La pol¨¦mica del 'tercero virtual'
La ley de Internet valida el contrato electr¨®nico pero no resuelve la identificaci¨®n de las partes
Un contrato celebrado y firmado por v¨ªa electr¨®nica tiene ya la misma validez que uno real, gracias a la nueva ley de Internet, que entr¨® en vigor el 12 de octubre. La norma da un paso m¨¢s, e introduce la figura del tercero de confianza, que, a petici¨®n de las partes, puede archivar estas comunicaciones. Pero los notarios y las asociaciones de comercio electr¨®nico creen que la ley deja sin resolver el principal punto negro que afecta a la confianza en Internet: identificar a quien est¨¢ al otro lado de la red.
Los contratos grabados por el 'tercero de confianza' pueden ser utilizadas en un juicio como prueba
La Ley de Servicios de la Sociedad de la Informaci¨®n y de Comercio Electr¨®nico (LSSICE) acaba de entrar en vigor, y ya ha suscitado un buen n¨²mero de discusiones sobre la efectividad de sus preceptos. La palma de la pol¨¦mica se la lleva el art¨ªculo 8, que, seg¨²n algunas ONG internacionales, podr¨ªa violar el derecho a la libertad de expresi¨®n porque da poderes a los '¨®rganos competentes' para cerrar p¨¢ginas web. Las compa?¨ªas de comercio electr¨®nico, por su parte, creen que la expresa prohibici¨®n del env¨ªo de correo electr¨®nico no solicitado (conocido como spam), contenida en el art¨ªculo 21, limita sus comunicaciones comerciales con sus clientes. Una ley pol¨¦mica, por tanto, donde uno de los escasos art¨ªculos que no han provocado debate p¨²blico es el que se refiere a la regulaci¨®n de los contratos electr¨®nicos para que tengan la misma validez que los que se firman en el mundo real.
Esta validez, sin embargo, es m¨¢s compleja que la simple regulaci¨®n. Los expertos reconocen que uno de los principales problemas a la hora de que los usuarios conf¨ªen en la Red para firmar contratos, y comprar o vender productos y servicios, es la confianza en el medio. Seg¨²n la Asociaci¨®n Espa?ola de Comercio Electr¨®nico (AECE), el 20% de los internautas no compra en la Red porque desconf¨ªa del medio. Las tiendas electr¨®nicas, por su parte se quejan de que est¨¢n indefensas ante los repudios de los usuarios que compran con tarjeta por Internet y despu¨¦s niegan haber sido ellos quienes realizaron esa compra. Para terminar con el problema, la ley regula el tercero de confianza (art¨ªculo 25), una figura que podr¨¢ ser utilizada por las partes para que archive los contratos electr¨®nicos y la fecha y hora en que han sido consignados. Las pruebas grabadas por este tercero podr¨¢n ser utilizadas en un juicio.
A la sombra de esta figura ha nacido en Espa?a una compa?¨ªa llamada Tercerosdeconfianza.com, que ya est¨¢ negociando con tiendas de comercio electr¨®nico para que utilicen sus servicios por un tanto por ciento de las transacciones que realice. 'Es una figura independiente del comprador y del vendedor que previene a ambas del fraude', afirma Pedro Riera, uno de los soacios fundadores de eeste proyecto.
Sin embargo, la figura ha despertado reticencias en las asociaciones de comercio electr¨®nico espa?olas -AECE y Atiendes-, que han desarrollado sus propios sellos de garant¨ªa y calidad para que sus tiendas asociadas ofrezcan a sus clientes todos tipo de datos sobre sus compras, lo que, seg¨²n ellos, cubre las dudas de fraude por parte de las tiendas. 'Pero sigue sin solucionarse el problema principal: identificar al que est¨¢ comprando', explica Eduardo Berrocal, presidente de Atiendes.
Es el mismo argumento que utilizan los profesionales de la fe de toda la vida, los notarios, para quienes Internet representa un problema mucho mayor que el de la simple grabaci¨®n de las transacciones. 'Creemos que la contrataci¨®n electr¨®nica no puede ser quivalente a la real hasta que ofrezca las mismas garant¨ªas', explican fuentes del Consejo General del Notariado, 'es decir, hasta que podamos dar fe de que quien firma ese contrato es quien dice ser, y cumple con los requisitos de capacidad y legitimaci¨®n'. Es decir, falta por resolver c¨®mo se comprueba en el mundo virtual que quien firma est¨¢ en plenas facultades o no est¨¢ siendo coaccionado.
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