Los peque?os editores se declaran vanguardistas e independientes
Creen en la viabilidad de sus proyectos y en la profesionalizaci¨®n
Los peque?os editores de Madrid est¨¢n convencidos de que hay un espacio para ellos y de que ¨¦ste ser¨¢ cada vez m¨¢s amplio. Para ello, dijeron el martes en el Pabell¨®n Mart¨ªn Gaite, es necesario olvidar los sue?os rom¨¢nticos, profesionalizarse y emprender proyectos viables. La palabra rentabilidad no les gusta demasiado, aunque est¨¢n convencidos de que pueden vender tantos libros como las grandes editoriales.
Hablar en el siglo XXI de vanguardias, un fen¨®meno que ocurri¨® en las primeras d¨¦cadas del XX, parece un poco raro, pero los peque?os editores se lo tienen muy debatido. En una mesa moderada por Ofelia Grande, de Siruela, abri¨® el fuego Esperanza Moraes, de Met¨¢fora. "El t¨¦rmino vanguardia procede del lenguaje militar: eran los que iban por delante. A principios del siglo XX, lo adoptaron las artes y la literatura cuando trataban de conquistar nuevas parcelas".
Y ah¨ª est¨¢n ellos, dando un paso adelante para conquistar su espacio. "La edici¨®n de vanguardia apuesta por la experimentaci¨®n literaria; la edici¨®n de retaguardia opta por explotar lo que ya existe. La primera abre caminos, la segunda prefiere transitar por los m¨¢s conocidos", a?adi¨® Moraes.
Se declaran independientes. ?Pero de qu¨¦? "Somos independientes porque tenemos autonom¨ªa empresarial", respondi¨® Pote Huerta, de Lengua de Trapo. "Esa autonom¨ªa nos permite decidir nuestros planes editoriales". "En los grandes grupos puede haber un editor independiente, pero sus planes tienen que ser aprobados por un departamento comercial", afirm¨® Juan Casamayor, de P¨¢ginas de Espuma. "Los independientes podemos hacer libros estupendos sin guiarnos por la cuenta de resultados", dijo Antonio Huerga, de Huerga & Fierro. "A veces podemos desanimarnos. Yo, por ejemplo, edit¨¦ Sustancia interior, de Lorenzo Silva, y no vend¨ª mil ejemplares; en cambio, gan¨® el Nadal y... Nadie me empuj¨® a ser editor". "Pero nosotros tambi¨¦n podemos vender muchos ejemplares", rebati¨® Huerta.
Saben los peque?os editores, y no les importa demasiado, que act¨²an como scouts, descubren autores que luego, en muchas ocasiones, se llevan los grandes. Pero lo importante es hacer planes viables. Casamayor explic¨® que P¨¢ginas de Espuma se ha hecho un lugar apostando por los relatos. "Nosotros vivimos del cuento". Su mayor preocupaci¨®n es la promoci¨®n -"No podemos permitirnos el lujo de pagar anuncios", dijo Grande- y el tiempo. "Es una lucha tit¨¢nica permanecer en las librer¨ªas 30 d¨ªas, 60, 90 en el mejor de los casos. El libro requiere tiempo", afirm¨® Moraes. En cuanto a la promoci¨®n, coincidieron todos, es importante hacer buenos dosieres y tener contacto directo con los suplementos. Son optimistas respecto al futuro. "Los peque?os editores duraremos hasta el infinito", afirm¨® Huerga. "Siempre habr¨¢ autores que apuesten por nuestras editoriales. Lo importante es profesionalizarse", a?adi¨® Moraes. "Hagan caso a nuestros libros. Valen la pena", concluy¨® Grande.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.