"Sadam representa el fanatismo pol¨ªtico e ideol¨®gico m¨¢s agresivo"
1. S¨ª. Lo ha sido y lo sigue siendo porque representa el fanatismo ideol¨®gico, pol¨ªtico y religioso en sus formas m¨¢s agresivas. La idea de que Sadam Husein tuviera la misma capacidad de acci¨®n que tiene en estos momentos George W. Bush es verdaderamente terror¨ªfica. El problema clave, sin embargo, est¨¢ en definir la importancia real del peligro que representa Sadam Husein y el riesgo concreto de que se materialice. Hasta ahora no hay datos s¨®lidos y fiables. Las comparecencias de Powell y Aznar del 5 de febrero podr¨¢n ayudar a aclarar este tema, pero es muy improbable que resuelvan todas las dudas.
2. Depender¨¢, en gran medida de lo anterior y de la decisi¨®n del Consejo de Seguridad.
3. En pura teor¨ªa y en pura ¨¦tica, el porqu¨¦ de las distintas posiciones europeas deber¨ªa depender exclusivamente de c¨®mo se valore el peligro y los riesgos que representa Sadam Husein. Pero no es as¨ª. Hay adem¨¢s razones de pol¨ªtica interna y de pol¨ªtica europea o mundial y, tambi¨¦n, factores econ¨®micos como el precio del petr¨®leo, que ser¨ªa un factor decisivo para recuperar una econom¨ªa mundial que tiene sus tres locomotoras b¨¢sicas paralizadas (Estados Unidos, Jap¨®n y Alemania). Espa?a ha elegido un camino arriesgado y el presidente Aznar es consciente de ello. Es una apuesta en toda regla, pero nadie debe descartar que tenga m¨¢s claves de las que ha desvelado hasta ahora. Esto es una partida de ajedrez.
4. En estos momentos, de una forma muy negativa, y de ello tienen la culpa ¨ªntegra, repartida a cuotas iguales, los l¨ªderes antes citados. Puede llegar a ser tan negativa -en el sentido de reafirmar dram¨¢ticamente la desuni¨®n, la incapacidad y las debilidades europeas- que ello acabe forzando, v¨ªa opini¨®n p¨²blica, a que se produzcan nuevos intentos para alcanzar una voz ¨²nica. Pero no hay que hacerse demasiadas ilusiones. La veneraci¨®n de la naci¨®n-Estado obtura muchas mentes y el eje franco-alem¨¢n es duro de roer. Cuid¨¦monos bien en todo caso de no da?ar en exceso la relaci¨®n EE UU-Europa. Ah¨ª est¨¢ la clave de una globalizaci¨®n m¨ªnimamente razonable.
Antonio Garrigues Walker (Madrid, 1934) es jurista, vicepresidente europeo de la Trilateral y presidente de la Fundaci¨®n Ortega y Gasset.
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