Los orientadores psicopedag¨®gicos reclaman una mayor especializaci¨®n
Estos profesionales act¨²an como consejeros acad¨¦micos y mediadores
Cuando su presencia en los centros educativos empez¨® a ser habitual, hace ya 10 a?os, algunos profesores sol¨ªan preguntarse: "?Para qu¨¦ est¨¢n ah¨ª?". Con el tiempo, los orientadores psicopedag¨®gicos han conseguido que se valore su trabajo. Sin embargo, afirman que sus funciones siguen adoleciendo de indefinici¨®n, alertan sobre la necesidad creciente de ofrecer servicios especializados para atender al alumnado inmigrante y reclaman medios para responder a las necesidades de una poblaci¨®n estudiantil cada vez m¨¢s diversa.
Alejados del viejo concepto del psic¨®logo educativo como encargado de rehabilitar a los alumnos que por ser diferentes causan problemas en el aula, los orientadores (cerca de 8.000 en los centros de ense?anza p¨²blica) prefieren definirse como mediadores entre alumno y profesor, cuya misi¨®n es que todos los estudiantes tengan la oportunidad de sacar el m¨¢ximo partido a sus capacidades.
El psic¨®logo y especialista en orientaci¨®n Jos¨¦ Antonio Luengo sostiene que, aunque el protagonismo en la educaci¨®n debe corresponder a los docentes, la participaci¨®n del orientador es necesaria porque "permite que se den procesos de ense?anza rec¨ªprocos, menos jerarquizados".
En educaci¨®n primaria, sus funciones incluyen localizar y atender a los alumnos con problemas de aprendizaje, aconsejar a los padres sobre el tipo de colegio al que deber¨ªan llevar a sus hijos (ordinario, integrado o de educaci¨®n especial) o recomendarles la ayuda de un especialista cuando es necesario, as¨ª como descubrir condicionantes del aprendizaje dif¨ªciles de medir en el aula, como la capacidad de trabajo, la memoria o la condici¨®n de superdotado.
En educaci¨®n secundaria, sus principales cometidos son ayudar a los profesores a mejorar sus tutor¨ªas, la promoci¨®n de temas transversales (educaci¨®n sexual, salud, valores), aconsejar a los estudiantes sobre las salidas profesionales de sus estudios u ofrecer al claustro de profesores opiniones no vinculantes sobre la evaluaci¨®n y la promoci¨®n de curso de los alumnos.
El psic¨®logo educativo Jes¨²s Ram¨ªrez, que trabaja en un centro concertado de integraci¨®n de ni?os con deficiencias auditivas, explica que en ocasiones deben asumir responsabilidades m¨¢s dif¨ªciles: "A veces vienen los padres de un chico a pedirnos ayuda para saber c¨®mo decirle que tienen una enfermedad grave, y otras veces tenemos que explicarles a unos padres que no quieren aceptarlo que su hija tiene anorexia", cuenta como ejemplos.
Para acceder a una plaza de orientador en la ense?anza p¨²blica es necesario superar una oposici¨®n, que se convoca cada a?o. Para presentarse a esta prueba selectiva basta con tener cualquier licenciatura, aunque mayoritariamente acuden titulados en Psicolog¨ªa Educativa, Pedagog¨ªa y, en los ¨²ltimos a?os, Psicopedagog¨ªa.
Una vez lograda la plaza de funcionario, el destino puede ser un equipo de orientaci¨®n externa, que presta sus servicios al menos una vez por semana a varios centros de educaci¨®n primaria de una zona determinada, o bien un departamento de orientaci¨®n de un instituto de secundaria.
En secundaria, las labores de orientaci¨®n deben complementarse con seis a nueve horas lectivas, dedicadas sobre todo a asignaturas optativas, como Transici¨®n a la vida adulta y activa (en segundo ciclo de educaci¨®n secundaria obligatoria) o introducci¨®n a la psicolog¨ªa (en bachillerato).
El psic¨®logo educativo Adolfo Fern¨¢ndez P¨¦rez, miembro de un equipo de orientaci¨®n educativa y psicopedag¨®gica, defiende que hay que reforzar estos equipos con profesionales especializados (ceguera, sordera, autismo, problemas motores) y opina que "es necesario fijar una ratio m¨ªnima de orientadores por centro, establecida no tanto por n¨²mero de alumnos como en funci¨®n de las necesidades especiales de cada colegio o instituto".
En algunas comunidades aut¨®nomas, como Baleares, Castilla y Le¨®n, Extremadura o Madrid, un destino alternativo para los que superan la oposici¨®n son los equipos de atenci¨®n temprana, que prestan servicios externos especiales en edades de preescolar.
Jos¨¦ Antonio Luengo, que ha ocupado distintos cargos en la Administraci¨®n en este ¨¢rea, defiende la necesidad de consolidar este servicio: "La llegada de poblaci¨®n for¨¢nea, sobre todo en algunas zonas, hace cada vez m¨¢s necesario proporcionar atenci¨®n en edades de preescolar y fomentar un contacto estrecho entre equipos de orientaci¨®n, colegios, profesores de apoyo, centros de salud, trabajadores sociales y otros modelos de atenci¨®n especializada".
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