Comunidad hostil

?Puede alguien extra?arse de que el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, haya propuesto renegociar las bases en las que descansa la integraci¨®n del Pa¨ªs Vasco en Espa?a tras conocerse la calificaci¨®n de aquel territorio como "autonom¨ªa hostil" por parte del delegado del Gobierno en aquella comunidad, Enrique Villar? Subrayo lo de integraci¨®n, porque ese es el contenido literal de la propuesta. No es una propuesta independentista, como se est¨¢ diciendo, sino una propuesta de integraci¨®n en el Estado espa?ol. Sobre bases diferentes de las previstas en la Constituci¨®n de 1978, pero de integraci¨®n. Y repito la pregunta: ?puede alguien extra?arse de esa propuesta, sobre todo tras la intervenci¨®n de la ministra de Administraciones P¨²blicas, Julia Garc¨ªa Valdecasas, en el pleno del Congreso de los Diputados el pasado mi¨¦rcoles, en la que aval¨® al delegado del Gobierno y reproch¨® al parlamentario socialista ?ngel Mart¨ªnez Sanju¨¢n que se preocupara por la mencionada calificaci¨®n del Pa¨ªs Vasco y no por la seguridad de Enrique Villar? Si con base en la Constituci¨®n y el Estatuto de Autonom¨ªa el Gobierno de la naci¨®n piensa que el Pa¨ªs Vasco es una "autonom¨ªa hostil", ?por qu¨¦ no renegociar las condiciones en las que han de relacionarse el Estado y la comunidad aut¨®noma?

Si a los 25 a?os de la entrada en vigor de la Constituci¨®n y a los 23 de la entrada en vigor del Estatuto de Gernika, el Gobierno de la naci¨®n considera que las relaciones entre el Estado y la Comunidad Aut¨®noma del Pa¨ªs Vasco son unas relaciones de hostilidad, ?qu¨¦ sentido tiene mantenerlas? Si la interpretaci¨®n que hace el Gobierno del PP de la Constituci¨®n y el Estatuto de Autonom¨ªa le lleva a resucitar el calificativo de "provincias rebeldes" para las que integran actualmente la Comunidad Aut¨®noma del Pa¨ªs Vasco, ?qu¨¦ sentido tiene seguir considerando que las relaciones entre el Pa¨ªs Vasco y el Estado ¨²nicamente pueden establecerse con base en la Constituci¨®n y en el Estatuto de Autonom¨ªa?

La Constituci¨®n y el Estatuto de Gernika se hicieron para posibilitar una relaci¨®n no hostil entre el Estado y la Comunidad Aut¨®noma del Pa¨ªs Vasco. Son ¨²tiles en la medida en que cumplen esa finalidad. Y dejan de serlo en la medida en que no la cumplen. El Gobierno vasco ya ha hecho saber a trav¨¦s de la propuesta del lehendakari que considera que dichos instrumentos tal como est¨¢n no son ¨²tiles para conseguir una relaci¨®n no conflictiva de la comunidad aut¨®noma y el Estado. Indirectamente, a trav¨¦s de la ministra de Administraciones P¨²blicas y del delegado del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco, sabemos que tampoco el Gobierno de la naci¨®n considera que la Constituci¨®n y el Estatuto sean ¨²tiles para una relaci¨®n no hostil.

Estos son los t¨¦rminos en que el problema est¨¢ planteado. El Gobierno vasco no ha llegado todav¨ªa, al menos que se sepa, a calificar al Estado espa?ol como un Estado "hostil", pero podemos admitir que lo piensa. Lo que s¨ª sabemos es que el Gobierno del PP, a trav¨¦s de dos cualificad¨ªsimos representantes, s¨ª califica expresamente al Pa¨ªs Vasco de "autonom¨ªa hostil". ?A qu¨¦ se espera para poner fin a esta relaci¨®n de hostilidad? ?Qu¨¦ sentido tiene empecinarse en mantener una relaci¨®n en la que ninguna de las dos partes se encuentra c¨®moda? Si la interpretaci¨®n de la Constituci¨®n y el Estatuto que hace el PP le conduce a Julia Garc¨ªa Valdecasas y Enrique Villar ?c¨®mo no se va a entender la propuesta de Juan Jos¨¦ Ibarretxe?