Un hombre de oficio

Asturiano de 1930, Ram¨®n Fern¨¢ndez (ocasionalmente Tito Fern¨¢ndez) no es un director famoso, lo que ¨¦l explica al definirse modestamente como "un hombre de interiores": "He hecho mi carrera dentro del oficio, y en ¨¦l tengo un prestigio, pero yo nunca he cuidado mi proyecci¨®n publicitaria".

Se inici¨® en el cine como meritorio y ayudante de direcci¨®n ("En nuestra ¨¦poca se llegaba a la direcci¨®n por el camino del oficio, del plat¨®, de la ayudant¨ªa), comenzando a dirigir a los treinta a?os: ?Ah¨ª va otro recluta! y ?Aqu¨ª est¨¢n las vicetiples!, ambas de 1960, Margarita se llama mi amor (1961), Objetivo: las estrellas (1963)...

En sus casi cuarenta pel¨ªculas, rodadas en Espa?a, Italia y Francia, ha destacado especialmente en el terreno de la comedia (Sor Ye-Ye, Los novios de mi mujer, Matrimonio al desnudo, El diablo Cojuelo, Casa Flora...), con producciones de poco presupuesto y habitualmente filmadas en tiempo insuficiente. Tertuliano culto, se considera respetuoso del gusto popular: "En las sociedades hay una cultura subyacente que va por debajo de la cultura oficial, y ese olfato que mueve el gusto del pueblo es lo que acaba imponi¨¦ndose", ha declarado recientemente a Elena Pita: "No es verdad que lo que el p¨²blico quiere es la vulgaridad; no, no es as¨ª. ?Qu¨¦ es lo fino y qu¨¦ lo vulgar? Nadie tiene el monopolio de saber lo que hay que hacer".

Este cineasta discreto contin¨²a en activo, especialmente para la televisi¨®n, medio para el que ha dirigido, y dirige, diversas series con el dif¨ªcil denominador com¨²n de su enorme aceptaci¨®n popular. Se?alemos que una de las primeras que dirigi¨® fue Los ladrones van a La Oficina (1991), siendo actualmente el responsable de Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨®, la serie que bate r¨¦cords de audiencia. Ello, sin embargo, no le hace cambiar de actitud: "La fama siempre me ha dado igual. No sirve para nada".