El obrero que lleg¨® a presidente
Homenaje ma?ana a Largo Caballero en el 25? aniversario del traslado de sus restos a Madrid
Los restos del l¨ªder socialista Francisco Largo Caballero (Madrid 1869-Par¨ªs 1946) reposan en el cementerio civil de Madrid desde el 8 de abril de 1978. Apenas 10 meses antes se hab¨ªan celebrado las primeras elecciones democr¨¢ticas y a¨²n se estaba redactando la Constituci¨®n. Su entierro congreg¨® a decenas de miles de personas que entonaron la Internacional, pu?o en alto. Eran tiempos de fervor pol¨ªtico, en el arranque de la Transici¨®n
Ma?ana, 25 a?os despu¨¦s de aquel acontecimiento-s¨ªmbolo del cambio profundo que viv¨ªa Espa?a, la Fundaci¨®n Largo Caballero ha organizado un acto pol¨ªtico de homenaje a su memoria que se celebrar¨¢ en el cementerio civil de Madrid a las 12 horas.
Est¨¢ prevista la intervenci¨®n del secretario general de UGT, C¨¢ndido M¨¦ndez y por la tarde a las 19.30, en la sede central de UGT (Avenida de Am¨¦rica, 25) Luis G¨®mez Llorente, ex diputado socialista, pronunciar¨¢ una conferencia sobre la figura del pol¨ªtico republicano.
Su perfil nos llega como el de un personaje para el debate hist¨®rico
"El ¨²nico obrero que lleg¨® a presidente" del Gobierno en Espa?a, en palabras del historiador norteamericano Gabriel Jackson, fue en vida una figura muy controvertida y su memoria arrastra todav¨ªa posiciones muy encontradas entre historiadores y hasta en pol¨ªticos de su propio partido.
Eso explica que en abril de 1978, Gregorio Peces Barba, entonces diputado por Valladolid, pudiese escribir en este peri¨®dico: "Largo Caballero no puede ser instrumento arrojadizo entre socialistas. Cuando algunos que se quieren denominar socialistas rechazan lo que llaman la l¨ªnea caballerista no est¨¢n entendiendo en absoluto lo que significa el Partido Obrero Socialista Espa?ol. Lo mismo ocurre con aquellos que, en nombre de lo que ¨¦l represent¨®, quieren excomulgar a los m¨¢s moderados".
Esos rescoldos que entonces aviv¨® la Transici¨®n y el entierro en Madrid son hoy pr¨¢cticamente "cenizas asumidas por todos", en opini¨®n de Francisco Fern¨¢ndez Marug¨¢n, diputado socialista, porque, "los que entonces se declaraban largocaballeristas no quisieron ser hegem¨®nicos y eso facilit¨® que todos asumi¨¦ramos la historia y la figura de Largo Caballero con sus virtudes y defectos".
Largo Caballero fue encuadernador, calderero y estuquista. Con 24 a?os de edad ingres¨® en el PSOE y fue secretario general de UGT desde 1918 a 1938 y presidente del PSOE de 1932 a 1935.
Concejal del Ayuntamiento de Madrid en 1905, consejero de Estado durante la dictadura de Primo de Rivera y diputado en cuatro legislaturas, fue ministro de Trabajo en el primer Gobierno republicano de 1931.
En plena guerra civil -4 de septiembre de 1936- lleg¨® a la presidencia del Consejo de Ministros y a ministro de la Guerra, hasta el 19 de mayo de 1937.
En febrero de 1939 se exili¨® a Francia, donde la polic¨ªa francesa lo entreg¨® a las SS y fue internado en un campo de concentraci¨®n en Alemania. Lo liberaron las tropas rusas en 1945 y regres¨® a Par¨ªs, donde muri¨® el 23 de marzo de 1946.
La virulencia de sus discursos le granje¨® la imagen de un l¨ªder extremista al que muchos han acusado de ejercer un aut¨¦ntico protagonismo en el estallido de la contienda civil. El apelativo de Lenin espa?ol refuerza esa imagen de radicalidad.
Incluso durante la guerra su actuaci¨®n irrit¨® a correligionarios del bando republicano. Numerosos anarquistas y troskistas que hab¨ªan tomado el edificio de Tel¨¦fonica, en Madrid, murieron, tras tres d¨ªas de asedio, por disparos de seis mil guardias de asalto que ¨¦l envi¨® para terminar con la revuelta. Jackson sostiene que aquello "le doli¨® como al que m¨¢s". Pero las opiniones de Noam Chomsky, Hugh Thomas o Pierre Vilar, por ejemplo, son mucho menos amables con la figura de Largo Caballero.
En cualquier caso, su perfil llega a esta fecha, casi exclusivamente, como el de un personaje para el debate hist¨®rico.
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