La mancha ensucia la joya ecol¨®gica de Galicia
El fuel del 'Prestige' embadurna las islas C¨ªes, la zona m¨¢s valiosa del parque nacional de las Islas Atl¨¢nticas
Un enjambre ca¨®tico evoluciona ante las rocas de la isla norte de las C¨ªes, la belleza salvaje de la embocadura de la r¨ªa de Vigo. Los pescadores han capturado con sus redes una mancha de fuel, de unos 40 metros cuadrados, cuando estaba s¨®lo a 25 metros de las piedras repletas de percebes de O Peito y acechaba uno de los mejores bancos de navajas de Galicia. Pero las rocas ya tienen la marca del Prestige, el lacre viscoso de la marea negra. La joya del parque nacional de las Islas Atl¨¢nticas, la que el grupo gallego Siniestro Total quer¨ªa defender de la invasi¨®n hyppie, est¨¢ tocada pero no hundida gracias a la lucha que libran los marinos con sus propias manos. "?Es que aqu¨ª no hay Dios ni Gobierno?", clama un mariscador enfangado en chapapote.
Los marineros cogen el fuel con las manos y lo meten en contenedores de basura o en bolsas
Las islas C¨ªes se elevan en el mar a medida que levanta la niebla de la ma?ana. Los trabajadores del mar de Cangas, Moa?a y Vigo han zarpado muy de ma?ana para salvarla, como han hecho los de Bueu para defender la isla de Ons, donde la presidenta de la asociaci¨®n de vecinos del pe?¨®n -cuatro familias en invierno-, Mar¨ªa Luisa Acu?a, suspira por el fuel llegado a la playa de Peiro. Aqu¨ª, como en toda la costa gallega, los pescadores se han organizado siguiendo pautas similares a lo que en f¨ªsica se denominan sistemas ca¨®ticos: aunque cada uno de sus elementos (las lanchas y barcos) parecen ir a su aire, funcionan como un todo con sentido (quitar las manchas).
Las primeras piedras manchadas pueden verse en las rocas de la isla norte, tambi¨¦n llamada de Monteagudo, que dan a mar abierto. Los pescadores explican que las C¨ªes son en realidad tres islas, aunque dos est¨¢n unidas. Se explayan en loar su belleza, en destacar que acaban de ser elevadas a la categor¨ªa de parque nacional. Pero se descorazonan al ver las rocas manchadas. Jos¨¦ Antonio Gallego, militar profesional durante seis a?os, se?ala las piedras tiznadas: "F¨ªjate, todo eso est¨¢ ya manchado... Ahora que empez¨¢bamos a levantar cabeza; ahora que acabo de sacar la barca hace dos d¨ªas; que me he gastado casi cuatro millones y medio de pesetas".
La barca de Jos¨¦ Antonio, A Xesta, reci¨¦n pintada, se ha aventurado hacia el frente del chapapote armada as¨ª: dos capazos, tres palas, un rollo de pl¨¢stico y tres pares de guantes. "Esta ropa de agua que llevamos nos la dio la Cofrad¨ªa de Vigo, pero por la ma?ana llam¨® gente de la Xunta para preguntar qu¨¦ material ten¨ªamos" relata C¨¢ndido Vega Gonz¨¢lez, mariscador de navaja. "Les tuvimos que decir que si estaban de cachondeo". Cada vez que se cruza con una barquilla pregunta: "?Ten¨¦is m¨¢scarillas?". Al cuarto intento consigue para todos.
Los marineros se intercambian informaciones cuando se aproximan en los barcos: que si una mancha enorme roza las playas de las C¨ªes abiertas al mar, que si hacia el cabo de Home hay placas de fuel dispersas... Lo cierto es que est¨¢n levantando el fuel del agua pegaditos a la isla, desde las que cientos de gaviotas vuelan enga?adas hacia las manchas que cercan los barcos, acostumbradas a que las capturas sean de pescado y no de engrudo. Javier Novoa apunta a las playas y dice: "Ese arenal es riqu¨ªsimo en navajas; las hay de varios tipos, longeir¨®n, longeir¨®n bello, tambi¨¦n llamadas carallote, y las navallas tal cual, todas mucho mejores que las de M¨¢laga".
La flota ca¨®tica es como el ej¨¦rcito de Pancho Villa, pero rebozado de negro pastoso. Cogen directamente el fuel con las manos para meterlo en contenedores de basura, en bidones recortados o en simples bolsas. La operaci¨®n causa bajas. Bernardo Xos¨¦ Mu?iz Alonso, de 24 a?os, tiene que ser evacuado de la lancha Lupe. "Estaba volcado en la borda cogiendo fuel con las manos cuando una ola me lo meti¨® todo por el cuerpo, que se me ha quedado pegado", relata.
Un cabeceo del barco de rescate, el Alba Mar¨ªa Alonso, lo vuelve a empapar. "No te muevas, que me est¨¢s poniendo todo lleno de esta mierda", le espeta Julio Alonso, vicepatr¨®n de la Cofrad¨ªa de Vigo, que adem¨¢s levanta el pu?o cuando avista un avi¨®n militar: "Est¨¢n viendo si hay centollos para Navidad. Que no se pasen, que aqu¨ª los del sur somos m¨¢s brutos que los del norte, y se van a enterar". No sabe que el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, est¨¢ en la isla de Salvora.
Javier Novoa, en la A Xesta, explica c¨®mo una amigo hyppie mont¨® hace muchos a?os una caba?a de madera a lo Robinson Crusoe. Ese amigo era uno de los residentes a los que Siniestro Total dedic¨® su canci¨®n Matar hyppies en las C¨ªes. Su cantante, Juli¨¢n Hern¨¢ndez, estuvo en la manifestaci¨®n del domingo en Santiago. Ahora, muchos herederos de aquellos hyppies de los 70 est¨¢n llegando para tratar de evitar este fin de semana el siniestro total de las islas. As¨ª es la vida.
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