Lula s¨®lo ha convencido a los mercados
Se empiezan a escuchar las primeras voces cr¨ªticas en el Partido de los Trabajadores que ven un Lula muy cercano a la banca
Pasadas las primeras semanas del Gobierno del presidente Lula da Silva, los sectores m¨¢s duros de su partido, el PT, amenazan con una especie de rebeli¨®n. La llamada ala radical del partido todav¨ªa no admiti¨® que la presidencia del Banco Central haya sido entregada al ex presidente mundial del Bank Boston, Henrique Meirelles, y recibi¨® con muy mal humor otro nombramiento, el del tambi¨¦n banquero Casio Casseb Lima, para presidir el Banco do Brasil. Y, adem¨¢s, el equipo que va a dirigir el mayor banco brasile?o est¨¢ integrado, en buena parte, por gente que viene de uno de los sectores m¨¢s criticados por Lula durante su campa?a electoral, es decir, la banca privada, el mercado financiero.
Las cr¨ªticas del bando m¨¢s radical del PT, sin embargo, no terminan ah¨ª: se considera que la pol¨ªtica econ¨®mica comandada por el ministro de Hacienda, Antonio Palocci, es nada menos que una copia directa de lo que hizo su antecesor, Pedro Malan. En resumen: al menos en lo que a pol¨ªtica econ¨®mica se refiere, el neoliberalismo del Gobierno de Fernando Henrique Cardoso est¨¢ siendo integralmente respetado por el Gobierno del Partido de los Trabajadores.
Visto bueno financiero
Ya el mercado financiero, por su vez, ve con muy buenos ojos lo que el nuevo Gobierno est¨¢ haciendo. La firme defensa de la estabilidad y la determinaci¨®n de mantener la inflaci¨®n bajo control son considerados puntos esenciales para cualquier pol¨ªtica econ¨®mica, y el sector financiero siente que esa l¨ªnea ser¨¢ mantenida. Tanto es as¨ª, que el peor s¨ªntoma de inestabilidad y fragilidad -la cotizaci¨®n del d¨®lar- se mantuvo a la baja durante las primeras semanas, volviendo a subir solamente por la tensi¨®n externa provocada por la inminencia de un ataque militar norteamericano a Irak. De esa forma, se dice que el Gobierno de Lula viene cumpliendo bien con las expectativas de uno de los mercados financieros m¨¢s especulativos y m¨¢s ¨¢vidos de ganancia de la historia reciente de Brasil, y eso causa malestar entre la izquierda de su partido.
Analistas independientes, sin embargo, proponen una visi¨®n m¨¢s serena del escenario. Para empezar, recuerdan que, al menos en este primer a?o, el espacio reservado para cambios de ruta en la pol¨ªtica econ¨®mica es pr¨¢cticamente nulo. La situaci¨®n heredada por el Gobierno de Lula es muy delicada y vulnerable. Datos consolidados sobre la econom¨ªa brasile?a en 2002 demuestran que, si no hubiera sido por la ayuda del FMI, el pa¨ªs no hubiera logrado cerrar sus cuentas externas. Las inversiones directa venidas del exterior han sido un 26% menores que en 2001, y las perspectivas para este a?o oscilan seg¨²n se presente la situaci¨®n internacional. En los 30 primeros d¨ªas de 2003, por ejemplo, Brasil logr¨® captar cr¨¦ditos por casi 1.500 millones de d¨®lares, m¨¢s de la mitad del total captado en 2002, que fue de 2.760 millones.
Es verdad que hay otras medidas anunciadas por el equipo econ¨®mico de Lula que se?alan claramente la continuidad de la pol¨ªtica del gobierno anterior: la meta del super¨¢vit primario pactada con el FMI podr¨¢ saltar de 3,8% al 4,5% (de hecho, ya el a?o pasado la meta fue superada, alcanzando un 4,04%); la meta de inflaci¨®n, otro punto cr¨ªtico, ha sido flexibilizada, pasando de un 6% a 8,5%; la tasa b¨¢sica de inter¨¦s anual se mantuvo elevada (del 25% al 25,5% en enero).
Pero, una vez m¨¢s, analistas independientes se?alan que, al menos de momento, no le quedaba otra alternativa a Lula y su equipo. Advierten, adem¨¢s, que la falta de medidas bruscas de cambio de ruta no significa, de ninguna manera, que el PT haya prometido una cosa en su campa?a electoral y ahora haga otra en el gobierno. Se reitera, en esos an¨¢lisis, que treinta d¨ªas no son nada, y que el mismo Lula a cada tanto recuerda a su audiencia que es necesario mantener la calma, ya que su gobierno tiene todav¨ªa cuatro a?os.
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