Una carta breve de platos copiosos y sensatos
CASA JOS? mantiene en Aranjuez su ambiente de casa de comidas y una estrella Michelin
Nunca como ahora esta antigua casa de comidas, gestionada por la familia Del Cerro, situada en Aranjuez en la proximidad del mercado de abastos, hab¨ªa llegado tan lejos. Tras medio siglo de avatares, la pasada primavera conclu¨ªa la reforma que transform¨® la primitiva taberna y emplaz¨® su comedor bajo un espectacular entramado de vigas. Poco despu¨¦s llegar¨ªa la salida de Jes¨²s del Cerro, primog¨¦nito de la familia, que abandon¨® sus fogones con destino al nuevo hotel de NH en esta villa madrile?a.
Ajenos a los cambios, con una f¨¦rrea madurez y la misma estrella Michelin a sus espaldas, los propietarios de Casa Jos¨¦ han enfilado una nueva etapa mucho m¨¢s prometedora que anta?o. Fernando del Cerro, hermano y sucesor de Jes¨²s, practica una cocina ecl¨¦ctica, sensata y ligera, en la que alternan propuestas modernas con recetas cl¨¢sicas. De sus manos salen platos sugerentes, algunos de influencia francesa y otros mediterr¨¢neos.
CASA JOS?
7. Abastos, 32. Aranjuez (Madrid). Tel¨¦fono: 918 91 14 88. Cierra domingos noche y lunes. Precio: entre 40 y 50 euros. Lentejas estofadas, 12 euros. Suprema de besugo, 18,50. 'Civet' de liebre, 16,80. Tiramis¨² con manchego y sorbete de cacao, 4,51. Pan ... 6,5 Caf¨¦ ... 4 Bodega ... 7 Ambiente ... 8 Servicio ... 5,5 Aseos ... 6,5
Dos cosas sorprenden de entrada, la brevedad de la carta y la copiosidad de los platos. Hasta tal punto que, si se solicitan medias raciones, no se corren riesgos de terminar insatisfecho. Carece de inter¨¦s la patata trufada, montada con la ins¨ªpida trufa de verano; es aceptable el foie-gras de oca caramelizado con peque?os frutos rojos, y tienen bastante chispa las lentejas estofadas acompa?adas de una alb¨®ndiga de manitas de cordero. Fuera de carta aguardan las pochas, sensacionales.
Dos de sus propuestas apuntan a la vanguardia, la notable gamba roja (alistado) en infusi¨®n con crema helada de Pernod, y la menestra de coles (coliflor, br¨¦col, lombarda y berza) con setas, ambas excepcionales por sus matices s¨¢pidos. Otras dos pecan de antiguas, aunque sean sabrosas: los fondos de alcachofas con crema de erizos y las escamas de bacalao con boniato. Sorprende de forma positiva la lubina al vinagre de M¨®dena y decepciona el salmonete con foie-gras. Juntar pescado e h¨ªgado de pato constituye un desatino may¨²sculo. Es magn¨ªfico el pich¨®n de Bresse y antol¨®gico el civet de liebre, todo un alarde de la mejor cocina cl¨¢sica.
Nunca como ahora esta antigua casa de comidas, gestionada por la familia Del Cerro, situada en Aranjuez en la proximidad del mercado de abastos, hab¨ªa llegado tan lejos. Tras medio siglo de avatares, la pasada primavera conclu¨ªa la reforma que transform¨® la primitiva taberna y emplaz¨® su comedor bajo un espectacular entramado de vigas. Poco despu¨¦s llegar¨ªa la salida de Jes¨²s del Cerro, primog¨¦nito de la familia, que abandon¨® sus fogones con destino al nuevo hotel de NH en esta villa madrile?a.
Ajenos a los cambios, con una f¨¦rrea madurez y la misma estrella Michelin a sus espaldas, los propietarios de Casa Jos¨¦ han enfilado una nueva etapa mucho m¨¢s prometedora que anta?o. Fernando del Cerro, hermano y sucesor de Jes¨²s, practica una cocina ecl¨¦ctica, sensata y ligera, en la que alternan propuestas modernas con recetas cl¨¢sicas. De sus manos salen platos sugerentes, algunos de influencia francesa y otros mediterr¨¢neos.
Dos cosas sorprenden de entrada, la brevedad de la carta y la copiosidad de los platos. Hasta tal punto que, si se solicitan medias raciones, no se corren riesgos de terminar insatisfecho. Carece de inter¨¦s la patata trufada, montada con la ins¨ªpida trufa de verano; es aceptable el foie-gras de oca caramelizado con peque?os frutos rojos, y tienen bastante chispa las lentejas estofadas acompa?adas de una alb¨®ndiga de manitas de cordero. Fuera de carta aguardan las pochas, sensacionales.
Dos de sus propuestas apuntan a la vanguardia, la notable gamba roja (alistado) en infusi¨®n con crema helada de Pernod, y la menestra de coles (coliflor, br¨¦col, lombarda y berza) con setas, ambas excepcionales por sus matices s¨¢pidos. Otras dos pecan de antiguas, aunque sean sabrosas: los fondos de alcachofas con crema de erizos y las escamas de bacalao con boniato. Sorprende de forma positiva la lubina al vinagre de M¨®dena y decepciona el salmonete con foie-gras. Juntar pescado e h¨ªgado de pato constituye un desatino may¨²sculo. Es magn¨ªfico el pich¨®n de Bresse y antol¨®gico el civet de liebre, todo un alarde de la mejor cocina cl¨¢sica.
BARRA DE COPAS, POSTRES Y BODEGA
A LA ENTRADA de esta casa se encuentra una min¨²scula barra concebida para tomar una copa o comer unas tapas mientras se aguarda mesa. En primer lugar, la tortilla de patatas, una de las mejores de Espa?a, que Jos¨¦ del Cerro y su esposa, Mar¨ªa, elaboran a diario. Otras tapas de inter¨¦s son la tarrina de salm¨®n, la brandada de bacalao y el foie-gras caramelizado. Dos aspectos adicionales ratifican sus inquietudes, la cesta de panes (bolla de aceite, garibaldino, espiga hojaldrada, y pan de vino y leche) y de dulces. Entre los postres, todos elaborados al instante, hay propuestas brillantes junto a otras menos conseguidas. Si los blinis dulces con naranja no entusiasman, el tomate de ¨¢rbol confitado con helado de leche es para recordarlo. Tampoco se deben olvidar el tiramis¨² con queso manchego y la tarta de melocotones, dos de los m¨¢s solicitados. Falla el caf¨¦, p¨¦simo y amargo, y desentona el servicio, voluntarioso pero despistado e inexperto. Por el contrario, tiene nervio la bodega, de la que se ocupa Armando del Cerro, con pocas marcas, pero bien escogidas. Adem¨¢s, el cliente puede aparecer con sus propias botellas (el descorche, ocho euros).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.