Un cl¨¢sico imprescindible
La colecci¨®n de cine espa?ol de EL PA?S presenta 'La caza', de Carlos Saura
Escribi¨® el historiador Rom¨¢n Gubern que "en 1965 La caza aparec¨ªa como uno de los filmes m¨¢s importantes y originales de todo el cine espa?ol realizado desde 1939", en lo que abund¨® el cr¨ªtico C¨¦sar Santos Fontenla: "La caza es, sin duda, el filme m¨¢s importante de nuestra industria en los ¨²ltimos a?os".
De producci¨®n modesta, en blanco y negro (magn¨ªfica fotograf¨ªa de Luis Cuadrado), con actores semiolvidados o de escaso atractivo popular en aquel momento (Ismael Merlo, el joven Emilio Guti¨¦rrez Caba, Jos¨¦ Mar¨ªa Prada -premio Sant Jordi por este trabajo- y el hist¨®rico Alfredo Mayo, recuperado tras sus lejano esplendor en el cine oficial de la posguerra -que obtuvo por este papel el premio del Sindicato Nacional del Espect¨¢culo-), el casi inexperto productor El¨ªas Querejeta corri¨® el riesgo de llevarla a cabo. Si bien Carlos Saura ya hab¨ªa dirigido con ¨¦xito de cr¨ªtica Los golfos (1959) y Llanto por un bandido (1963), la carrera comercial que hab¨ªan obtenido ambas pel¨ªculas no daba pie al optimismo y, por si fuera poco, la pel¨ªcula que Saura propon¨ªa disgustar¨ªa seguramente a los censores.
"El tema de 'La caza' es internacional en cuanto a la agresividad que hay en el mundo"
La caza, pues, surgi¨® como un proyecto casi imposible, comenzando por el t¨ªtulo, seg¨²n Querejeta le cont¨® a su entrevistador Juan Hern¨¢ndez Les: "En un principio se llam¨® La caza del conejo. El cambio se produjo cuando un miembro de la Junta de Censura opin¨® que era un t¨ªtulo demasiado significativo". As¨ª lo reconoci¨® en sus memorias el entonces director general de Cinematograf¨ªa, Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa Escudero, cuya reciente ley pretend¨ªa dar ox¨ªgeno al cine espa?ol de los j¨®venes: "Hubo mal ambiente en la Junta al ver la pel¨ªcula, incluso se le sacaron a cada plano simbolismos er¨®ticos y pol¨ªticos. Que la pel¨ªcula tiene intenci¨®n, es evidente; que sea para prohibirla, es otra cosa". ?Intenciones pol¨ªticas? Sin duda. Pero Saura precisaba en su defensa que la pol¨ªtica s¨®lo le interesaba "en cuanto soy consciente de que todos hacemos pol¨ªtica por el simple hecho de hacer cualquier cosa".
Aprovechando las disposiciones de Garc¨ªa Escudero, que significaban una apertura en el r¨ªgido franquismo, El¨ªas Querejeta se lanz¨® a la producci¨®n: "La nueva ley", declar¨® entonces, "tiende a dar una estructura industrial al cine espa?ol". La caza fue el primer pelda?o de sus objetivos, que se han demostrado al cabo del tiempo: "Es el momento de dar un paso hacia adelante: la coherencia ideol¨®gica de toda la obra de un productor". En este sentido, como ya se sabe, la carrera de El¨ªas Querejeta ha resultado mod¨¦lica.
Presentada en el Festival de Berl¨ªn de 1966, donde fue especialmente defendida por Pier Paolo Pasolini, miembro del jurado, obtuvo el Oso de Plata al mejor director "por la valent¨ªa y la indignaci¨®n con que ha presentado una situaci¨®n humana caracter¨ªstica de su tiempo y de su sociedad". A ra¨ªz de este triunfo fue invitada al Festival de Nueva York, lo que entonces era poco frecuente para una pel¨ªcula espa?ola, y donde, seg¨²n cont¨® Saura, "tuvo un gran impacto cr¨ªtico, siendo muy bien interpretada por el p¨²blico norteamericano, y no s¨®lo en cuanto a sus referencias a la guerra de Espa?a".
Tres amigos van a cazar conejos, acompa?ados por el cu?ado de uno de ellos, un joven de veinte a?os. Se conocen desde hace tiempo, "pero sus frustraciones, miedos, odios y rencores se ir¨¢n evidenciando paulatinamente a lo largo de esta jornada abrasada por el sol", en descripci¨®n aparecida en Antolog¨ªa del cine espa?ol. "Sobre estos personajes gravita una tensi¨®n de otro signo que sus propios procesos psicol¨®gicos", precis¨® Enrique Bras¨®: "Gravitan unas situaciones hist¨®ricas enormemente precisas, una tensi¨®n que se prolonga desde una guerra civil..." Saura, que hab¨ªa definido la pel¨ªcula como "un documental en situaci¨®n l¨ªmite", declar¨® a la revista Nuestro Cine: "El clima de violencia que refleja no es exclusivamente espa?ol sino del mundo entero. El tema de La caza es un problema internacional en cuanto a la agresividad que hay en el mundo, la inutilidad de la guerra, la inutilidad de la muerte, la inutilidad misma de la caza, porque hoy se caza por placer, no por necesidad".
Elogiada por Manuel Rotellar, "La caza es un filme construido magistralmente en tiempos perfectamente marcados y sincronizados a la tormenta interna que se va incubando en los tres personajes principales", en coincidencia con el cr¨ªtico Merl¨ªn, quien dec¨ªa que "dej¨¢ndose uno de traducir simbolismos, si los hay, la trama es lineal y directa y tiene una graduaci¨®n dram¨¢tica muy bien medida hasta desembocar en el r¨¢pido y tremendo desenlace que es -nunca mejor dicho- un escopetazo al espectador", la pel¨ªcula era, seg¨²n Manuel Villegas L¨®pez, "una par¨¢bola, casi un cuento oriental", y lo explicaba: "Su realismo feroz, agresivo, es s¨®lo una m¨¢scara. Todo est¨¢ detr¨¢s de ese verismo, seco y despiadado. En cine, siempre hay que invocar a Bu?uel cuando se entra en este sector del arte, como en pintura hay que contar con Goya". La caza es ya un cl¨¢sico del mejor cine espa?ol.
A Saura, en cambio, la pol¨ªtica le interesaba s¨®lo "en cuanto soy consciente de que todos hacemos pol¨ªtica por el simple hecho de hacer cualquier cosa".
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