10 a?os de c¨¢rcel para el cura que abus¨® durante 9 a?os de una ni?a en Madrid
La sentencia considera que no hay pruebas de violaciones, aunque no las descarta
La Audiencia de Madrid ha impuesto 10 a?os de prisi¨®n a Jos¨¦ Mart¨ªn de la Pe?a, el juez eclesi¨¢stico y sacerdote de la di¨®cesis de Alcal¨¢ de Henares que abus¨® sexualmente de una menor durante casi dos lustros. Este cura, de 73 a?os, vivi¨® como hu¨¦sped en casa de la menor, junto a ¨¦sta, su madre y su abuela, entre 1978 y 1988. Pese a que la ni?a, que hoy tiene 27 a?os, confes¨® que el cura comenz¨® a violarla anal y vaginalmente cuando cumpli¨® los ocho a?os, el tribunal no le condena por violaci¨®n por falta de pruebas, aun cuando no descarta que ¨¦stas se produjesen.
El Consejo de la Mujer, que intervino como acusaci¨®n particular en el juicio, exigi¨® ayer al cardenal arzobispo de Madrid, Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, que se pronuncie sobre la sentencia. Seg¨²n esta organizaci¨®n, Rouco "desoy¨®" la situaci¨®n en la que se encontraba la menor, a pesar de que la madre de la v¨ªctima se la expuso en varias ocasiones. El cura condenado sigue a¨²n celebrando misas en parroquias de la regi¨®n levantina.
La sentencia de la secci¨®n primera de la audiencia madrile?a impone al sacerdote el pago de una indemnizaci¨®n de 70.000 euros por los da?os morales causados a la menor, y su inhabilitaci¨®n durante ocho a?os para trabajar como educador.
Mart¨ªn de la Pe?a no ingresar¨¢ en prisi¨®n de momento. Estaba libre y aparentemente no hay riesgo de fuga. Adem¨¢s, la sentencia es recurrible ante el Tribunal Supremo y lo m¨¢s probable es que el reo la apele. Aunque el acusado tiene 73 a?os y la legislaci¨®n penitenciaria es restrictiva respecto al ingreso en prisi¨®n de mayores de 70 a?os, ser¨¢ el tribunal juzgador el que, una vez firme la sentencia, decida si Mart¨ªn de la Pe?a ingresa o no en la c¨¢rcel. En los casos de mayores, los jueces suelen basar sus decisiones en la gravedad del delito.
Siete a?os de proceso
El juicio por estos abusos ha tardado siete a?os en celebrarse porque el reo ha cambiado de abogado varias veces, lo que le ha beneficiado ante una eventual sentencia firme.
Seg¨²n lo jueces, el cura abus¨® sexualmente de la ni?a, de la que fue tutor y profesor particular de matem¨¢ticas, durante nueve a?os, y abandon¨® la casa en la que conviv¨ªa con la ni?a en 1988, cuando la menor ya hab¨ªa cumplido los 13 a?os.
Liberada del sacerdote, la ni?a sigui¨® sus estudios en un instituto religioso y fue ah¨ª donde comenz¨® a padecer con mayor virulencia las secuelas de los abusos sufridos, que se tradujeron en inasistencias reiteradas a las clases y en una conducta irascible. "Me pon¨ªa andar y a andar sin rumbo, sin saber a donde ir...", cont¨® la menor en el juicio.
La madre, ignorante del calvario que hab¨ªa supuesto la infancia de su hija, logr¨® sonsacarle los hechos cuando la cr¨ªa ya era mayor de edad. La denuncia se present¨® nueve a?os despu¨¦s de que "don Jos¨¦" abandonase la casa. "?sta ha sido una causa compleja de instruir desde el punto de vista de la carga probatoria", explic¨® ayer el fiscal del caso, Rafael Escobar.
En la sentencia, que en general sigue la misma l¨ªnea argumental que el fiscal, los jueces consideran probado que el cura "someti¨® a la menor a innumerables tocamientos l¨²bricos" entre 1978 y 1988, y que en un "indeterminado n¨²mero de ocasiones la oblig¨® a hacerle felaciones". Fue un a?o despu¨¦s de que el cura abandonase la casa de la v¨ªctima, en 1989, cuando cambi¨® la ley y se estableci¨® que la felaci¨®n constitu¨ªa un delito de violaci¨®n. Antes de esa fecha la felaci¨®n estaba catalogada como abusos deshonestos. El tribunal ha aplicado al sacerdote la legislaci¨®n m¨¢s favorable y entiende que sus libidinosas acciones concluyeron en "diciembre de 1988".
Informes ginecol¨®gicos
Los jueces consideran que "no est¨¢ acreditado" que el cura llegase a consumar las violaciones anales y vaginales que describi¨® la menor en el juicio, aunque no las descartan. Se basan en informes ginecol¨®gicos que revelan la ausencia de lesiones f¨ªsicas en la menor y en el hecho de que cuando ¨¦sta fue reconocida a?os despu¨¦s de los hechos conservaba el himen completo. La ni?a declar¨® que el cura le hac¨ªa mucho da?o y que ella se mord¨ªa la lengua para resistir el dolor. Los facultativos, sin embargo, no le hallaron cicatrices en la lengua cuando la vieron muchos a?os despu¨¦s. La v¨ªctima coment¨® que el sacerdote la viol¨® en su casa, mientras le daba clases de matem¨¢ticas, y en visitas que el cura la obligaba a hacer con ¨¦l a una vivienda de Alcal¨¢ de Henares y a su despacho en el tribunal eclesi¨¢stico de Madrid.
Seg¨²n la sentencia, el procesado se vali¨® para sus fechor¨ªas del "temor" que infund¨ªa a la menor, a la que lleg¨® a "amenazar de muerte" para que no le delatase, y en el hecho de que ¨¦l aportaba parte del dinero que llegaba al domicilio de la ni?a. El sacerdote conoci¨® a la madre de la menor porque ¨¦sta era muy religiosa y porque fue ¨¦l, como juez eclesi¨¢stico, quien le tramit¨® la nulidad de su matrimonio. El padre de la menor era alcoh¨®lico. En el juicio, el sacerdote neg¨® los hechos y los atribuy¨® "a fantas¨ªas de la ni?a", a la que defini¨® como una "psic¨®tica". Los jueces rechazan tales argumentos.
Una de las novedades de este juicio fue la emisi¨®n de v¨ªdeos que recog¨ªan las dos sesiones de hipnosis regresiva a las que fue sometida la v¨ªctima para que recordase lo ocurrido en su infancia. Cuando la menor decidi¨®, nueve a?os despu¨¦s, denunciar los hechos, indic¨® que ten¨ªa muchas lagunas sobre lo ocurrido. Por ello se someti¨® a las sesiones de hipnosis. En ellas la v¨ªctima habla con todo lujo de detalles de lo que le hizo el cura desde que ten¨ªa cinco a?os.
El juez que instruy¨® el caso dio validez al contenido de los v¨ªdeos. La Audiencia, sin embargo, cuestiona tal validez. Se ampara en los informes de los peritos, que indican que "la hipnosis" es una prueba acient¨ªfica y que quien se somete a ella "no necesariamente dice la verdad"; y que "es perfectamente posible que puedan existir errores en la localizaci¨®n de los recuerdos y no ser fiel reflejo de la realidad".
Tercera condena este a?o
Jos¨¦ Mart¨ªn de la Pe?a, cuya culpabilidad qued¨® establecida ayer, es el tercer sacerdote condenado este a?o en Espa?a por abusos sexuales a menores.
El pasado d¨ªa 6, el Juzgado de lo Penal n¨²mero 1 de C¨®rdoba castig¨® con 11 a?os de prisi¨®n al sacerdote de la parroquia de El Salvador de la localidad de Pe?arroya (C¨®rdoba) Jos¨¦ Domingo Rey Godoy, de 49 a?os. La Justicia consider¨® probado que el cura hab¨ªa abusado sexualmente de seis ni?as de entre ocho y diez a?os entre octubre de 2000 y junio de 2001. Las agresiones ocurrieron tanto en el confesionario como en el despacho. "Los dem¨¢s ni?os no pod¨ªan ver lo que ocurr¨ªa en el confesionario dada la configuraci¨®n de ¨¦ste y la colocaci¨®n de los dem¨¢s ni?os que eran llamados a medida que el cura terminaba de administrar la confesi¨®n", recog¨ªa la sentencia. A?ad¨ªa que el sacerdote se vali¨® de su situaci¨®n para "satisfacer sus apetencias libidinosas".
A finales de febrero, la Audiencia Provincial de Pontevedra conden¨® al ex p¨¢rroco de Baredo (Pontevedra) a 15 a?os de c¨¢rcel como responsable de diez delitos de abusos sexuales y otros dos en grado de tentativa contra seis menores. El cura, Edelmiro Rial -ya en prisi¨®n-, daba clase a las v¨ªctimas en el instituto de Baiona. Los chicos le ayudaban como monaguillos. La sentencia fij¨® una indemnizaci¨®n de 44.000 euros, de la que ser¨¢ responsable subsidiaria la Iglesia cat¨®lica.
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