Los inmigrantes que viven en los cuarteles de Sant Andreu se reducen de 600 a 200 en un mes
La presi¨®n de la Administraci¨®n y el temor a la deportaci¨®n causan una huida masiva
De m¨¢s de 600 personas a menos de 200. El n¨²mero de habitantes de los cuarteles de Sant Andreu de Barcelona, en su mayor¨ªa inmigrantes en situaci¨®n irregular, se ha reducido dr¨¢sticamente en el ¨²ltimo mes. No hay una sola raz¨®n para la estampida, sino una suma de circunstancias: el miedo a los controles policiales, las detenciones de sin papeles que son llevados al centro de internamiento de La Verneda -algunos han sido ya expulsados-, el realojo de inmigrantes por la Cruz Roja -unos 80 en el ¨²ltimo mes- y el derribo de edificios del complejo son las que m¨¢s pesan.
Las detenciones llegan a producirse en la ducha, cuando no llevan la documentaci¨®n encima
El aspecto del antiguo recinto militar es m¨¢s siniestro que nunca. A la marcha de sus habitantes se suma el avance, sin prisas pero sin pausas, de la piqueta. Los derribos comenzaron a mediados de julio como ¨²ltima fase del proceso de saneamiento emprendido por el Ayuntamiento. Primero las m¨¢quinas acabaron con los muros perimetrales y luego con naves no habitadas, dejando a la vista un conjunto que ronda los 100.000 metros cuadrados y estampas grotescas como la de una pared decorada con un inmenso bodeg¨®n -con fruta, pimientos y un plato de huevos fritos incluido-, que sobrevive entre escombros.
Las excavadoras no se detienen e incluso han reventado el suelo y el asfalto del patio central de la parte norte de los cuarteles, algo que los pocos habitantes que quedan no entienden. Entre otras cosas, porque se han quedado sin el espacio donde mataban las horas jugando al f¨²tbol. "M¨¢s tarde o m¨¢s temprano hab¨ªa que levantarlo", argumenta un portavoz municipal. El mismo portavoz desmiente las cr¨ªticas que aseguran que se han derribado edificios que estaban habitados. "Se est¨¢ actuando de forma muy escrupulosa", afirma.
"Tenemos muy claro que las administraciones no tienen ninguna intenci¨®n de ayudarnos. Han optado por la presi¨®n y m¨¢s presi¨®n, mediante los derribos y la presencia policial, para que si llega un desalojo no quede nadie". Es la opini¨®n de Yerko Toro, el portavoz de la asamblea de los cuarteles. De nacionalidad chilena, Toro fue detenido en agosto y se lleg¨® a ordenar su expulsi¨®n pero el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a la paraliz¨®. "Si contin¨²an igual, en un mes esto estar¨¢ vac¨ªo", pronostica.
Tanto el portavoz como los integrantes de la asociaci¨®n Papeles Para Todos aseguran que m¨¢s de 200 inmigrantes han sido detenidos y expulsados de Espa?a. Algunos de ellos, afirman, son personas que en su d¨ªa fueron realojadas en pensiones por parte de Cruz Roja pero que, pasado un mes, volvieron a los cuarteles. Y explican que las detenciones llegan a producirse en las duchas, donde la indefensi¨®n de los inmigrantes "es total" porque no llevan su documentaci¨®n encima.
La cifra de expulsados que baraja la ONG Metges del M¨®n, que todos los jueves monta un dispensario en los cuarteles, es de un centenar. "Otras 80 personas han sido realojadas por la Cruz Roja, y el resto, hasta llegar a 600, no sabemos d¨®nde est¨¢n, pero suponemos que se han repartido por la ciudad como consecuencia de la presi¨®n policial", apunta el coordinador de la organizaci¨®n, Andreu Camps. Metges del M¨®n tiene constancia, adem¨¢s, de que un reducido grupo de ganeses se ha desplazado a Zaragoza para trabajar en la campa?a de recogida de fruta.
Con el abandono de los cuarteles por parte de los inmigrantes parece haberse esfumado tambi¨¦n el esp¨ªritu y la cohesi¨®n que hab¨ªa en los ¨²ltimos d¨ªas del mes de julio, cuando se celebr¨® el juicio civil con el que el Ministerio de Defensa, propietario del recinto, pretend¨ªa poner fin a la ocupaci¨®n. Al juicio acudieron unos 200 inmigrantes y d¨ªa s¨ª d¨ªa tambi¨¦n se organizaban asambleas en el patio para valorar la actuaci¨®n de las administraciones y discutir sobre sus planes de realojo o sobre c¨®mo afrontar un posible desalojo. Ahora parece que nadie se acuerde de que la sentencia del juicio est¨¢ pendiente.
S¨®lo hay una cosa que no cambia en los cuarteles, y es la respuesta de los inmigrantes cuando se les pregunta por las razones que les han llevado all¨ª y por su futuro: "No papeles, no trabajo, no casa". Lo dec¨ªa el viernes un magreb¨ª menor de edad mientras hac¨ªa la colada rodeado de basura y aguas negras. La frase es lo ¨²nico que acertaban a pronunciar en espa?ol dos inmigrantes de Mali que cocinaban en una de las naves que queda en pie. Igual que otros dos chavales que, asomados a un balc¨®n repleto de botellas vac¨ªas de cerveza, dec¨ªan ser de Georgia.
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