Las sombras del Presupuesto
El crecimiento econ¨®mico y un cierto enmascaramiento del d¨¦ficit permiten cuadrar las cuentas
Las cuentas p¨²blicas para 2004 vuelven a situar a Espa?a como la alumna aplicada de la zona euro. Mientras Francia y Alemania sufren el escarnio de las autoridades por sobrepasar el 3% de d¨¦ficit p¨²blico que permiten las reglas del juego europeas, Espa?a present¨® el pasado viernes un nuevo Presupuesto General del Estado con las cuentas saneadas. De cumplirse las previsiones, ser¨¢ la cuarta vez que Espa?a pueda hacer gala de unas cuentas p¨²blicas equilibradas, mientras Francia, con un 4% de desviaci¨®n para este a?o y Alemania, con un 3,8%, acumulan ya dos a?os de suspensos y se ver¨¢n en dificultades para abandonar los n¨²meros rojos a corto plazo.
Desde 1996, Espa?a ha pasado de un d¨¦ficit p¨²blico -diferencia entre ingresos y gastos del Estado- del 4,9% del producto interior bruto (PIB) al equilibrio t¨¦cnico del -0,1% en 2002 y a un equilibrio perfecto previsto para este a?o. ?Cu¨¢les son las causas de este aparente milagro espa?ol? En primer lugar, el crecimiento. La econom¨ªa espa?ola avanza el 2,3%, frente a una zona euro pr¨®xima al estancamiento -s¨®lo crece el 0,2%- y gigantes como Alemania inmersos en la recesi¨®n. Gran parte de esa capacidad para crecer mientras los dem¨¢s se hunden radica en el consumo interno. Esa fuerza de la demanda revierte en m¨¢s recaudaci¨®n de impuestos, tanto directos como indirectos. La recaudaci¨®n por IRPF no deja de incrementarse, y ello a pesar de las dos rebajas fiscales que ha puesto en marcha el Gobierno -una en 1999 y otra este a?o. Entre enero y agosto, los ingresos por la declaraci¨®n de la renta han aumentado un 6,4% en relaci¨®n con el mismo periodo de 2002. M¨¢s han avanzado los ingresos por IVA, hasta un 10%.
Espa?a no es el ¨²nico pa¨ªs que recurre a estos mecanismos para pulir sus cuentas p¨²blicas
No obstante, algunos expertos cuestionan el car¨¢cter altamente favorable de la comparaci¨®n y atribuyen las diferencias a efectos de calendario. En el caso del IRPF, advierten de que los efectos de la reforma se apreciar¨¢n m¨¢s a final de a?o. En el IVA, apuntan que el aumento del precio del petr¨®leo y las menores devoluciones que el Estado ha realizado hasta el momento por el pago de este impuesto est¨¢n engordando las cifras de 2003.
Otro de los motivos por los que Espa?a crece m¨¢s que sus socios es el empleo. El mercado de trabajo generar¨¢ 281.800 nuevos puestos este a?o, seg¨²n las previsiones oficiales, y 299.700 el a?o que viene. Hasta agosto, la Seguridad Social ha recibido casi medio mill¨®n de nuevos afiliados.
Casi la mitad de los afiliados en el ¨²ltimo a?o son inmigrantes, un colectivo que suma ya 728.212 cotizantes en las listas de la Seguridad Social. Esta cantidad representa el 4,37% de todos los afiliados.
Es precisamente la salud que exhiben las cuentas de la Seguridad Social lo que permitir¨¢ lograr el tan ansiado d¨¦ficit cero este a?o, pues el desequilibrio del 0,5% que arrojar¨¢ el Estado en 2003 se compensa con el super¨¢vit del 0,5% por cotizaciones sociales. Desde 1996, Espa?a ha pasado de un d¨¦ficit del 0,4% en la Seguridad Social a un super¨¢vit del 0,7% en 2002.
M¨¢s all¨¢ de estos motivos, hay una serie de operaciones que permite que los Presupuestos luzcan mejor. Se trata de maniobras que entran dentro de lo legal y que permiten computar de otro modo lo que en principio ser¨ªa d¨¦ficit. As¨ª ocurre con las inversiones, que si se decide incluirlas en el Presupuesto, deben contar como gasto. Espa?a, un pa¨ªs con gran volumen inversor, ha conseguido situar gran parte de este concepto fuera de los cap¨ªtulos que se financian con los ingresos del Estado. "El Presupuesto ha dejado de ser expresi¨®n fiel de la actividad financiera p¨²blica", afirma Francisco Fern¨¢ndez Marug¨¢n, diputado socialista experto en Presupuestos. Sostiene que el 50% de la inversi¨®n p¨²blica se sit¨²a fuera de las cuentas del Estado. El Ministerio de Hacienda argumenta que las cuentas del Estado est¨¢n avaladas por Bruselas y que, por tanto, todo su desarrollo entra dentro de lo permitido.
?C¨®mo es posible realizar inversiones sin que dejen huella en el Presupuesto? Bruselas permite que determinadas inversiones se financien con deuda p¨²blica si existen perspectivas de funcionar con criterios de mercado. Si en un plazo de tiempo el proyecto permite recuperar el 50% de la inversi¨®n realizada se puede recurrir a la deuda. As¨ª ocurri¨® con las infraestructuras ferroviarias, para las que el Gobierno cre¨® el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) en 1997. El Estado realiza una aportaci¨®n m¨ªnima y el resto se financia mediante pr¨¦stamos. Al GIF han ido a parar 4.944 millones de euros entre 1996 y 2002, seg¨²n datos del diputado socialista.
Un mecanismo similar se ha empleado con RTVE. El Estado act¨²a como avalista -garantiza que puede cubrir la deuda- en lugar de reconocerla en sus Presupuestos. El pasivo del ente p¨²blico asciende ya a 6.600 millones de euros, casi un punto del PIB, y se valdr¨¢ de un presupuesto de 1.557 millones de euros el pr¨®ximo a?o. De esta cantidad, 668 millones provendr¨¢n de m¨¢s endeudamiento. Algunos expertos consideran que estas partidas "acabar¨¢n dando la cara" y que el Estado tendr¨¢ que asumirlas en alg¨²n momento en las cuentas p¨²blicas.
Espa?a no es el ¨²nico pa¨ªs que recurre a estos mecanismos para pulir sus cuentas p¨²blicas. Casi todos los expertos reconocen que hay t¨¦cnicas inventadas por otros Estados, como la creaci¨®n de un gestor de infraestructuras ferroviarias, pero resulta dif¨ªcil determinar qu¨¦ pr¨¢cticas son comunes. La elaboraci¨®n de los Presupuestos es pr¨¢cticamente el ¨²nico asunto econ¨®mico en el que los pa¨ªses de la zona euro tienen autonom¨ªa, una vez que la pol¨ªtica monetaria viene determinada por el Banco Central Europeo. Y cada pa¨ªs guarda celosamente las recetas con las que elabora sus cuentas p¨²blicas.
Un apartado que cada vez cobra m¨¢s importancia en los Presupuestos es el de las administraciones regionales y locales. Tambi¨¦n ¨¦stas recurren a maquillajes como los del Estado para financiar algunos de sus proyectos. El a?o pasado arrojaron un d¨¦ficit del 0,3%, con una necesidad de financiaci¨®n de 1.912 millones de euros. No obstante, algunos analistas sospechan que el d¨¦ficit puede ser mayor del reconocido, ya que, con el proceso de transferencias de servicios b¨¢sicos a las comunidades (educaci¨®n, sanidad, empleo...) existe cierto descontrol sobre sus cuentas.
Consecuencia de todo lo anterior, para analizar las cuentas p¨²blicas es necesario desviar la atenci¨®n hacia la deuda. Al contrario que el d¨¦ficit, el volumen de endeudamiento ha aumentado cada a?o desde 1996, hasta situarse en 374.304 millones de euros el a?o pasado, equivalente al 53,8% del PIB. El Gobierno argumenta que ese porcentaje s¨ª que cae cada a?o, aunque tambi¨¦n hay que tener en cuenta que el PIB nominal -sin descontar los efectos de inflaci¨®n- crece mucho cada a?o debido tambi¨¦n al aumento de los precios.
Desventajas de un ¨¦xito
Pese a la buena imagen que reporta alcanzar la meta cuando los dem¨¢s renquean, el d¨¦ficit cero tambi¨¦n tiene sus desventajas. Espa?a es un pa¨ªs a¨²n alejado de la media europea en desarrollo econ¨®mico y social, por lo que sus inversiones en este terreno deben ser superiores para equipararse a algunos de sus socios. "Al contener el gasto [para cuadrar las cuentas] renunciamos a estrechar esa brecha que nos separa de Europa", reflexiona Jos¨¦ Barrio, experto de Hacienda P¨²blica del grupo Analistas. Los Presupuestos de 2004 prev¨¦n un gasto de 117.627 millones de euros, un 3,9% m¨¢s de lo previsto para 2003.
Pese a reconocer que algunas cosas se han hecho bien para cuadrar las cuentas p¨²blicas, el responsable del servicio de estudios de CC OO considera que se est¨¢ desaprovechando el tiempo para realizar unas inversiones que permitir¨ªan crecer m¨¢s en el futuro. "Se est¨¢ reduciendo el potencial de crecimiento a medio plazo", sostiene Miguel ?ngel Garc¨ªa. UGT ha querido desmitificar lo que considera campa?a promocional de los Presupuestos y ha rebatido la afirmaci¨®n del ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, de que el gasto social crecer¨¢ el 7% en 2004. UGT cree que este dato es enga?oso, ya que compara el gasto previsto en los Presupuestos de 2004 con el esperado en 2003, que finalmente fue ampliamente superado. De atenerse a los datos reales, el sindicato cree que el gasto social puede no crecer nada en 2004, lo que mantendr¨ªa inm¨®vil la brecha que separa el gasto social espa?ol de la media europea: 7,2 puntos.
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