Vendaval de r¨¦cords mundiales
El japon¨¦s Kitajima y la australiana Jones (100 braza) y Welsh (50 mariposa) apagan las especulaciones contra la Sant Jordi
Un vendaval de r¨¦cords elimin¨® de un plumazo las especulaciones sobre las supuestas deficiencias de la piscina del Sant Jordi, o m¨¢s concretamente de la escasa eficacia de las corcheras, argumento esgrimido por el nadador espa?ol Olaf Wildeboer para justificar los discretos tiempos en las semifinales de 200 metros libres. Se quej¨® Wildeboer y comenzaron a caer r¨¦cords, dos en 100 metros braza -el japon¨¦s Kitajima y la australiana Leisel Jones- y el de 50 metros mariposa, protagonizado por el australiano Matt Welsh.
Fue una jornada inolvidable por la magnitud de las marcas y por alg¨²n drama que otro. La estadounidense Nathalie Coughlin, que lleg¨® a Barcelona con gran fanfarria, atraves¨® un calvario que puede tener consecuencas muy duras sobre su carrera. No se clasific¨® por la ma?ana para las semifinales de 100 metros espalda y termin¨® en ¨²ltima posici¨®n en los 100 mariposa. Coughlin no s¨®lo tiene el r¨¦cord mundial de 100 espalda, sino que es la ¨²nica mujer que ha bajado del minuto. Se la ten¨ªa como favorita indiscutible, pero fracas¨® en las series. Se retir¨® entre sollozos y s¨®lo acert¨® a decir que ten¨ªa fiebre. "No he podido dormir en toda la noche", dijo. Por la tarde apareci¨® en la final de 100 mariposa, pero volvi¨® a dar signos evidentes de fatiga. Ten¨ªa plomo en los brazos y en las piernas. La veterana Jenny Thompson, 31 a?os, venci¨® sin demasiada oposici¨®n.
Matt Welsh, un acreditad¨ªsimo especialista en 100 metros espalda, bati¨® el r¨¦cord mundial de 50 metros mariposa (23,43 segundos). No se contaba con su r¨¦cord. Entr¨® a nadar por la octava calle, donde estaba destinado a oficiar de figurante frente al estadounidense Ian Crocker y el australiano Geoff Huegill. Fue una explosi¨®n perfecta. Nadie le vigil¨®. Antes de que los favoritos se dieran cuenta, Welsh hab¨ªa ganado.
El r¨¦cord de la australiana Leisel Jones (1m 06.37s) fue inesperado porque se produjo en las semifinales. Y tambi¨¦n porque ninguna nadadora hab¨ªa amenazado esta temporada la plusmarca de la surafricana Pen¨¦lope Heyns (1m 6.72s). Por supuesto, Leisel Jones figuraba entre las favoritas y no se la descartaba como aspirante al r¨¦cord mundial. Pero no tan pronto y de manera tan concluyente. Funcion¨® como un reloj, con un estilo perfecto, sereno y poderoso a la vez. Nad¨® recta como una flecha. De su carrera, lo m¨¢s distinguido fue su portentosa segunda mitad. Esos 50 metros quedar¨¢n para la historia: 34,90 segundos. Una proeza. Ninguna de sus rivales, encabezadas por la alemana Sarah Poewe y la estadounidense Amanda Beard, dieron sensaci¨®n de amenaza. No est¨¢n para derrotar a la australiana, que ha llegado a los Mundiales en estado de gracia.
El japon¨¦s Kosuke Kitajima destroz¨® el r¨¦cord mundial del ruso Roman Sludnov en 100 braza. La escuela japonesa ha sido pr¨®diga en bracistas excepcionales. Desde el gran Nobutaka Taguchi en los Juegos de M¨¦xico, sucesivas generaciones han producido nadadores de primer orden en esta especialidad. Kitajima es la cima de todos. El pasado a?o bati¨® el r¨¦cord mundial de 200 braza. En Barcelona hizo algo m¨¢s. En una prueba que s¨®lo hab¨ªa visto al ruso Sludnov por debajo del minuto, el nadador japon¨¦s lo consigui¨® por la ma?ana en semifinales y en la final, dominada hasta los 75 metros por el brit¨¢nico Sexton, que pinch¨® ante el avance espectacular de Kitajima (59,74 segundos).
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