Jim¨¦nez Lozano, el Cervantes m¨¢s austero

Fue el Cervantes m¨¢s austero de la historia, como corresponde a un escritor castellano cuya obra huye de lo desmesurado y el oropel. La entrega, ayer, del m¨¢ximo galard¨®n de la literatura en castellano al escritor Jos¨¦ Jim¨¦nez Lozano (Langa, ?vila, 1930), en el Paraninfo de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, estuvo marcada por la sombra de la guerra y por las medidas de seguridad. Se impidi¨® el acceso al interior del recinto hasta a la tuna, que tradicionalmente le canta al ganador algunos de sus temas en el patio de la Universidad, y en el jard¨ªn de acceso se alej¨® bastante m¨¢s que otros a?os a los curiosos que acuden a presenciar la entrada y salida de caras conocidas. En esta ocasi¨®n, una parte del p¨²blico concentrado portaba pancartas a favor de la paz, y muchos de los invitados, entre los que se encontraban el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar -Jim¨¦nez Lozano se cuenta entre sus escritores favoritos-, y su esposa, Ana Botella, fueron recibidos o despedidos con gritos de "asesinos" y "No a la guerra".

Un oficio modesto

Ajeno al ambiente exterior, aunque algo nervioso por la situaci¨®n, Jos¨¦ Jim¨¦nez Lozano ley¨® un discurso vigoroso y trabajado en el que se refiri¨® a la tarea del escritor -o escribidor, como a ¨¦l le gusta decir para quitar empaque a "un oficio que al fin y al cabo es tan modesto"- como alguien que anda metido "en todas esas responsabilidades de la lengua para nombrar al mundo, como desde lo que llamamos literatura se nombra, y John Keats nos explica tan hermosamente cuando nos dice que hay que hacerlo teniendo los pies en el jard¨ªn de casa y tocando con un dedo en las esferas del cielo".

Jim¨¦nez Lozano, que es autor de casi cincuenta t¨ªtulos entre novelas, ensayos y poemarios, convirti¨® su alocuci¨®n en un homenaje a la lengua y al escritor que m¨¢s ha influido en su obra, Miguel de Cervantes. "En la escritura, nadie es grande por su estilo sino por su gram¨¢tica; no lo es por su cr¨ªtica pol¨ªtica, social o de costumbres, sino por tocar la gloria y la llaga de la naturaleza del destino humano, que parece revelarse s¨®lo a aquellos que, como Miguel de Cervantes, prestan mucha atenci¨®n y tienen mucha misericordia con los hombres, y desarman con su iron¨ªa el nudo gordiano de las paradojas del vivir".

El autor de Las se?oras asegur¨® que el escritor alcala¨ªno se alimenta de la "memoria y de la escucha, que son la materia del contar", y reconoci¨® la influencia del pensamiento renacentista en el autor del Quijote. A juicio del premio Cervantes 2002, Cervantes debe ser incluido en ese peque?o gremio de los genios verdaderos que "Simone Weill se?ala como los ¨²nicos dignos y capaces de mostrar la desgracia y la condici¨®n de los aplastados por ella". El premiado, que estuvo acompa?ado por sus hijos y dos de sus cinco nietos, se refiri¨® al oficio de novelista como una tarea profundamente misteriosa que molesta al mundo moderno.

Jim¨¦nez Lozano aludi¨® en su discurso, entre otros, a escritores como Flannery O'Connor, Fray Luis de Le¨®n, Heidegger, Virginia Woolf o Teresa de ?vila, pero la ministra de Cultura no se qued¨® atr¨¢s. En su discurso, cit¨® a 14 escritores extranjeros y 4 espa?oles. Del Castillo reconoci¨® que el galardonado ha demostrado de sobra "su pertenencia a la estirpe literaria y moral que deriva de la ense?anza cervantina y que tiene dos rostros: el de la humildad y el de la iron¨ªa".

Humanismo cristiano

Tambi¨¦n el rey Juan Carlos cit¨® en su alocuci¨®n a escritores, en su caso dos espa?oles, Francisco Umbral y Miguel Delibes, al referirse al talento que el premiado ha volcado tambi¨¦n en el mundo del periodismo con art¨ªculos que son un "ejemplo de profundidad y claridad". El Rey se refiri¨® tambi¨¦n al humanismo de ra¨ªz cristiana de su obra. "Mucho de raz¨®n l¨²cida, de profunda belleza y de meticulosa tarea, hay en la obra de Jim¨¦nez Lozano, quien, cervantinamente, parte de lo peque?o y fr¨¢gil, y de los protagonistas de la vida cotidiana, para descubrir en ellos los mil rostros de la condici¨®n humana", asegur¨® el Rey.

La profusi¨®n de escritores citados en todos los discursos contrast¨® con la escasa presencia de autores en el acto. Pr¨¢cticamente s¨®lo Gustavo Mart¨ªn Garzo, amigo y admirador del premiado, y Manuel de Lope, que no le conoce personalmente, arroparon al premiado. Entre los asistentes se encontraba tambi¨¦n Joaqu¨ªn Leguina, con la toga y el birrete como presidente del Consejo Social de la Universidad de Alcal¨¢; los pol¨ªticos socialistas Salvador Clotas y Carme Chac¨®n; el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n; el banquero Jos¨¦ Miguel S¨¢nchez Asia¨ªn y el director de la Real Academia Espa?ola, V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha.

Tras los discursos, se celebr¨® un c¨®ctel en el patio del Paraninfo que fue tan fugaz como austero hab¨ªa sido el acto de entrega del galard¨®n. Jim¨¦nez Lozano, con un zumo de tomate en la mano, aseguraba con esa candidez que caracteriza a los sabios despistados que no se hab¨ªa puesto nervioso, pero que se le hab¨ªa enganchado el traje en el atril cuando subi¨® a leer el discurso y pensaba que no iba a poder bajar. Fue visto y no visto, pero pese a las r¨ªgidas medidas de seguridad, los Reyes y Jim¨¦nez Lozano saludaron a la tuna cuando abandonaban el Paraninfo y ¨¦stos pudieron cantarles el cl¨¢sico Clavelitos, mientras el p¨²blico congregado se divid¨ªa en las consignas. Unos lanzaban vivas a los Reyes y otros gritaban "No a la guerra".