosa y el Gobierno de una comunidad aut¨®noma decida hacer algo distinto debe ser visto como algo normal. Si as¨ª no fuera, el Estado de las autonom¨ªas no tendr¨ªa sentido. Si todos tuvieran que hacer lo mismo en todas las materias, la autonom¨ªa ser¨ªa superflua.
Quiere decirse, pues, que la decisi¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa de permitir que el profesor Bernat Soria investigue con c¨¦lulas madres embrionarias es una decisi¨®n 'aut¨®noma', esto es, independiente de la decisi¨®n del Gobierno de la naci¨®n en esta materia, pero no 'contraria' a la misma. Es resultado del ejercicio del 'derecho a la autonom¨ªa' en el marco del 'principio de unidad pol¨ªtica' del Estado, tal como est¨¢n formulados ambos de manera arm¨®nica en el art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n.
No se entiende, por eso, que, tras conocerse la decisi¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa, el portavoz del PP en la Comisi¨®n de Sanidad del Congreso de los Diputados, afirmara que, con dicha decisi¨®n, el Gobierno andaluz estaba 'poniendo en tela de juicio' el modelo de Estado: 'Los mismos que defienden el Estado de las autonom¨ªas, cuando tienen competencias, alteran ese modelo porque no est¨¢n de acuerdo con el Gobierno que tiene en ese momento el Estado'.
Es de esperar que, en esta ocasi¨®n, la opini¨®n del PP y del Gobierno no se deje arrastrar por la posici¨®n de sus hooligans, sino que se alcance de manera ponderada y reflexiva. El n¨²mero de firmas de ciudadanos m¨¢s directamente afectados por el resultado que pueda alcanzarse con la investigaci¨®n de c¨¦lulas madres embrionarias, as¨ª como la opini¨®n de numerosos miembros de la comunidad cient¨ªfica y la recepci¨®n que la decisi¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa ha tenido en muy diversos medios de comunicaci¨®n social, deber¨ªa hacer que el Gobierno de la naci¨®n reflexionara y entendiera, aunque no compartiera, la raz¨®n que asiste al Gobierno andaluz. Pues, aunque la decisi¨®n de permitir y financiar la investigaci¨®n sea una decisi¨®n de naturaleza pol¨ªtica, no debe ser de naturaleza pol¨ªtica el debate acerca de dicha investigaci¨®n, sino que debe ser un debate de naturaleza cient¨ªfica, como bien ha dicho el presidente Manuel Chaves.
En el mismo sentido que el presidente andaluz se ha pronunciado la ministra de Sanidad, Ana Pastor, que ha convocado para esta pr¨®xima semana una reuni¨®n 't¨¦cnica' entre Bernat Soria y su equipo con el equipo t¨¦cnico que se ocupa de esta cuesti¨®n en el ministerio. 'Que nuestros t¨¦cnicos hablen con sus t¨¦cnicos', dijo textualmente la ministra, ya que 'son los cient¨ªficos los que tienen que ir abriendo camino para priorizar los recursos'. Si es esta l¨ªnea la que acaba abri¨¦ndose paso, nos evitaremos un conflicto innecesario y saldremos ganando todos.
En todo caso, es de subrayar con satisfacci¨®n que Andaluc¨ªa est¨¦ ejerciendo su derecho a la autonom¨ªa, esto es, a la diferencia, en asunto de tanto calado y de manera tan correcta.
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